martes, 31 de diciembre de 2019


FELIZ DOS MIL VEINTE


Felicita a aquel gato sobre un puf,
enciende las farolas de la noche,
lima las asperezas con cristal,
irradia la belleza de maní,
zahiere la piel lánguida al trasluz.

Dibuja un calendario de pared,
ondea tu bandera frente al mundo,
sumerge despedidas sin hechizos.

Musita las palabras de tu álbum,
imagínate un lindo colibrí,
lánzate sobre el tiempo sideral.

Vive sin represión la letra Vav,
elabora una tarta con un duende,
interroga a tu pájaro chogüí.
Nunca digas que el tiempo es como un tren,
traslada la utopía a tu confort.
Elude la maldad, renuncia al tanque.


Ana Muela Sopeña

lunes, 30 de diciembre de 2019


ÁNFORA DE NIEBLA

Aquella habitación
cobijaba nuestros sueños más ocultos
en los días de lúbricos deseos.
La ventana con vistas prodigiosas,
los caramelos de menta,
las flores en un ánfora de niebla,
el cuadro presidiendo la estancia.

El invierno susurraba
sus veleidades típicas.

Los transeúntes caminaban
sin reparar en nosotros
que en el silencio sombra de la tarde
nos sumergíamos en lluvia
de besos abrazados al reloj.

El lugar albergaba
los placeres contenidos
en sus paredes quietas,
en sus esquinas olvidadas,
en sus muebles selectos.

El tiempo se paraba
como si no existiera
y nosotros traspasábamos
la lejanía de los muros,
inmersos en la onda lujuriosa
de una pasión sin nombre.


Ana Muela Sopeña

jueves, 26 de diciembre de 2019


LA VÍA LÁCTEA

*
La Vía Láctea ofrece su camino
para encontrar el centro de las cosas
en mitad del relámpago.

Nuestra galaxia es pura,
nos ofrece la luz
en espacios de sombras,
mientras el sueño antiguo
en la nostalgia cura las heridas.

Nadie sabe que todo lo que existe
posee la frecuencia
de cúmulos abiertos.

El núcleo de los púlsares
es como un torbellino de preguntas.
Encuentra las respuestas
atadas a visiones de otro tiempo.

El mundo necesita reencontrar
el instinto dormido en los secretos
de una emoción arcaica.

La Vía Láctea oculta los enigmas
en su interior plagado de misterios
y balancea siempre,
en las espirales de su nombre,
los verbos adheridos al conjuro.


Ana Muela Sopeña

lunes, 23 de diciembre de 2019


TRAZOS DEL SOLSTICIO

*
Árboles
blancos,
por
la
calle
los
gatos.
Luz
de
crepúsculo.

Gente con prisa,
las compras de estas fechas.
Una ilusión.

Lluvia en aceras, el muelle con sus barcos. El horizonte.

En la hojarasca, la belleza del tiempo. Evanescencia.

Ramas de escarcha,
a lo lejos temblor.
Niebla en los parques.

Un
transeúnte
habitante
del
mundo.
Melancolía.


Ana Muela Sopeña

domingo, 22 de diciembre de 2019


SOLSTICIO DE INVIERNO

*
El frío de diciembre me recuerda
esas tardes tan cálidas,
junto a la chimenea del hogar.

Después llega la noche tan amada
y las sombras se adueñan de la piel
mientras el sueño cumple su ritual.

Hoy ha entrado el invierno,
el solsticio se siente por las calles,
y tu presencia suave
la percibo en los árboles de lluvia.

La ciudad se ha ataviado con sus luces,
los edificios hablan de nostalgias
adheridas a nubes de presagios.

Un gorrión pequeñito se hace un hueco
en las aceras llenas de hojarasca
y el sonido de coches a distancia
presiente sortilegios en el aire.


Ana Muela Sopeña

sábado, 21 de diciembre de 2019


BARRACAS EN LA PLAZA DEL AJEDREZ

*
Los jóvenes se divierten
en el carrusel
que girando se atreve
a colocar la realidad del revés.

Los sueños de la infancia
recuperan en la tómbola su pulso
abierto a la belleza de los días.

Regresamos unidos a aquel tiempo
de la risa de un mundo en extinción,
comiendo muy despacio
el algodón de azúcar de colores
que nos lleva a los años
de una niñez dispersa en tebeos y cómics.

Se deslizan los mitos y los juegos
por el tiovivo con sus luces.
Hay niños que me miran,
con ojos asombrados,
encima de una moto
o del coche que huye del dragón.
Los caballitos suben y bajan
a los pequeños sonrientes.

Hay un puesto de churros,
chocolate y porras.
Como un hada madrina,
la churrería
reparte caramelos
desde una nube azul.

Saltan niñas sin pausa
sobre una cama elástica.
Emulan con sus grandes acrobacias
el bullicio de los circos.
Afuera llueve mucho
y el viento se parece
al inhóspito mar con sus galernas.

El tren de Disney coge pasajeros
y los conduce rápido
por el túnel de la bruja.
Una ilusión certera,
en mitad de la herida,
acompaña a los vagones
durante todo el viaje.

Hay un claxon que me habla de otra edad
en la que yo corría sin el pánico.
Son los autos de choque,
un entretenimiento algo ruidoso,
un trayecto desnudo
hacia épocas sin sombras.
Cuando todo era simple
como salir con tu familia
e ir a las barracas una tarde.


Ana Muela Sopeña

viernes, 20 de diciembre de 2019


TANKA DE NAVIDAD

*
En la ciudad
los árboles con luces.
Niños riendo.
El frío de diciembre,
los dulces navideños.


Ana Muela Sopeña

TRES TANKAS DE INVIERNO

*
Frío en las calles,
los niños con bufandas.
Nubes con lluvia.
Anochece muy pronto.
Llega la Navidad.

Nieve en los árboles,
las rosas con escarcha.
Casas calientes.
En la mesa una sopa,
la gente con abrigos.

Noche de helada,
el instinto dormido.
Cielos sin nubes.
Los días son muy cortos,
el silencio en los parques.


Ana Muela Sopeña

LA GRAN NUBE DE MAGALLANES

*
A veces, por las noches,
pienso en esta galaxia
espiral barrada
y todo lo que habita en mí
adquiere una nueva dimensión.

Dentro de sus contornos
residen nebulosas
esperando el poder intangible
que las despierte del letargo,
de ese sueño en delirio
amarrado a la nada.

La Nebulosa de la Tarántula
nos recuerda que todo es una lucha
adherida a los pulsos siderales
y nosotros latimos al unísono
de la respiración del universo.

La Nebulosa Cabeza de Fantasma
sabe que lo que existe
a la vez es
y no es,
eterna contradicción
que nos hace palpar las paradojas
que nos envuelven con su hielo.

La Gran Nube de Magallanes
contiene
los
secretos
subterráneos
de los antepasados,
que se transmiten siempre
de generación en generación.

Esos hechos ocultos
que albergan sentimientos y emociones
difíciles de aceptar.
Tabúes
o sucesos antiguos
que se taparon por vergüenza.

Me pregunto qué sucedería
si de pronto emergieran,
sin las máscaras,
las sigilosas claves más atávicas.

¿Nos enredaríamos en el caos
o despertaríamos de golpe
a lo que verdaderamente somos?

Historias paralelas acontecen
en las vidas
de los hombres.
Aquello que se narra
y lo que no se cuenta oficialmente.

En cúmulos abiertos
las mujeres depositan sus ofrendas.
Lo que fue
y lo que pudo haber sido.

Todo sigue vibrando
en el centro galáctico
de la Gran Nube de Magallanes.

En el cuaderno de bitácora
de la estrella S Doradus
todo queda escrito.
Lo que se vivió
y lo que no se llegó a vivir:
por miedo,
por necedad
o por cualquier otro motivo...


Ana Muela Sopeña

martes, 17 de diciembre de 2019


NAVIDAD AMBIVALENTE

*
La Navidad es siempre ambivalente.
Por un lado turrón, familia, luces;
por otro los mendigos en las calles,
la gente que está sola y se deprime.


Ana Muela Sopeña

LEÓN

*
La ciudad me despierta sensaciones
de épocas pasadas en un sueño.

La catedral altiva
con
sus
vidrieras
llenas
de
misterio.
La alquimia entre sus calles,
los enigmas.

Las piedras que contemplan
los siglos incesantes,
el paso de las épocas
el instinto del mundo.

La muralla romana,
legado de nostalgia,
y la cerca medieval que bien recuerda
a tantos laboriosos artesanos.

La Casa de Botines,
de fachada prodigiosa,
diseño de Gaudí.

León es una puerta
a esa historia invisible que se escribe ella sola
en códices de arena.

El frío nos acoge
en sus parques amados por pájaros de lluvia.

Su aire tan sutil nos hace cabalgar
a través de los años
hacia un ayer plagado de secretos.

Yo quiero recorrerte con mis ojos,
ávidos de la vida trepidante
que se esconde en tus plazas
con transeúntes lúdicos
que caminan deprisa
hacia soles futuros más amables.

León sabe de heridas y del pulso
en el deslumbramiento de la luz.

También sabe de arte y de castillos
que guardan las visiones de milenios.

En cada callejuela habita un reino
oculto en cada letra y cada signo,
símbolo del honor y la nobleza
de sus gentes heroicas y sencillas.


Ana Muela Sopeña

viernes, 13 de diciembre de 2019


LA TARDE ES SOLO HUMO

*
La sombra de tu piel
es un recuerdo lánguido
que acompaña mis paseos solitarios
por las avenidas luminosas.
La plaza Circular me sabe a ti...

En la noche camino sin un rumbo
en la quietud
de un espacio sonámbulo.
Los
árboles
me
hablan
en
susurros,
mientras la lluvia cae imperturbable.

Al alba mi nostalgia
me roza con su luz evanescente.
Los arbustos presienten
la dureza del asfalto.

La tarde es solo humo
con la hojarasca en las aceras
y los parques abiertos al destino
de una niebla que todo lo inunda.


Ana Muela Sopeña

TU NORAY

*
Ya sabes que soy siempre tu noray
ondeando el recuerdo del instinto.

Te amo cuando subo a un zigurat
en mitad de la ruta de una nube.

La lluvia va sonando en el cristal,
la belleza se asienta en un papel
al tiempo que la luz se hace de arena.
Musitas las palabras de tu álbum
antes de que la herida en la tormenta
reitere que la sombra del azar
es solo un algoritmo de tu nave.


Ana Muela Sopeña

IGLÚ

*
El precipicio abierto me dolió
cuando tú te marchaste en aquel tren
de rosas encarnadas en la nieve.

Ahora,
que el tiempo ha transcurrido,
caminas por la Antártida
y te refugias solo en un iglú.


Ana Muela Sopeña

jueves, 12 de diciembre de 2019

LUNA NEGRA

*
La luna negra
nos espía en el bosque.
Impermanencia.


Ana Muela Sopeña

OTRA RUTA

*
A veces intentamos que la aurora
se parezca al instante del azar
y todo en nuestro entorno sea un mar
de mundos sumergidos en la hora.

Tomamos otra ruta sin demora
y procuramos ser el verbo amar,
para que la ecuación sea danzar
y no se abra la caja de Pandora.

A veces la tristeza es nuestra luz,
a pesar del dolor en la locura
y la melancolía de la herida.

Por eso perseguimos al trasluz
evitar en los huesos esa oscura
imagen de la muerte sin salida.


Ana Muela Sopeña

EXÉGESIS DE UN SUEÑO

*
Amanece con nieve en la ciudad
y siento que las horas
se han detenido en marzo de este año.

Los almendros exhiben
su floración abierta
a un lujo de detalles.

Respiro quietamente
el instinto del frío.

El tiempo ha congelado los momentos
de tu risa sin pánico a la mía.

Llegan hordas de gente sanguinaria,
quieren exterminar a los que sueñan
con piedras y con palos.

Una sirena toca;
es el toque de queda.

La gente que no está ya en sus casas
se convierte en estatua.
Las estatuas son llevadas
al museo del parque,
allí se clasifican
y se muestran con títulos,
como si fueran cosas extinguidas.

La gente está mutando.
Se transforma en estatuas
por el decreto ley de los "sin techo".

Las personas no son lo que eran antes,
tienen miedo al reloj
y viven sin saber que ya están muertas.


Ana Muela Sopeña

ARCANOS PARA HALLIE

*
A Hallie, emperatriz, sacerdotisa y estrella del Tarot


III

La belleza de un mundo natural
te lleva por lugares
donde el arte se funde con las nubes.

II

Eres la mujer fuerte del crepúsculo,
la que sana la herida con sus plantas.

XVII

La esperanza te besa cada día
y te permite ser una con todo
en medio de la bruma y de la sombra.


Ana Muela Sopeña

ÁMBAR

*
Placer de luz.
Nuestros cuerpos trazaron
hilos de ámbar.


Ana Muela Sopeña

TRAZOS

*
Tus trazos de acuarelas
rozan la plenitud
de una infancia sin sombras.
La luz se difumina en la esperanza
del umbral infinito.

Tus óleos se parecen a los bosques.
Las voces guturales de las rocas
entonan sin temor una canción velada.

Elaboras colores
en tu paleta de contrastes.

Sueño con esas líneas sin contornos
cuando las nubes se abren al placer.

Me atormenta la espada de tus grises,
el universo sombra en blanco y negro
de tus carboncillos numinosos.

Agradezco al relámpago y al trueno
que tus lienzos me hicieran más etérica
y la vibración de tus frecuencias
me llevase por galaxias de palabras.


Ana Muela Sopeña

SOLEDAD

*
Calles desiertas.
Desde que tú te fuiste
todo es oscuro.


Ana Muela Sopeña

HUMEDAD EN LAS ACERAS

*
La niebla se parece a nuestros cuerpos
que caminan por calles sin historia
y desatan las sombras de la noche
en veladas imágenes.

Te veo entre la bruma de la tarde
con la llovizna llena de secretos,
la humedad en las aceras
y en las marquesinas de autobús.

Los edificios hablan de lo nuestro...
Alumbran las farolas con su luz
los portales perdidos con hojarasca seca.

Lágrimas de destierro
me permiten sentir la despedida
como si fuera un ave migratoria.


Ana Muela Sopeña

NOSTALGIA

*
Por la puerta del humo
se fue el hombre que amo.
Ahora solo me queda la nostalgia.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 11 de diciembre de 2019


NUEVE POEMAS DE LOCURA Y UNA CANCIÓN DESORDENADA

*
I

Me arrastras a suburbios de extrañeza
sugiriendo que el caos es lo mejor,
pero mi centro sufre la ruptura.

II

Los motivos del lobo te hacen frío.
Asumes que el placer es tu existencia,
mas el vacío extrema tu dolor.

III

Alumbras con tus huesos
la muerte del amor
entre los aguaceros de la sombra.

IV

Huyes de las cenizas de la grieta,
en la divinidad de la templanza.

V

Ya no te perteneces a ti mismo.
Un arconte infernal lleva tus riendas.

VI

Has sepultado en ti nuestra alegría,
la unión de la belleza con el pulso
de la luz más oculta de mi sangre.

VII

Nuestros sueños no están porque te has ido.
Has matado la alianza por tu altivez de hielo.

VIII

Hay vampiros oscuros en tu puerta.
Destrúyelos con una cruz de plata
o esfúmate sin pausa hacia otro bosque.

IX

Eres entre las llamas la perfidia
de la condenación en otro círculo.
Solo podrás salir y rescatarte
cuando asumas que los cuerpos sin historia
son humo entrelazado con la nada.

____

Canción desordenada

Eres solo un humano aprendiendo a ser alguien
que vibra sin naufragio en la herida del muelle.
Los barcos se parecen a tu luna de bronce
en el portal del pánico
y de la mascarada de tu ego.
Ahora tienes la opción
de abrazar tu futuro
o de que todo sea destruido
en el fuego uraniano del orgullo.


Ana Muela Sopeña

RELÁMPAGO DE SUEÑO

*
Duele mi corazón porque te has ido
atraviesa la luz de la esperanza
y alumbra sin demora nuestra alianza,
mariposa de sombra lo vivido.

Delira sobre un árbol el silbido
de la ballena azul en su gran danza,
entregada a la noche con su lanza
entre las maldiciones del sonido.

Sugiere la tormenta una pregunta
envuelta en un relámpago de sueño:
¿hasta cuándo el horror de la ruptura?

Hasta que resucite la difunta
mediante una infusión de té y beleño
y su mente abandone la locura.


Ana Muela Sopeña

GALAXIA NGC 1643

*
La Galaxia NGC 1643
ubicada
en la Constelación de Eridanus
es un espejo sumergido en el enigma

Allí,
las almas de los muertos
yacen criogenizadas
durante períodos
interestelares.

Todos los habitantes de la Tierra
que alguna vez han sufrido el desamor
mantienen su ADN conservado
en cámaras de hielo
de instintos primitivos.
Tejen y destejen cada imagen
hasta llegar al centro de la herida
y dominar el arte del vacío.

Entonces todo vuelve a comenzar
como si nada,
como si un gran teatro universal
los hubiera hechizado con su sueño.


Ana Muela Sopeña

viernes, 6 de diciembre de 2019


DESNUDEZ

*
Voy cayendo despacio
por el pozo infinito
de la nostalgia ciega de tus ojos.

Me precipito
por un acantilado de deseo
que atrapa sin excusas
la desnudez abrupta de mi piel.

Sangro hasta el paroxismo
en híbridos lugares de la noche,
por los suburbios llenos de habitantes
de esta ciudad tan sórdida.

Precipicios abiertos a la nada
me ofrecen la locura sin raíces.

Bajo
d
e
s
p
a
c
i
o
por fisuras sin límites
en la melancolía de tus dedos.

En mis manos la lluvia
te consagra sin vértigo a lo oscuro.

Tu recuerdo me lleva por esquinas
donde la vida brota sin un plan.

La grieta de tu luz evanescente
configura mi sombra como tuya.


Ana Muela Sopeña

DE SOMBRA

*
El dolor es tan grande
que la respiración se hace de sombra.


Ana Muela Sopeña

PEQUEÑO CACHORRO

*
La galaxia "Little cub",
pequeño cachorro,
de la constelación
de la Osa Mayor
está siendo despojada de su gas
por la galaxia gigante
NGC 3359.

Luz
ancestral
en
nuestra
piel
de
oruga.
La
mariposa.

A pesar de que duermen
en universos separados
se unen en una danza
de dimensiones cósmicas,
para crear los flujos
del vértigo imposible.

La
vibración
de
frecuencias
sutiles.
Evanescencia.

Todo lo que acontece
en el horizonte de sucesos
ocurre sincrónicamente
en nuestros campos del azar.

Fractales
negros
al
alba
de
la
herida.
Luminiscencia.

Mientras se da ese robo de energía,
en nuestro mundo,
los ladrones se relamen
y se llevan el botín de las esferas,
encendidos con lámparas de hielo.

Gorrión
de
escarcha
en
nuestras
manos
áureas.
Núcleo
de
sal.

Ese sigilo atrapa la conciencia
de la gente sencilla
y mientras
los amantes vampiros de la sangre
persiguen sucedáneos de la droga
como un atajo cósmico,
para impulsar sus hélices genéticas.

Nuestro
adn,
luminoso
en
su
esencia,
corre
peligro.

Salvemos sin demora
al pequeño cachorro
que habita en nuestros cuerpos
desnudos, inocentes, sin malicia,
de los maltratadores
que con sus planes pérfidos
inoculan veneno psicopático
en las dendritas clave
de nuestras neuronas espejo.

Águilas
blancas,
relámpagos
de
Urano.
Memoria
atávica.


Ana Muela Sopeña

ABRAZOS ROTOS

*
Por las calles tu rostro se hizo mío
mientras la lluvia abría su canción
en aceras de bruma melancólica
y llanto destinado a ser mutismo.

Los recuerdos fluían con el sueño
y los bancos del parque solitario
creaban las escenas sumergidas
en las ramas desnudas de los árboles.

Una rosa sin máscara emergió
entre los edificios de la urbe
al tiempo que tus besos me hechizaron.

Mas los abrazos rotos persiguieron
nuestras sombras veladas por esquinas,
en la estación del tren que se nos fue...


Ana Muela Sopeña

NOVIEMBRE

*
El infinito ayer ha sucumbido
a esta ciudad dormida
entre los soportales de la herida,
más allá del sonido.

Te busco y no te encuentro.
Todo se ha diluido en la locura
de los relojes vanos y en la oscura
aterradora luz que habita el centro.

De ti lo que me ata,
aunque no me desmiembre,
es la visión de un sueño en el presagio.

Esta sombra me mata
en el frío noviembre,
mientras la lluvia observa mi naufragio.


Ana Muela Sopeña

jueves, 5 de diciembre de 2019


HUMO EN EL SILENCIO

*
La lluvia tintinea en los cristales
mientras nuestros espíritus de hielo
se han escondido en las estatuas
de esta ciudad amada.

Las horas serán siempre melancólicas
y llegarán los días
de las sombras
donde el ayer parezca surreal.

El instinto de nieve será todo
lo que la urbe deje traslucir
entre los edificios de la bruma.

Los relojes abiertos al destino
parecerán robots carentes de alma
y las calles desnudas brindarán
solo
humo
en
el
silencio
de lo que pudo ser y nunca fue...


Ana Muela Sopeña

LLUEVE MELANCOLÍA

*
Las ciudades conversas se detienen
en esta madrugada de caricias
en donde tú no estás.

Llueve
melancolía
en
el
ambiente
al tiempo que la luz
asume que mi vértigo
se compone de ti y de tu ausencia.


Ana Muela Sopeña

LICÁNTROPO DE ARENA

*
Eres entre las sombras
licántropo de arena.

Entrampas
a
las
hembras
sedientas
de
la
droga
hormonal
con tus pezuñas llenas de caricias
y tu lengua mortífera,
bífida como serpiente del sigilo.

En los espejos soterrados
de lo oscuro
he visto tus imágenes abyectas
antes de que el infierno
habitara tu herida primigenia.

Vengo de las cenizas de la sangre,
mas vivo sin el lodo
de tu ciudad tan pérfida.

Te adhieres al petróleo
mezclado con nigredo
e inundas sin cesar en tus rituales
a las víctimas atadas por las cuerdas
de una emoción antigua.

Todo será liturgia de las horas
en un volcán de cieno.

Las hienas se harán cargo de tu piel.
Los buitres insaciables
se darán un festín con tus entrañas.
Los insectos saldrán del agujero
y comerán de tus ojos sanguinarios.
Las mantis religiosas te amarán
antes de devorarte sin temor.
Las ratas rondarán tu descontento.
Todos los animales darán caza
a tu depredador de los suburbios.

Te atarán por mil años
encerrado en el abismo del horror,
para que dejes libres
a las muñecas rotas del zaguán.

Entonces, cuando todo se derrumbe,
recordarás los días
que alumbraron tu infancia en el exilio
y llorarás desnudo, sin raíces,
en la danza de bruma
de un arbusto caído por el viento.

Rezarás las plegarias
de tu niñez dormida en laberintos
y volverás a ser tan solo humano.


Ana Muela Sopeña

sábado, 30 de noviembre de 2019


GALAXIA NGC 3384

*
En la constelación de Leo
habita una galaxia eonaria:
NGC 3384,
donde duermen los sueños
de los hombres condenados a ser lodo.

Las estrellas en su reino
pertenecen a mundos ya extinguidos,
desde las ondas primigenias
de hace más de mil millones de años.

En esta gran galaxia
los pulsos de los seres
subyacen en frecuencias nanocuánticas
y no recuerdan nada.

La sombra del amor y de la muerte
los mantiene adheridos
a las palabras nunca pronunciadas,
en dimensiones de relámpagos,
sobre el hielo de clepsidras imposibles...


Ana Muela Sopeña

AQUELLA OTRA

*
La mujer que le quiere
es dulce
como el pastel de arándanos;
pero él piensa en aquella otra,
esa que se le escapa de los dedos...


Ana Muela Sopeña

AVENTURA

*
El amante que tiene
le ruega y se arrodilla,
pero ella piensa en aquel otro
que se escapó en el tren de la aventura.


Ana Muela Sopeña

CONDENADOS

*
Jamás podrás cruzar mi muro helado.

Quedarás desterrado de la dicha
por no haber cumplido nuestro pacto.
Te pedí que mantuvieras en secreto
la visión de tu sol negro, pero tú,
bruto como las bestias primitivas,
violaste nuestro pacto por orgullo.

Ahora solo nos queda
vagar en esta vida,
desnudos, sin raíces,
condenados a la soledad más dura.

Jamás encontrarás
otro oasis de mundos intermedios,
esos en los que el sueño
imita a la utopía de la infancia.


Ana Muela Sopeña

PULSO PRIMITIVO

*
En los confines del delirio
realizaste la mortaja de tu vida
con almizcle blanco
y resina del bosque más semen de unicornio
mezclados con pasión.

Mientras dormías,
la ninfa del infierno y de las aguas
te suplantó durante horas
por un muñeco ciego atado por las lianas
del deseo perdido en los volcanes.
Un sortilegio antiguo
amado por el barro
del pulso primitivo del esperma.

En la liturgia de la historia y sus fisuras
duerme una diosa devastada
por la tormenta traicionera del instinto,
en el relámpago causado por la muerte
de una mirada envuelta en sombra,
en cementerios de la herida.

Ahora en los relojes de la infancia
el mundo gritará tu mascarada,
tu fracaso sin límites;
cuando pudiste haber triunfado
atándote a los mástiles del sueño.


Ana Muela Sopeña

FAROLAS AL TRASLUZ

*
Tu marcha me ha dejado en la tristeza,
has desaparecido sin motivo
girando como un niño en tiovivo,
abandonada estoy en la maleza.

Mi nostalgia se oculta en la belleza,
ya no sé por qué muero o por qué vivo,
se ha vuelto el día a día prohibitivo,
no deja de dolerme la cabeza.

De noche me persigues con la luz
que lleva secuestrada a mi alma
al interior de un pozo bajo tierra.

Observo las farolas al trasluz
y consigo por fin estar en calma,
mientras mi mente fría te destierra.


Ana Muela Sopeña

jueves, 28 de noviembre de 2019


INSTANTE

*
Los barcos del Nervión
me observan con sus ojos de deseo
en esta noche fría de noviembre.

La "D"
se dibuja desnuda
en la calima de las horas.

Una mujer de sueño
deambula por el muelle,
se apoya en los pretiles
sollozando entre árboles de niebla.

La "e"
traza su borrachera
entre los arbustos del paseo.

La lluvia tintinea en los cristales
mientras el sonido de los coches
actúa como un conjuro mágico.

La "s"
se tambalea en torres de ignorancia,
encerrada en su jaula.

Veo el puente colgante
que se alza bajo el cielo a través de la bruma.

La "p"
danza con su perfidia
en el veneno rojo de una pócima.

La luz transforma la belleza
en este simulacro del otoño.

La "e"
se parece a los monstruos
de la clase de párvulos.

Los labios de las nubes
me abrazan con sus sombras de crepúsculo.
En mitad del camino
se divisa un instante de locura.

La "d"
visualiza su caos dentro de un pozo.

Cuando lo oscuro cae
sobre el muro de piedra
el hombre del relámpago se viste con su parka
y un instinto ancestral lo transfigura.

La "i"
alterna un sortilegio con el canto.

La mujer solo alcanza
a ordenar su pequeño territorio
para exorcizar lo que no entiende.

La "d"
anuncia sin pesar que todo es maya.

El corazón anónimo de alguien invisible
se convierte en un tren
que atraviesa la esfera de obsidiana
por la fisura de la infancia.

La "a"
ampara lo intangible
con lágrimas de exilio.

Los amantes que danzan desde eones
volverán a encontrarse en otro tiempo.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 27 de noviembre de 2019


NUESTROS FANTASMAS

*
En el territorio de las sombras yacerá tu recuerdo imperturbable abrazado a la escarcha de la noche. Allí nuestros fantasmas jugarán a las cartas del amor en mundos paralelos ya extinguidos. Todo lo que acontezca en los bosques oscuros será nuestro secreto inconfesable. El sentimiento puro quedará congelado para siempre en los instantes plenos compartidos y en el núcleo de un reino atemporal.

Ana Muela Sopeña

ESTA HIPOTERMIA

*
Has matado el amor que nos unía
con tu puñal de plata.
Eres un asesino de ilusiones.
Me has arrojado a un pozo sin salida.

Noto el hielo en mi rostro. El metal va dejándome en silencio. No puedo comprender tus palabras sin tacto. Has acuchillado nuestro nido. La escarcha de la noche me causa esta hipotermia. El adiós es tu marca y mi destierro. Tan solo soy la sombra de tu pánico.

Me veo en tus espejos
con lágrimas de arena
en el diccionario de la sangre.


Ana Muela Sopeña

DEMONIOS DISFRAZADOS

*
Los niños abusados
lloran desde la noche primitiva
en sus cuevas de pánico,
soñando con gritar su cruel dolor.

Cada noche las lágrimas
se derraman desnudas,
pero ya no están solos.
El mundo se rebela,
quiere que esta barbarie
salga a la luz en todas las noticias.

No son casos aislados,
son prácticas normales
para esos demonios disfrazados
de humildes servidores de la fe,
de grandes empresarios,
de políticos íntegros y honrados,
de jueces extremadamente buenos.

Cuando toda esta chusma
sea señalada con el dedo
y los niños por fin
sean respetados
en su dulce inocencia,
el curso de la historia cambiará.

Los seres que perpetran tales crímenes,
porque hay muchas maneras de matar,
merecen ser atados
en prisiones perpetuas
para que dejen de una vez
su aberrante conducta antisocial.

Cuando esto suceda
los humanos podrán
respirar aliviados
por el encerramiento de los monstruos.

Las víctimas
han muerto reventadas
por el daño infinito,
mas ahora, despacio, resucitan.
Salen de sus ocultas madrigueras
y buscan,
con denuncias,
la justicia que todo lo restaure.


Ana Muela Sopeña

EL VIAJE SOLO ES UN SIMULACRO

*
A Constantino Kavafis a propósito de su poema "La ciudad"


Vagamos por el mundo
persiguiendo el hogar que se esfumó
en nuestras calles sórdidas y tristes.
Una luz asombrada nos acoge
en otras avenidas más amables,
pero todo es inútil.
La sombra de la infancia no nos deja,
permanece adherida a nuestra piel.
Nuestro pasado es sombra, lastre, bruma.
Parece que se extingue en el vacío,
pero todo es un cuento sin final.

La ciudad nos habita por las noches
con sus dientes de lobo
y sus garras de miedo en los suburbios.

Si dentro de nosotros no hay un cambio
el viaje solo es un simulacro.

Ya Kavafis lo supo
y nos legó sus versos más profundos
de su poema inmóvil "La ciudad".

El eterno retorno de su música
nos hace recordar que solo somos
humanos aprendices de la luz
escapando del peso del ayer.


Ana Muela Sopeña

lunes, 25 de noviembre de 2019


COMO EL ZIRCONIO

*
El verso es un demonio
que nos hace felices,
no deja cicatrices,
solo bebe estramonio.

Brilla como el zirconio
en todos sus matices.
Incluso en las raíces
mata como el plutonio.

A veces es alegre
se entretiene en los charcos,
sonríe como un niño.

Puede que desintegre
y se oculte en los barcos
con su abrigo de armiño.


Ana Muela Sopeña

PALABRAS EN TRANVÍAS

*
Para ser un poeta hay que volar
al cielo del amor y de la muerte,
resistir los peligros de la suerte
al tiempo que escribimos al azar.

Vamos entrelazando en alta mar
albatros con gaviotas para verte,
lluvias llenas de luz que caen muy fuerte
entre las nubles grises al pasar.

Ondeamos banderas de la infancia,
narraciones de ayer y del futuro
con palabras cargadas en tranvías.

Imaginamos siempre la fragancia,
nunca nos olvidamos de lo oscuro
a la vez que esperamos utopías.


Ana Muela Sopeña

RIMA INTERNA

*
A veces escribir no es nada fácil
las palabras se escurren de las manos,
mientras sueñan metáforas de humanos
en medio del sendero de lo grácil.

Las imágenes surgen sin sentido
al tiempo que las sílabas se miden
antes de que las letras no se hibriden
en misterios tangentes de lo unido.

Entonces aparece una vocal
que no puede ligar por rima interna,
todo se desbarata y se hace caos.

Los verbos tintinean con cristal,
hay sonidos lejanos de galerna
y el poema resuena en los tablaos.


Ana Muela Sopeña