domingo, 28 de noviembre de 2021

DE LO ÍNFIMO


La sombra de la urbe es la nostalgia

de un gorrión despistado por el miedo

en las calles que saben de los guetos,

entre los edificios de la infancia.


Se refleja la luna en las estancias

que se ven desde aceras, con vencejos,

y desde los portales con los velos

que se observan en todas las acacias.


Camiones en sus rutas misteriosas,

los ojos ateridos por el frío,

mientras la lluvia cae ensimismada.


Un temblor que se fuga, gente sola,

en el asfalto lleno de lo ínfimo 

con farolas que olvidan las palabras.



Ana Muela Sopeña

12 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Crónica urbana sólo posible a partir de una notable destreza descriptiva como la tuya, Ana...

Abrazo sin sombrero.

Albada Dos dijo...

Es una crónica de un amanecer urbanita, muy bien hallado.

Un abrazo, Ana, y feliz día

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Carlos:

Siempre es un placer saberte como lector.

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias por venir, Albada:

Un beso enorme

Fackel dijo...

Cómo poetizas tus observaciones urbanas. En cierto modo existen esas calles y esas luces, en cierto modo tú recreas con tu mirada subjetiva. Pero ¿iras las calles o miras en los significados que bullen en tu interior?

Carmela dijo...

Y en tus letras se intuye la nostalgia de esas calles...
Me alegra leerte de nuevo, Ana.

Un beso grande.

Ana Muela Sopeña dijo...

Las dos cosas. Miro las calles y sus lugares recónditos y visibles y exploró en mi mundo interior. Siempre en movimiento constante. Hacia fuera y hacia dentro.

Gracias por venir.

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Mil gracias por acercarte, Carmela:

Un beso

Meulen dijo...

Como es un amanecer lento en su despertar y a su vez promete el bullicio

La calle que nos dice mucho a cada hora.
Abrazo

Helena Bonals dijo...

Aquest "con farolas que olvidan las palabras", tapades per la boira de la fotografia. És veritat que t'inspiren els dies plujosos!

Ana Muela Sopeña dijo...

La calle cambia cada hora, como las personas que la transitamos.

Gracias por venir y brindarme tus palabras.

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí... lo días lluviosos tienen algo especial. Es como si pudieran de manifiesto la necesidad emocional de todos los moradores de la ciudad. Cuando hay que quedarse en casa porque hace muy mal tiempo. Algo surge en el interior.

Un beso