viernes, 25 de marzo de 2022

MARIÚPOL

Las calles en escombros dejan ver

la niebla detenida, sin horarios.


Derrumbamiento en casas y edificios.


Llanto de las mujeres en silencio.


Los niños en refugios

dibujan sus cometas de colores.


Los muros destruidos por impactos

de balas y granadas.


Bombardeos constantes

atrapan a personas inocentes.


El bloqueo es moneda cotidiana.


La 

esperanza 

se 

teje 

con 

el 

pánico.


Sin agua, sin comida, sin calor,

sin luz, sin Internet, sin un futuro.


La gente de Mariúpol

ya no ve las estrellas por las noches.

El humo de las bombas no permite

distinguir los luceros

de los aviones de combate.


La ciudad es el centro

de los noticiarios de las nueve.


Me pregunto qué día parará 

esta terrible guerra.


Los hombres de Mariúpol

luchan hombro con hombro, 

para defender su territorio.


Mientras los tanques llevan la masacre

a los lugares olvidados,

los días se deslizan poco a poco

y la desolación mora y se extiende 

por todos los rincones de la Tierra.



Ana Muela Sopeña

12 comentarios:

Lyliam dijo...

Un panorama desolador Ana, No alcanzan las palabras para describir el sentimiento. Desde todas partes del mundo se pide por el fin de todas las guerras.

Sandra Figueroa dijo...

Ojala y que termine pronto la guerra.... Un poema que duele. Saludos.

Albada Dos dijo...

Nos vemos en esas personas, porque somos muy parecidos, y eso nos está descontrolando, porque nos ponemos en su piel.

Un abrazo, y por la paz, siempre.

Fackel dijo...

Me he quedado apesadumbrado. ¿Quién dijo que los poemas salvan?

(Nota. Mientras no hagamos algo más práctico durante nuestra paz cotidiana no tendremos garantizada esa paz en futuras circunstancias. Y sin paz cotidiana y en cada ámbito y país no se obtendrá la paz perpetua de la que hablaba el gran Kant)

Ana Muela Sopeña dijo...

Ojalá esta termine mediante las negociaciones, aunque por el momento está difícil.

Un abrazo, Lylian

Ana Muela Sopeña dijo...

Que sea como dices, Sandra:

Un beso enorme

Ana Muela Sopeña dijo...

Y porque además estamos involucrados de manera indirecta. Aunque últimamente de un modo más directo.

Un beso, Albada

Ana Muela Sopeña dijo...

Los poemas salvan, pero también contagian de emociones. Emociones que ya estaban en nuestro interior y brotan por una especie de catarsis individual o colectiva.

Un beso enorme

Fackel dijo...

Pues tengo serias dudas. Magnificamos el sentido de la expresión, sea poesía, prosa o semipensipnistas.

Ana Muela Sopeña dijo...

La duda es siempre libre...

Helena Bonals dijo...

És veritat que "la desolación mora y se extiende/ por todos los rincones de la Tierra", no tan sols a Ucraïna.

Ana Muela Sopeña dijo...

Así es. Parece que los conflictos proliferan... y cada vez más.

Un beso enorme