Bilbao es un infierno, como un horno. El calor es inmenso, alucinante. No he conocido antes otro igual. Ayer marcaba el termómetro central de la calle Buenos Aires 48 grados. Ya casi no se puede respirar. Veo a los transeúntes con su botella de agua avanzar quietamente hacia lugares frescos. Parece que el cerebro se licua al dispararse este fuego voraz en el ambiente. Ahora precisamos de la lluvia y que descienda este bochorno tan cargante. Nos pesa esta "ola de calor" que es tan solo el preludio de aquello que vendrá en los meses de julio y de agosto.
Mientras vamos despacio caminando hacia ninguna parte, anhelamos el hielo en el café y una ducha bien fría para combatir la insolación.
Ana Muela Sopeña
8 comentarios:
¿Será el preludio también de lo que vendrá en próximos años?
Seguramente, no te quepa la menor duda.
Y hay quien sigue negando el cambio climático.
me libre pir unos dias😜, no hubiera podido salir por sus calles tan bonitas.
Besoss
Sí... menos mal que vinisteis con temperaturas moderadas. La ciudad con más de 38 grados agobia bastante.
Un beso grande, Carmela
Mucho calor, demasiado, sólo toca sobrevivir :-)
Un abrazo
Sí, tienes razón... sobrevivir... que no es poco...
Un beso
Jo sóc dels qui no hi creuen, en el canvi climàtic. Em sap greu!
Con cambio o sin él en las olas de calor nos asamos...
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