Recordando el día 28 de febrero de 2018, un día precioso, protagonista de una intensa nevada sobre Bilbao y sus alrededores
La ciudad se ha vestido de silencio a través de la nieve clandestina. Los tejados presentan mantos blancos como un día de fiesta, radiantes con el frío más atávico. Ha nevado despacio sobre cumbres, las plazas se han cubierto con los copos y los niños han hecho sus muñecos. A veces me pregunto por qué no nieva más, me relaja que todo esté tan limpio. Este mes de febrero melancólico se ha teñido de júbilo por los guantes de lana y por la nieve.
Ana Muela Sopeña
8 comentarios:
Me gusta la nieve.
Nos baja las nubes
a pétalos lentos,
curiosos, inquietos.
Como besos sueltos
para quien los quiera... Sí, nos llena de júbilo, Ana. Un abrazo
Su blancura tiene algo especial.
Gracias, Soco, por venir.
Un beso enorme
¿Has pensado alguna vez en lo ambivalente y traidora que puede ser -es- la nieve? Un manto bajo el cual su disolución late y encharca. Pero eso sí: lo positivo en el campo es que nutre sus capas freáticas. Bien por esa nieve. Bien por su imagen: ¿por qué nos seducirá tanto su visión? No sé si en la Siberia pensarán lo mismo.
Para muchos (por ejemplo para mí) es un espectáculo. Para otros (como los agricultores) representa la pérdida de sus cosechas.
Un misterio, sí.
ANA!
Neve...!!
Tenho saudades de ver neve! Sentir gelar as minhas mãos,
contemplar a sua virginal alvura,
sentir a transparência das gotas de água deslizando
felizes com o calor das mãos...
Besos, Besos, para ti!
Es muy bonita para los que habitualmente no la vemos, Albino.
Un beso enorme
Gracias por venir
La neu relaxa i el fred tonifica!
Sí. La nieve es un regalo para los que no la vemos habitualmente.
Un beso
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