A Eduardo Apodaca (22-3-1952 / 11-11-2006)
La niebla no esperaba
que en el tren huirías para siempre
al territorio estéril del espejo innombrable.
Entonces tu mirada
se escondía de sombras
en aceras desnudas y dispersas
para sentir la nada en tus dedos de mago.
Tus versos no se olvidan
porque el mundo se ha hecho huérfano sin ti.
En la luz de los sueños velados
la belleza de un vórtice imposible
se hace nítida liturgia.
A veces en lo oscuro,
cuando el umbral se iba haciendo estrella,
en el frío del Abra percibía tu espíritu.
Entonces un rumor
encendido en la bruma del crepúsculo
se hizo pasajero en mi visión.
Ana Muela Sopeña
14 comentarios:
Precioso homenaje a quien una vez se fue.
Un abrazo, y buen finde
El rumor persiste acaso.
"Tus versos no se olvidan/ porque el mundo se ha hecho huérfano sin ti": quanta força té!!!
Gracias, Albada, por venir...
Un beso
Sí, persiste...
Me alegra, Helena, que veas fuerza en esos versos.
Un beso grande
Tan íntimo, tan bello...
Milbesos, Ana
Gracias, Soco:
Siempre es un placer verte en mi espacio.
Un beso enorme
maravillosa tu entrada
ANA...
Sentí mucha tristeza en las palabras del poema. Siento tu corazón triste, tu alma llorando...
Así es la vida querida amiga. Todo es tan breve!
Hay cosas que deberían ser eternas...!!
Muchos besos.
Gracias, Mucha, por venir.
Besos... muchos
Gracias, Albino:
Vida y muerte están entrelazadas.
Un beso
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GRACIAS
Me alegro.
Besos...
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