Un niño se columpia en los besos de la luna
bajo las acrobacias de las nubes.
Un tobogán dorado transfigura a una niña
mientras habla con los árboles.
El caballito rojo
protege
a los que cabalgan hacia el sueño.
Respira suavemente
en su sortilegio de visiones.
Un laberinto blanco sumerge a los párvulos
en túneles azules de la infancia
que les hacen sentir la inmensidad.
Ana Muela Sopeña
2 comentarios:
La infantesa és sempre un gran motor d'inspiració, m'agrada molt!
La infancia es un reino al que siempre podemos regresar a través de los recuerdos.
Un beso enorme
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