La madrugada duele con el frío
en mitad de las horas que transcurren
despacio, como el hielo.
Las almas solitarias se contraen
hasta desaparecer entre la niebla.
Un perro callejero
ladra desesperado en la distancia.
Enero avanza suave
hacia el olvido último del mundo.
Nos drogan con noticias
que repiten los números fractales
de un nuevo orden extraño.
Parecen los conjuros
o salmodias
que guardan los secretos
de largos corredores escondidos
en la ecuación del miedo.
Al alba un viento helado
corta mi rostro, agranda mis pupilas,
y me deja pensando
en la fragilidad que me rodea
y en el poder inmenso
de la temperatura del ambiente.
Isobaras que animan nuestros pasos.
La humedad del paisaje.
Las lluvias caprichosas.
El instinto de nieve.
Las heladas temibles.
Me desplazo contenta hacia el calor
de mi casa preparada
para los jeroglíficos del tiempo
y la meteorología del desastre.
Ana Muela Sopeña
12 comentarios:
Al final siempre hay que recurrir a un hogar, físico y psíquico; el primero ayuda al segundo; el segundo mantiene y agradece a su vez al primero; y procurar que el hogar esté con variados rincones; uno para el sueño; otro para imaginar una vida mejor; otro para amar; otro para cuidar el cuerpo; otro para las invenciones; todos para conocimiento de uno mismo.
El hogar... siempre el hogar. Desde luego... es muy importante.
Gracias por venir.
Un abrazo
En estos tiempos asolados por el clima , lo que se vive en tantos lugares sin dudas asusta a muchos...por eso es bueno ser prevenido también y hacer caso de las indicaciones al respecto.
Te dejo un abrazo.
Gran poema testimonial (sobre estos tiempos) que a nadie seguramente dejará indiferente...
Abrazo sin sombrero.
Hay que ser prudentes ante las nevadas, fuertes vientos o erupciones volcánicas.
Un beso
Muchas gracias, Carlos, me alegra que te guste el poema.
Un beso enorme
Por esos día de meteorología confusa ;.)
Un abrazo
Por esos días, Albada:
Un beso grande
"Isobaras que animan nuestros pasos": fred, sí, però animació en les nostres vides. Un poema meteorològic molt inspirat!
Gracias, Helena, me alegra que así lo percibas.
Un beso enorme
Uruguay ayer incendiado hoy inundado...feliz del que tiene a donde regresar poeta. Que bonito lo expresas, casi no parece que hablaras de tragedias con un final que hoy es un refugio mañana no sabemos. Un aplauso Ana, que bueno es leerte.
Gracias, Lyliam, por venir:
En un mundo en crisis aún nos queda la palabra.
Un beso grande
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