Recuerdo la memoria de los lobos
dentro de la mirada de locura,
antes de que sintiera que la luna
era solo un refugio de los otros.
Atesoro el instinto, el viento sur,
más allá del dolor, desde la arena,
en mitad de la piel de una pantera
atemperada en mundos de grisú.
No olvido que hay un sol de medianoche,
esperando sin horas la incisión
de los dedos de hierro en la distancia.
De madrugada sueño con un bosque,
y diviso el espejo del amor
en una partitura con un aria.
Ana Muela Sopeña
12 comentarios:
vendrán tiempos mejores...de seguro creamos, oremos...el ser humano por si se merece a si mismo una oportunidad..., se la debemos a los que aún han de venir.
Abrazos.
ANA!
Muito belo o teu poema!
Sente-se a beleza mística do poema,
o doce sussurro das palavras dentro da noite...
Besos enormes!
Gracias, Meulen:
Por supuesto no hay que perder la esperanza.
Un beso grande
Mil gracias, Albino:
Es una alegría para mí que te guste este soneto.
Un beso
Pues es para atesorar sensaciones, que luego, como aves viajeras, aterricen en tus versos.
Un abrazo
Este sentirte naturaleza e incluso fusionarte con ella a través de las palabras -tal vez con algo más- es muy interesante. Estimula la mirada ajena.
Bonitas palabras, Albada, que aprecio mucho.
Besos
Mil gracias, Fackel, por tu aprecio poético.
Abrazos
Què és un poema aurealista? No ho havia llegit mai!
"No olvido que hay un sol de medianoche": això fa pensar molt!
Tienes razón. Es una errata. Se trata de un poema surrealista. Ya lo he corregido.
El sol de medianoche que se da en las latitudes septentrionales. A ese me refiero.
Un beso
Sigues tu instinto aullando bellos versos licantrópicos. Salud !!
Gracias, Funámbulus:
Un saludito
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