Llega la luz a un mundo en extinción
a través de las grietas de la Luna,
para soñar despiertos en la cuna
de todo lo que inspira al corazón.
Se adivina una sombra de pasión
en el estrecho espacio de una duna.
En mitad del instinto hay una runa
que conoce una clave de ilusión.
Una liturgia extraña se rebela
en lugares de nubes sin enigmas,
más allá del amor y de la muerte.
Entonces encendemos una vela,
esperamos el frío con estigmas
y las horas se amparan en la suerte.
6 comentarios:
Hermosamente potente soneto. Gabon, Analinda.
Gracias, Soco:
Siempre agradecida por tus lecturas.
Besos
A estas alturas qué decir de tu capacidad de elaborar sonetos. Solo disfrutarlo, como tantos receptores.
Hermoso soneto, Ana, hermoso como la esperanza que abrazamos en este tiempo aciago.
Un abrazo
María
Agradezco tus palabras tan positivas, Fackel:
Un beso enorme
Hay que conservar la esperanza incluso en los peores momentos, María:
Un beso enorme
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