jueves, 20 de abril de 2023

QUIMERAS


Dulce tu caminar por las aceras

en la sombra que sabe de la infancia,

más allá de la luz y la radiancia,

alejado de historias y quimeras.


Nostálgico en la búsqueda de suerte,

para soñar que todo es un relato

distanciado en memorias de maltrato 

y en el naufragio abierto hacia la muerte.


La mirada descansa ilusionada 

interpretando el mundo en desvarío

como fisura oscura de la vida.


Ahora tú respiras en la nada,

persiguiendo las nubes del vacío

de un crepúsculo azul como salida.



Ana Muela Sopeña

14 comentarios:

Jorge M dijo...

Hermosas metáforas profundas, filosofando desde el interior del ser.
Hola amiga,me da gusto conectar contigo nuevamente por aquí, te mando un abrazo

Tatiana Aguilera dijo...

Un soneto muy bien logrado con metáforas bien expresadas. Viniendo de tu pluma querida poeta, todo es superior.

Besos Ana Muela

Fackel dijo...

De un poema se pueden sacar conclusiones o al menos sugerencias para el viaje de adultos. Y es que no necesariamente hay que contraponer infancia con edad madura o vejez incluso. En el sentido de búsqueda, de curiosidad, de capacidad de sorprenderse. Ahora, donde vás más allá, ya no concluyo. Pues nada es nada. ¿Conoces el poema de José Hierro?

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

Ana Muela Sopeña dijo...

Hola, Jorge:

Gracias por pasar por mi espacio de Poesía. Es un placer para mí saludarte.

Un beso enorme

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra mucho, Tatiana, que te guste este soneto:

Gracias por tus efusivas palabras.


Un beso grande

Fackel dijo...

Yo había escrito algo en esta entrada, pero ahora no lo veo. Misterios.

Ana Muela Sopeña dijo...

Hola, Fackel:

Tu comentario desaparecido había ido a Spam. Ahora ya lo he sacado de las profundidades.

Es cierto que se puede mirar la vida con asombro sin ser un niño. Es verdad.

Pero hay personas para las que la infancia es una referencia importante.

El poema de José Hierro fabuloso.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Ya está tu comentario perdido en su lugar...

Fackel dijo...

Gracias, no quería que el poema de Hierro se hubiera perdido. Es tan exacto y consolador...

Ana Muela Sopeña dijo...

El poema de José Hierro es una genialidad en fondo y forma. Me lo guardo en mi cofre de tesoros.

Un abrazo grande

Recomenzar dijo...

Ojala pudiera escribir yo asi
Que maravilla!

Helena Bonals dijo...

Em quedo amb "en la sombra que sabe de la infancia". L'ombra que seria la poesia sempre connecta amb la infantesa. El que es relacionaria amb les quimeres del títol.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Mucha, por tus palabras tan efusivas.

Un abrazo grande

Ana Muela Sopeña dijo...

Acertado análisis, Helena.

Muy agradecida por tu mirada atenta a estos versos.

Un beso grande