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A Pere Bessó, aliado en la palabra
El tiempo consagrado a la palabra
teje quimeras de humo con su aguja
y encanta con su luz de sol y luna
a la vez que diseña su mandala.
La belleza del verbo cura el alma
y disuelve despacio la locura
en medio de ciudades y de rutas
que llevan a vivir como en un mantra.
Tus adjetivos aman a la rosa
en un acantilado de recuerdos
como si fueran duendes de la noche.
Tus pronombres se unen a la sombra
y deslizan señales de deseo
durmiente como búhos en el bosque.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Preciosos besos a la palabra...
Tus palabras se agradecen.
Pasé por tu espacio...me han encantado tus últimas publicaciones.
Gracias
Ana
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