Clío remonta el vuelo en la intrahistoria
mientras abraza el mundo con amor
y dona su pasión por el color
atravesando campos de memoria.
Su fervor por los hechos de la historia
la lleva por los hitos del dolor,
para entender las causas del temor
mientras graba su fiel dedicatoria.
Una guitarra suave y elegante
adorna en la penumbra con su porte,
para inspirarle dulces melodías.
Esta musa es quizás la más galante,
por ello se dirige siempre al norte
y envuelve con su luz los mediodías.
Ana Muela Sopeña
10 comentarios:
Muy lindo soneto, ante la música más interior.
Un abrazo
ANA!
Bravo Poeta! Uma doce melodia!...
Muitos beijos.
Gracias, Albada, es un placer saberte como lectora.
Un beso grande
Mil gracias, Albino, por tus palabras efusivas.
Un beso enorme...
On line tuyo también. Pero sospecho de su galantería (debe ser que me estoy tomando a pecho los sonetos, jej)
Acabo de poner un comentario y ahora no aparece. ¡Bravo, Blogger!
Voy a buscarlo.
Sospechar de la galantería puede ser algo normal.
Pero mejor ser galantes que no serlo. La vida es más agradable.
Te quedó un soneto precioso, Ana.
besoss
Me da alegría que te haya gustado.
Un beso
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