lunes, 10 de octubre de 2022

HOJAS CAÍDAS


El otoño discurre ciegamente 

a través de las horas, a su tiempo,

y todo se despoja con el viento

de lo que ya no sirve y nos trae muerte.


En mitad de los días nuestra mente 

persigue sin cesar quitar los miedos

que aparecen en noches de desvelos

con los sueños anclados en la suerte.


Hay tardes que nos miran con sus hojas

caídas en aceras de abandono

e ilusiones perdidas en los charcos.


Después, en el crepúsculo, las cosas

ya no parecen nada hasta que pronto

se convierten despacio solo en vaho.



Ana Muela Sopeña



16 comentarios:

Helena Bonals dijo...

M'agrada molt, Ana, tens molt de talent. Unes fulles caigudes que no es tradueixen en un poema sense força.

A.S. dijo...

ANA,
Muito belo o teu poema!
No passar das horas, tudo acontece dentro e fora de nós.
Como uma ave perdida no labirinto dos céus, vamos passando pelas horas,
onde tudo acontece... palavras, sorrisos, amor, tudo passa
até que tudo arda no fogo majestoso do crepúsculo!

Muitos beijos...

Fackel dijo...

Qué mano tienes para el soneto, aunque sea otoñal y un tanto de encogerse.

Tatiana Aguilera dijo...

Me gusta muchísimo el otoño. Tiene algo que nos provoca escribir sobre su magia. El soneto transmite ese despojo, esa liberación de los miedos, ilusiones erradas. Tanto por prescindir.
Hermoso Ana

Besos

Meulen dijo...

Se podría decir que todo es efímero, nada queda por sécula, pero en tu poesía se guarda lo que impresiona en este tiempo estival...por aqui agua, frío,sol ,viento...no se ssabe como salir a la calle...

Abrazos.

Ana dijo...

Es una poesía muy bonita aunque muy triste, el otoño nos revuelve mucho, pues parece que la vida se detiene y nos cuesta más sobreponernos. He visto una imagen muy bonita del otoño-invierno en el blog "blogwin' en el viento" que muestra como la vida y el color se resguardan en el interior a la espera de salir afuera en el momento perfecto. Pienso que todo en la vida es cíclico, como las estaciones, y no tenemos otra salida que adaptarnos.

Un beso.

carlos perrotti dijo...

Para pensar un rato largo cada verso, encierran enseñanzas y algún que otro enigma... Me encantaste, Ana. Una vez más.

Joaquín Galán dijo...

Precioso soneto otoñal el que nos traes hoy,Ana. Me quedo con los dos cuartetos,excelentes.
Un abrazo y feliz otoño.

Ana Muela Sopeña dijo...

Mil gracias, Helena, por tus palabras.

Un beso enorme

Ana Muela Sopeña dijo...

Es muy bello tu comentario, Albino:

Gracias por venir, poeta
Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Fackel, me agrada que este soneto asonante te haya gustado.

Un beso enorme

Ana Muela Sopeña dijo...

Se supone, Tatiana, que mientras en el otoño las hojas caen y la naturaleza se despoja de lo que no sirve; nosotros, los seres humanos, deberíamos también despojarnos de lo que ya no necesitamos. Viajar al interior y refugiarnos del mundanal ruido dentro de nosotros mismos.

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Claro, Meulen:

Todo es efímero y tenemos que aprender a amar esa cualidad de las cosas y de las personas de la impermanencia.

Un beso grande

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Ana, por venir. Pasaré por el blog de Carlos Perrotti para ver esa imagen típica otoñal a la que te refieres.

La adaptación es nuestra fuerza.

Un beso grande

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Carlos:

Siempre es un placer tu visita, con enigmas y sin ellos.

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias por tus apreciaciones sobre este soneto, Joaquín:

Un beso