Al llegar a la plaza Circular
me miras respirando entre helechos y algas
y sueñas que la vida es solo eso:
un instante robado,
perdido en el tiempo.
Al descubrir la grieta en mi memoria
te recuerdo sonriente
mirando el reloj,
sumergido en el arte en penumbra
de un mundo atrapado
en la utopía.
Conversaciones
que no terminan nunca
en bares habitados por la luz.
Con la gente sin miedo en las mesas,
dibujando el instinto de las horas amables.
Caminamos sin rumbo
por aceras desnudas,
con el silencio extraño de los árboles.
Respiramos el aire
de esta ciudad que pacta con la lluvia
la belleza de un día sin frío.
Recuperamos lentos
el significado de las sombras,
con siluetas que saben de ritmo
en la clandestinidad de la distancia.
Amamos en la noche de papel
mientras la luna azul nos transfigura
en su mítico azar, de madrugada.
Ana Muela Sopeña
8 comentarios:
Buenas tardes estimada
Entiendo que estar atento a esas percepciones que nos brinda la calle y su clima en un espacio tiempo como detenido, surgen esas miradas actuales y remotas que reflejan el paso de la vida.
Abrazo
Impresionante, cronista interior de la madrugada... Me lo llevo en la memoria. Enorme poema.
Abrazo sin sombrero una vez más.
Muchas gracias por tus bellas palabras, Meulen:
La vida va pasando y los poetas vemos la magia de las pequeñas cosas.
Un beso grande
Agradecida por tu apreciación de este poema, Carlos:
Un beso enorme
Un precioso poema, de los mejores que te he leído.
Un abrazo
Me alegra que te guste este poema, Albada:
Un fuerte abrazo y gracias por pasearte por mi laberinto...
M'agrada molt: "y sueñas que la vida es solo eso:/ un instante robado,/ perdido en el tiempo".
Gracias... me alegra que te gusten esos versos.
Un beso enorme
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