La tormenta sorprende con relámpagos y el rayo destructor de las guaridas. Los truenos nos asustan a distancia y un aguacero expresa su furor con el asombro lleno de incerteza. Una luz detenida ama la sombra de la noche que cuida los silencios en el impacto lúdico del frío, mientras las nubes muestran el enigma.
Ana Muela Sopeña
4 comentarios:
ANA!
Delicioso texto!
As tempestades também têm beleza
quando as miramos com amor nos olhos!
Um relâmpago acende tudo em nós...
Muchos besos!
Y nosotros, los humanos, entregados al asombro.
Me alegra que te gusten las tormentas, Albino:
Tienen su belleza...
Muitos beijos
Siempre, Fackel...
Un abrazo
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