El vacío conecta nuestros nombres en la evanescencia de la noche. Todo se va muriendo en la distancia, incluso los silencios compartidos. Las fisuras de mundos adheridos a los secretos lúdicos del tiempo. Una rosa de fuego se marchita dentro de las esferas de lo cóncavo. Hay un abismo oscuro que nos cubre con los alaridos de los locos y el aullido de un lobezno. El mutismo nos mata interiormente por palabras perdidas, nunca dichas. Hay una voz oculta que resuena en las cuevas desnudas de los sueños. Todo lo que ya fuimos jamás retornará, aunque nos pese. El pasado ya nunca volverá, mas la visión que envuelve tu recuerdo latirá eternamente en mis poemas.
Ana Muela Sopeña
12 comentarios:
Hay desencuentros y silencios que parecen destinados a estallar.
Un abrazo grande
Así es...
Un beso
Lo que más duele es comprender que lo que fuimos una vez. Nunca más será, que aquellas palabras no pronunciadas terminaron abortadas por el miedo o el, tal vez, mañana.
Hermoso y reflexivo escrito querida Ana.
Besos
Gracias, Tatiana:
Lo que pudo ser y no fue a veces de pierde por lugares extraños, sí.
Besos
De entre las fatalidades en las que a veces estamos inmersos, siempre nos arrepentimos más de lo que no hicimos que de los pasos equivocados, a menudo nos falta el coraje de tomar la iniciativa y la vida se encarga de hacer que lo veamos para no repetir los mismos errores creo yo.
Un gran abrazo y un beso🌸
Por qué me gusta tanto tu prosa.
Sensaciones que a veces o muchas veces no hacen bien, pero es parte de lo que como seres humanos pasamos...
Abrazo.
Las palabras no dichas muchas veces pesan...
Me alegra, Fackel, que te guste mi prosa...
Un abrazo
La experiencia humana tiene de todo. El Yin y el Yang, la luz y la sombra.
Un beso
M'agrada moltíssim, Ana, voldria haver-ho escrit jo. És el que té de bo la poesia, que els que no la tenen no saben el que es perden.
Gracias, Helena:
Siempre un placer tenerte como lectora.
Besos
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