I
Palabras dulces
en tu libro de mundos.
Belleza antigua.
Los versos de la infancia
consagrados al alba.
II
Respiración
en la lluvia serena.
Todo es efímero.
La belleza del orbe,
el dolor del abismo.
III
Miro el paisaje,
la luna entre los árboles.
Melancolía.
IV
En la sombra los muertos
tejen y destejen
los hologramas del silencio.
V
Palabras suaves,
libertad sin cadenas.
Respiración.
VI
Dulce la melodía de las nubes
en horizontes llenos de presagios.
VII
Los pájaros de lluvia se entretienen
posados en los cables de la luz.
Como notas de música
crean su partitura singular.
Ana Muela Sopeña
6 comentarios:
Tus versos son aves que vienen y van; en su mundo, tal vez el tuyo.
Vienen y van como los pájaros migratorios.
Un beso
Todo es efímero, pero la buena poesía es eterna.
Muy bello como acostumbras Ana.
Besos
Gracias, Tatiana, por tus palabras.
Un fuerte abrazo
Quin final més ben trobat!
Tot el poema em suggereix temps de tardor.
Me alegra que te guste, Helena:
Un beso
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