martes, 20 de abril de 2021

EL PINTOR Y LA MODELO

 

Ella se recostó sobre un diván

con una blusa abierta y una falda.


Él dibujó muy rápido las líneas del deseo

con lápiz blando y trazos casi etéreos, 

el resto a carboncillo.


Ella iba respirando sin temor

por el hueco tan dulce

contenido en el alba de una rosa.


Él siguió dibujando sin pensar.


Las líneas iban solas, 

se deslizaban firmes

por el papel tan blanco y sigiloso.


En mitad del espacio

una mirada...


A caballo entre el lápiz y la piel

el tiempo concedido a lo imposible...



Ana Muela Sopeña

8 comentarios:

Jorge M dijo...

Una complicidad que es puro arte, entre el intercambio de miradas cada trazo y la belleza reflejada en arte.
Bellas palabras Ana, muy linda la mujer de la imagen.
Un abrazo amiga

Albada Dos dijo...

Esa musa, qué bella manera de acercar pintor y mujer. Muy tierna escritura, delicada, muy bonita

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra que te gusten estos vetsos.

La imagen la he quitado para buscar y postear algo más acorde con el poema...

Un beso enieme

Ana Muela Sopeña dijo...

Un placer saberte como lectora, Albada:

Un beso enorme

Fackel dijo...

Exquisito. No sobra nada. Y lo que falte que lo ponga cada lector.

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra que así percibas este poema. Sobrio y elegante lo he querido escribir...

Un abrazo

carlos perrotti dijo...

Una prueba más de tu extrema sensibilidad y destreza, Ana...

Abrazo agradecido, Poeta.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias por tus palabras.

Un beso grande