miércoles, 29 de mayo de 2013


DRAGÓN

*
La vida en sus inicios, cuando estalló el Big Bang,
contaba con tu cuerpo
sólo como una imagen holográfica.
Poco a poco los átomos se hicieron más pesados
y un archivo de amor
comenzó su andadura por el tiempo.
A través de milenios y eones estelares
nuestros besos viajaron
en medio de los púlsares de luz
y paulatinamente los cuásares arcaicos
plasmaron en moléculas
nuestra fusión divina y trascendente.
Un visión angélica forjada entre los quarks
desplegó su belleza
más allá de los límites sidéreos.
En mitad del espacio nuestra piel en fusión
se hizo ardiente aventura
como los ojos cálidos del sueño.
Apareció la Tierra y su canción galáctica
en la penumbra suave
que albergaba el misterio de los magos.
Un ADN fértil replicó sus codones
como si fueran pájaros
en mitad de tormentas y presagios.
Los primeros homínidos que poblaron el mundo
eran esos ancestros
en los cuáles nosotros nos mirábamos.
Después líneas de manos y bisontes de caza
en pinturas rupestres
acercaron los dioses a los días.
Tú cazabas mamuts y yo curtía pieles,
luego las glaciaciones,
a la vez que las Pléyades soñaban.
Cultivamos semillas en terrenos de luna
hasta que ya aprendimos
a controlar los ciclos de la lluvia.
Pero un fractal del caos de película gore
nos hizo desviarnos
de la ruta adorada de la diosa.
Construimos el mito del poder más despótico
con guerras y saqueos
hasta dejar al Hombre sin futuro.
La riqueza abundante de Gaia sideral
parece que se oculta
en imágenes turbias de la muerte.
Pero todo es mentira, ya que la flor renace
incluso tras las balas,
porque la Tierra es nido de lo fértil.
Tan sólo recordemos nuestra misión galáctica
al escuchar el agua
en la respiración del gran silencio.
Despertemos del coma inducido por rayos
y regresemos pronto
en medio de las sombras, cual guerreros.
Somos como partículas pariendo antipartículas
en aceleradores,
para recuperar en la memoria
el Dragón escondido en la red cósmica.


Ana Muela Sopeña

AGOSTO

*
Agosto...
Aquellos días fueron un oasis
para mi corazón atormentado.

Las calles nos amaban,
cómplices del aliento clandestino
y
un
temblor
de
labios
nos arropó
ya huérfanos
en nidos
de belleza ancestral y subterránea.

La ciudad fue universo
de nuestras miradas sin disfraces
en el nacimiento prenupcial de nuestras citas.

Agosto...
Han pasado los días y otro tiempo,
vacío de cerezas,
entreteje mis horas,
pero las avenidas y las plazas
siempre acompañarán estos recuerdos
con tu sonrisa lúdica de pícaro.


Ana Muela Sopeña

martes, 28 de mayo de 2013


A TI, HOMBRE DORMIDO

*
A ti, hombre dormido bajo la tierra estéril
que habitan los ya muertos,
te grito,
para que te levantes de las tumbas
que aunque parecen vida, amor y orden
no son más que sepulcros
que enjalbegan la luz
a base de censuras
que amordazan los gritos del silencio
y bullen
con
los
cuásares
del
miedo
que nos mantienen siempre
unidos a la máquina de hacer seres humanos
parecidos a cuerdas y artilugios
sin vida y sin el hálito
creador de la estrella de las almas.

A ti, hombre que avanza anestesiado
por el Trankimazin y el Orfidal,
por el Prozac, Prisdal y Leponex,
yo te susurro ahora que te alces
de negras sepulturas que te atan
a ser sólo una oveja susceptible
de copia y clonación,
en medio de leones y de lobos.

A vosotros, hombres y mujeres
que un día emergisteis del miedo y las cavernas,
yo os invoco y os canto
melodías galácticas
para así componer un mundo más amable,
henchido por la luz
de los púlsares llenos de deseo
y de la danza abierta de la luna.


Ana Muela Sopeña

viernes, 24 de mayo de 2013


LA MUERTE ES SÓLO UNA METÁFORA

*
A Marius Gabureanu


He visto en el espejo de visiones
una serpiente roja, despechada,
con petróleo en un frasco de cristal
como veneno listo de homicida.

Un reptil en el cuarto de los niños dificulta el amor desde hace años, por ello en noches frías las estrellas purifican el alma del hogar.

A veces todo son presagios tristes
que viajan, subterráneos, hacia el Hades
con abalorios llenos de agua y pánico.

El rumbo de los días es un huérfano que cabalga hacia esferas en zigzag, donde la muerte es sólo una metáfora.


Ana Muela Sopeña

jueves, 23 de mayo de 2013


LA MUÑECA

*
La muñeca de viento
es como la sangre
de los impenitentes
que, náufragos, desfilan por las colas
de los supermercados de la vida.

Ella busca en los huecos
de la carencia oculta de la gente.
Ella escarba en los círculos de hielo,
donde los seres fríos, sonámbulos de luz -
persiguiendo icebergs
en los sueños de luto -
se refugian sin límites.

La muñeca de fuego es nuestra sombra infame, herida como un sol de terciopelo, buscando la belleza en las criptas del miedo y del terror.

La muñeca de lodo somos todos,
renegados de aquella luz sin párpados.

Nos lleva hacia los mundos de locura,
donde la orfandad
nos roza las clavículas
y nos mantiene unidos a la nada.

La muñeca sin brazos, sucia y rota, es lo que nos espera si no empezamos pronto a amarnos sin recodos, sin mentiras, ofreciendo a los otros lo que anhelamos siempre en las visiones, más allá de los cubos con fármacos y pánico, más allá del teatro y los disfraces, más allá de las máscaras de amianto, entregadas al dios de las pirámides que codirige el mundo con los diablos que invaden las esquinas de los hombres.


Ana Muela Sopeña

CRUJE MI HERIDA

*
.....Cruje mi herida en medio de la sombra, para desafiar a lo que duerme en un cajón ya muerto de ceniza, anestesiado en rumbo hacia la nada.


Ana Muela Sopeña

LICANTROPÍA DEL ENCUENTRO

*
A Hallie Hernández Alfaro


Saltas sobre la herida de la sangre
con tus dedos de musa,
en el volcán abrupto de la piel
que se desgarra en nubes de silencio.

Abrazas lo infinito entre visiones
con palabras de magia,
en medio del desdén del hombre sin un rostro
que vaga solitario
por el oscuro vértigo
de un extraño vestíbulo,
en la estación de trenes y de sueños.

Intuyes con tus letras
un déjà vu sin nombre,
en la licantropía del encuentro...
En esa ambigüedad de lo que nos atrae
y a la vez nos aterra,
sobre el lodo ancestral del crepúsculo.


Ana Muela Sopeña

viernes, 17 de mayo de 2013


DESDE UNA RAMA HELADA

*
Las palabras seducen a la noche
mientras mi cuerpo yace en el silencio
y un gorrión nos observa
desde una rama helada.

El misterio de un mundo
abandonado
nos toma por la espalda
y nos dicta al oído los susurros
mientras la oscuridad
nos va llenando
de rosas en secreto.

Un cristal de ceniza puede ser
nuestro caleidoscopio del crepúsculo.

Alimento un poema con mi sueño
mientras un mirlo blanco
se desliza por tierras de nostalgia.


Ana Muela Sopeña

TODO GIRA

*
Todo gira
en un círculo
de marañas
que exceden
mi capacidad para el dolor.

No puedo ya con esto.
Cada hora me lleva
por lugares de niebla.
No puedo con el peso
que me atormenta.

Todo gira en el agua
hacia ninguna parte.


Ana Muela Sopeña

DUDA

*
Sobre la duda
albergo sentimientos de naufragio.
Desnudo los ranúnculos
en mi piel de penumbra silenciosa.
Veo las turmalinas en tus manos
y me oculto en las ramas
de los árboles.
Me
escondo
de
miradas
clandestinas.
No puedo comprenderte
y por ello persigo mi refugio
a punto de habitar en una piedra.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 15 de mayo de 2013


MUNDO DE LLOVIZNA

*
La verdad de la niebla
es sólo un nuevo mundo de llovizna.


Ana Muela Sopeña

NOSTALGIA

*
Nostalgia de los barcos en la ría
mientras los edificios se miran quietamente
en la neblina de la tarde.

Melancolía en grúas
que esperan sin preguntas
que lleguen los crepúsculos del mar.

Nubes entrelazadas
con camiones que llevan mercancías
por todo el territorio nacional.

Camino lentamente al lado de pretiles
y miro con prismáticos
los lugares lejanos
donde los promontorios
se cruzan con el alba.

Imágenes de sueño
se unen con imágenes reales
en fotogramas de silencio.

Las aguas se parecen
a un espejo
donde la oscuridad
oculta lo que ama
con su sombra...

Ana Muela Sopeña

VACÍO

*
A Pepa Agüera


Vacío entre las letras de su canto
que deja los caminos de Babel
imbricados en flores de papel
y sombras que descubren sólo el llanto.

Una estrella galáctica y su manto
que deteriora mundos en la piel
y expresa los instintos con la hiel
mientras la noche escapa del espanto.

Un hueco entre los cráteres de luna
te permite sentir sólo la esencia
que dejaron sus versos en palabras.

Fisuras en los sueños de una duna
adivinan el caos sin su presencia
mientras la luz arrastra lo que labras.


Ana Muela Sopeña

martes, 14 de mayo de 2013


HASTA QUE VUELVAS

*
Monto en el autobús,
miro por la ventana fijamente
los edificios de la ría.

Espero tus palabras
en mi móvil de arena.

Observo sin temor
la soledad que enlaza la neblina
que cae lentamente
sobre los barcos y las grúas.

Vuelvo a mirar el móvil,
consulto mi correo de gmail.

Quiero ver ya tu nombre en "recibidos".

Pero todo es en vano.
Invitaciones a Facebook,
personas que me añaden a sus círculos,
anuncios de préstamos,
spam, publicidad...

pero tus e-mails
se ocultan en los bits.

Se acerca mi parada, pulso el botón de aviso.

Bajo del autobús
y siento la llovizna
sobre mi piel de escarcha.

Miro de nuevo el móvil
pero allí no estás tú
y regreso a mi hogar
donde tejo y destejo el mundo
hasta que vuelvas...


Ana Muela Sopeña

LA ESTACIÓN

*
El bullicio enmascara la soledad del mundo
en la estación de trenes.
Hay una luz intensa que habita con la sombra
en medio del presagio.
La vorágine guerrea contra mí mientras la oscuridad
se disipa con gente en movimiento.

Busco el panel que indica
las horas de salidas y llegadas.

Veo gente que entra
y sale
de vagones...

Olvido que hace tiempo
mi vida
permanece estancada.

La estación es catarsis
y siento interiormente
la mariposa azul
de la teoría del caos.


Ana Muela Sopeña

HOMBRE ESPEJO

*
Un hombre espejo
ha llegado del bosque
con un libro de haikus.

Le miro y él me mira.
Nos miramos.

En medio de su luz
está el relámpago.

En mitad de mi sombra
un látigo de sangre.

Partidos, sin excusas,
habitamos el fuego de otra edad.


Ana Muela Sopeña

lunes, 13 de mayo de 2013


EN EL CREPÚSCULO

*
En
el
crepúsculo
la
belleza
del
agua.
Se
ve
un
relámpago.


Ana Muela Sopeña

DE UNA ESTRELLA

*
A Ramón Ataz


Has seguido la ruta de la luz
para así disolver la pertenencia
a este mundo fugaz lleno de niebla
con un roce sutil en el azul.

Has demostrado ser un gran tahúr
enfrascado en los juegos de la Tierra,
disuelto en la penumbra de la esencia
y loco por palabras al trasluz.

De pronto un cono blanco ha sido guía
hacia esferas galácticas lejanas
y versos de los ángeles poetas.

Al final te ha inundado la calima
y un relámpago dulce en un mandala
te ha concedido el trono de una estrella.


Ana Muela Sopeña

jueves, 9 de mayo de 2013


NOCHE DE INSOMNIO

*
El tiempo pasa inútil
mientras la lluvia cae en la distancia.
Otra noche de insomnio que me lleva
al círculo del caos.

Escucho los motores de la noche en un camión lejano. Presiento que la vida es un naufragio sin destino aparente. Ya sólo es ir pasando las horas escondidas al tiempo que las cosas se doblan como en sueños.

El sonido del agua
me ampara entre la niebla.

Hay presagios en nubes y en las aves que migran a un exilio obligatorio. Ya no sé qué pensar. Parece que la vida me ha hechizado y estoy en una trampa, secuestrada por sombras enemigas.


Ana Muela Sopeña

AL RECORRER LA CIUDAD

*
A Ramón Ataz

Al recorrer la ciudad
contemplaste una luz blanca
que te guió en tu camino
de poemas y palabras.
Seguiste el rumbo del viento
para seducir al alba
y llegaste a un cerro fértil
donde fijar la mirada.
Las calles se hicieron lluvia
en el calor de las plazas
y tu corazón de hielo
se hizo uno con las brasas.
En medio de los relámpagos
apagaste tu nostalgia
y dibujaste con sangre
tu corazón en el alma.
Al recorrer la ciudad
viste la arena en la playa
y allí dejaste unos versos
sobre la espuma dorada.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 8 de mayo de 2013


EN EL ENIGMA DE UNA ROSA

*
A Ramón Ataz

Avanzaste hacia el mundo de las sombras
para desarrollar tu creación
alejado del mal y del dolor,
inmerso en el enigma de una rosa.

Te fuiste al territorio de las olas
de un mar enamorado del gran Sol
que buscaba el anillo de pasión
en las grietas ocultas de las cosas.

Llegaste a una ciudad de lodo azul
donde aprender los círculos del tiempo
en medio del abismo y la orfandad.

Al final conseguiste ser de luz
en mitad de tormentas y de sueños
adheridos a lobos de cristal.


Ana Muela Sopeña

martes, 7 de mayo de 2013


TUS PALABRAS SE QUEDAN EN LA NOCHE

*
A Ramón Ataz

Tus palabras se quedan en la noche
para alumbrar el mar y las tormentas.
Tu poesía siempre era del alma,
un naufragio en la sombra de la vida
o las preguntas fuertes sin respuesta.

No alcanzo a comprender por qué te has ido
cuando aún te tocaba
escribir tantas páginas de versos.

Pero entiendo que a veces estas cosas
son inexplicables.

En tu viaje veloz al otro lado
no olvides que nosotros
te
recordamos.
Sin tiempo y sin espacio,
tu nombre
estará en Alaire para siempre.


Ana Muela Sopeña

CEMENTERIO DE LOS DIOSES

*
La luz del animal me está inquietando
con los ojos perdidos
que sonámbulos buscan
el cementerio de los dioses.


Ana Muela Sopeña

sábado, 4 de mayo de 2013


PERSIGO TU NOMBRE

*
Todas las rosas blancas son del mar
y un camino desvía la ceniza
hacia las sombras suaves
donde no llega el viento de la noche.

Los pétalos que cubren mis esquinas
me llevan por lugares sin marasmo
y veo fotogramas en visiones
que se adaptan a mundos sin nostalgia.

Cabalgo en la distancia de los sueños
y persigo tu nombre,
para que no me olvides
y persistan en trazos de memoria
nuestras iniciales en la arena.


Ana Muela Sopeña

viernes, 3 de mayo de 2013


PREMONICIONES DE OTRO ESPACIO

*
A Rosa Iglesias y Silvia Occorso


En la luz del momento
la noche se presenta silenciosa
en los huesos del hambre.

Las páginas del mundo
abrazan cada libro en las guaridas
de la música etérea entre las aguas.

Hay sombra subterránea en las palabras
de un huérfano perdido entre los muelles.

Los versos que se esconden
de las sílabas
son las premoniciones de otro espacio.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 1 de mayo de 2013


LUZ DE LAS ACERAS

*
Contemplo por las calles la luz de las aceras en la sombra
y miro los presagios en las nubes, en los sueños nocturnos.
A veces, cuando llueve, los gorriones se esconden en los pórticos
mientras los charcos gritan con los coches que pasan sin cuidado.
La ciudad se disuelve con el frío en este mes de abril
que busca entre las grietas su destino, en edificiones grises.
Los portales se ocultan con el pánico del silencio en la niebla.
Las chimeneas se alzan con el humo en medio de los siglos.
Las palabras se esfuman en las cafeterías concurridas
para esperar el pulso y de nuevo iniciar otro retorno.
Diviso desde el puente de Deusto la bruma sumergida
en el agua que ampara el miedo y la orfandad de los transeúntes.


Ana Muela Sopeña

PRESAGIO Y TIEMPO

*
Luz en la arena
en tu nombre de sombra.
Presagio y tiempo.


Ana Muela Sopeña