sábado, 25 de septiembre de 2021

DULCE SORTILEGIO


Tu piel me lleva por crepúsculos

donde mi vientre arde como un púlsar.


Miro por la ventana

mientras tus ojos buscan mi secreto.

En el aire residen los enigmas

de tu mirada antigua como el mundo.

 

Cruje bajo mis pies

la hojarasca seca del otoño...


y nuestras manos ávidas de roces

desean, como dulce sortilegio,

detener la existencia 

en el tiempo sin tiempo.


Se ven los edificios

de la ciudad amada.


Besos en los portales invisibles.


Abrazos junto a espejos

y un armario que guarda las memorias

de nuestras citas mágicas. 


Respiramos el éter 

en el umbral que inclina hacia el espacio

de las estrellas suaves y viajeras.



Ana Muela Sopeña

8 comentarios:

Fackel dijo...

De alguna manera el tiempo se detiene (en realidad, parece detenerse) en el tiempo del amor. Pero la parada es efímera. Lo que se prolongan son los sentimientos y deseos antes de un encuentro o posteriormente a él (Casi siempre antes) Sensorial poema, divisor de tiempos, espacios y cuerpos.

carlos perrotti dijo...

Sentidos versos, Ana, plenos de poética delicada sensualidad...

Abrazo hasta allá.

A.S. dijo...

ANA!
Muito belo!
A tua sensibilidade me tocou a alma!
Gostei muito. Um prazer.

Besos para ti!

Albada Dos dijo...

Ese comulgar de cueroos, por toda la ciudad, y adentro, qué noche amorosa y celeste.

Un abrazo, y feliz finde

Ana Muela Sopeña dijo...

El tiempo sin tiempo es propio del amor y de la creación.

Un tiempo peculiar...

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Así la ciudad tiene más sentido. "Una ciudad es un mundo cuando amamos a uno de sus habitantes". Eso decía Lawrence Durrell.

Un abrazo,Carlos...

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Albino:

Un placer tu visita

Un beso enorme

Ana Muela Sopeña dijo...

Siempre me alegra tu percepción de mis poemas, Albada:

Besos... muchos