sábado, 12 de febrero de 2022

ADN ESTELAR


Llegó de las estrellas la adenina

para surcar los cielos en la noche

y sentir la belleza como un broche

enredado en la rama de una encina.


Planeó entre los hielos citosina

envuelta con papel de celofán

más allá de los límites que van

entre el paisaje blanco y  una esquina.


Más tarde la guanina nos formó

con las luces y sombras del pasado

y la energía cuántica del sueño.


Al final la timina aterrizó

en un planeta azul abandonado

por un hechizo extraño con beleño.



Ana Muela Sopeña

6 comentarios:

Fackel dijo...

Siempre me dejas asombrado de tus sonetos. De lo que preservan y ocultan. De las dimensiones más allá de sus formas. No cedamos un palmo en la vida. Volcanes o no, cada uno lo es a su manera. Como el espacio sideral, incluso desde nuestra pequeñez. Gracias por los significados.

carlos perrotti dijo...

Soneto estelar, Ana. Me quedo maravillado una vez más...

Abrazo hasta allá.


Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias. Sí... los sonetos dicen y ocultan. Son como los caleidoscopios.

Agradezco tus palabras tan efusivas.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Carlos, por venir.

Es un placer recibirte en mi espacio.

Un beso grande

Meulen dijo...

sabemos apenas un ápice de gran creación...

Ana Muela Sopeña dijo...

Somos una nota de polvo en el Universo... Debemos reconocer que los misterios nos superan...

Un beso