La gente estaba inmersa en el proceso
de volverse sin voz.
La población del mundo
iba poco a poco
quedándose en silencio, muda y quieta.
Un mosquito picaba en la garganta
y perdías la voz y la palabra.
Era como una plaga
que sigilosamente te atacaba
y te quitaba pronto
la capacidad de hablar y susurrar.
Un grupo de científicos
estaba intentado revertir
la terrible dolencia.
Cada día eran más los habitantes
mudos en esta Tierra.
El lenguaje se iba degradando
por la falta de uso individual.
La esperanza se hallaba en el antídoto
que aguardaba en el sueño más oculto
de los niños que aún tenían voz.
Ana Muela Sopeña
6 comentarios:
Niños que crearían nuevas palabras y nuevas preguntas en lugar de las mismas viejas respuestas que a nadie convencieron jamás...
Abrazo gigante, Poeta!!
Que no perdamos la voz, pero cada vez me siento más en una masa silenciosa.
Un abrazo enorme
Los mudos somos un poco todos en este momento...
Un beso enorme
Normal, Albada, nos pasa un poco a todos.
Un beso
Mudos nos están haciendo...y la voz se va perdiendo poco a poco.
Un beso, Ana.
Sí..m he querido hacer una alegoría...
Es terrible la situación que atravesamos.
Un beso enorme
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