domingo, 14 de agosto de 2022

SILENCIO COMPARTIDO


Contemplación del mundo en el crepúsculo, cuando todo se torna oscuridad. En esa luz hermosa de la tarde lo espectral se insinúa entre las sombras y la respiración sabe de amor al fondo del silencio compartido. La belleza se filtra por las nubes y el sonido del agua se hace nítido. Las horas se transforman en secretos que escondidos se abisman por los muelles. Contemplación de lúbricos paisajes a través de la niebla en la distancia, para soñar los sueños de la luna en una imprecisión que lleva al numen de los significados más ocultos. Los relojes se apiadan de la vida en ese tiempo abierto a lo borroso, cuando el día se vuelve una ilusión y los pasos constantes de la gente parecen un desfile de fantasmas.



Ana Muela Sopeña

14 comentarios:

A.S. dijo...

ANA,
Precioso o teu texto escrito em prosa poética. Belíssimo!
Sim. Quando olhamos o mundo no crepúsculo, há um impulso quase irresistível de mergulhar na sua incandescência. É algo de inexplicável e imensamente excitante!

Un buem domingo para ti.
Muitos beijos!

Meulen dijo...

Bien
me gusta esa contemplación agradecida por lo vivido un día más y la nueva esperanza ques e avizora en el atalaya de la vida...

Un abrazo.

carlos perrotti dijo...

Comunión en tiempo y espacio de los seres conscientes del eterno devenir...

Abrazo más que grande, Poeta.

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Albino, por adentrarte en el misterio de esta prosa poética.

Siempre es un placer verte en mi espacio, amigo poeta.

Muitos beijos

Ana Muela Sopeña dijo...

Los atardeceres siempre están llenos de magia, Meulen:

Un beso grande

Ana Muela Sopeña dijo...

Es cierto lo que dices, Carlos:

A veces el paisaje hace de conector entre los seres.

Un beso grande

Tatiana Aguilera dijo...

Cuando cae la noche y, esta con su boca besa la oscuridad .Todo la belleza oculta a los sentidos aparece con todos sus sonidos. El agua despierta y acuden los insectos que sueñan con soles y verdor y, ¡sí! poeta, bien sabes que es el momento en que el reloj de la vida, se apiada un poco. Lo suficiente para soñar y esperar un día más.
Bellísima prosa Ana

Un abrazo

Albada Dos dijo...

Cada atardecer nos deja las sombras de un pasado, a veces de fantasmas en el tiempo.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Los atardeceres hacen soñar. Eso es importante. Hay que vivir con esperanza. No ceder al derrumbamiento.

Un beso grande

Ana Muela Sopeña dijo...

Es siempre mágico el momento del atardecer. Muy inspirador.

Gracias, Albada, por venir...

Un beso grande

Fackel dijo...

Tal vez el día no sea sino la continuación del sueño. Y no me refiero a lo temporal. A veces pienso en el momento ineludible de la desconexión total. Pero más allá no hay margen.

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí, es difícil saber si nuestra naturaleza es la vigilia y luego el sueño es para descansar o es el sueño, siempre estamos dormidos y hay momentos dentro del sueño de actividad (las jornadas cotidianas). Es un misterio.

Un abrazo

Helena Bonals dijo...

La posta de sol inspira el teu poema perquè la posta és molt lírica sempre. És un silenci compartit com el de la poesia.

Ana Muela Sopeña dijo...

Así es. Me encantan las puestas de sol. Me inspiran y me brindan paz, esperanza y misterio.

Un beso enorme, Helena