sábado, 30 de noviembre de 2019


GALAXIA NGC 3384

*
En la constelación de Leo
habita una galaxia eonaria:
NGC 3384,
donde duermen los sueños
de los hombres condenados a ser lodo.

Las estrellas en su reino
pertenecen a mundos ya extinguidos,
desde las ondas primigenias
de hace más de mil millones de años.

En esta gran galaxia
los pulsos de los seres
subyacen en frecuencias nanocuánticas
y no recuerdan nada.

La sombra del amor y de la muerte
los mantiene adheridos
a las palabras nunca pronunciadas,
en dimensiones de relámpagos,
sobre el hielo de clepsidras imposibles...


Ana Muela Sopeña

AQUELLA OTRA

*
La mujer que le quiere
es dulce
como el pastel de arándanos;
pero él piensa en aquella otra,
esa que se le escapa de los dedos...


Ana Muela Sopeña

AVENTURA

*
El amante que tiene
le ruega y se arrodilla,
pero ella piensa en aquel otro
que se escapó en el tren de la aventura.


Ana Muela Sopeña

CONDENADOS

*
Jamás podrás cruzar mi muro helado.

Quedarás desterrado de la dicha
por no haber cumplido nuestro pacto.
Te pedí que mantuvieras en secreto
la visión de tu sol negro, pero tú,
bruto como las bestias primitivas,
violaste nuestro pacto por orgullo.

Ahora solo nos queda
vagar en esta vida,
desnudos, sin raíces,
condenados a la soledad más dura.

Jamás encontrarás
otro oasis de mundos intermedios,
esos en los que el sueño
imita a la utopía de la infancia.


Ana Muela Sopeña

PULSO PRIMITIVO

*
En los confines del delirio
realizaste la mortaja de tu vida
con almizcle blanco
y resina del bosque más semen de unicornio
mezclados con pasión.

Mientras dormías,
la ninfa del infierno y de las aguas
te suplantó durante horas
por un muñeco ciego atado por las lianas
del deseo perdido en los volcanes.
Un sortilegio antiguo
amado por el barro
del pulso primitivo del esperma.

En la liturgia de la historia y sus fisuras
duerme una diosa devastada
por la tormenta traicionera del instinto,
en el relámpago causado por la muerte
de una mirada envuelta en sombra,
en cementerios de la herida.

Ahora en los relojes de la infancia
el mundo gritará tu mascarada,
tu fracaso sin límites;
cuando pudiste haber triunfado
atándote a los mástiles del sueño.


Ana Muela Sopeña

FAROLAS AL TRASLUZ

*
Tu marcha me ha dejado en la tristeza,
has desaparecido sin motivo
girando como un niño en tiovivo,
abandonada estoy en la maleza.

Mi nostalgia se oculta en la belleza,
ya no sé por qué muero o por qué vivo,
se ha vuelto el día a día prohibitivo,
no deja de dolerme la cabeza.

De noche me persigues con la luz
que lleva secuestrada a mi alma
al interior de un pozo bajo tierra.

Observo las farolas al trasluz
y consigo por fin estar en calma,
mientras mi mente fría te destierra.


Ana Muela Sopeña

jueves, 28 de noviembre de 2019


INSTANTE

*
Los barcos del Nervión
me observan con sus ojos de deseo
en esta noche fría de noviembre.

La "D"
se dibuja desnuda
en la calima de las horas.

Una mujer de sueño
deambula por el muelle,
se apoya en los pretiles
sollozando entre árboles de niebla.

La "e"
traza su borrachera
entre los arbustos del paseo.

La lluvia tintinea en los cristales
mientras el sonido de los coches
actúa como un conjuro mágico.

La "s"
se tambalea en torres de ignorancia,
encerrada en su jaula.

Veo el puente colgante
que se alza bajo el cielo a través de la bruma.

La "p"
danza con su perfidia
en el veneno rojo de una pócima.

La luz transforma la belleza
en este simulacro del otoño.

La "e"
se parece a los monstruos
de la clase de párvulos.

Los labios de las nubes
me abrazan con sus sombras de crepúsculo.
En mitad del camino
se divisa un instante de locura.

La "d"
visualiza su caos dentro de un pozo.

Cuando lo oscuro cae
sobre el muro de piedra
el hombre del relámpago se viste con su parka
y un instinto ancestral lo transfigura.

La "i"
alterna un sortilegio con el canto.

La mujer solo alcanza
a ordenar su pequeño territorio
para exorcizar lo que no entiende.

La "d"
anuncia sin pesar que todo es maya.

El corazón anónimo de alguien invisible
se convierte en un tren
que atraviesa la esfera de obsidiana
por la fisura de la infancia.

La "a"
ampara lo intangible
con lágrimas de exilio.

Los amantes que danzan desde eones
volverán a encontrarse en otro tiempo.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 27 de noviembre de 2019


NUESTROS FANTASMAS

*
En el territorio de las sombras yacerá tu recuerdo imperturbable abrazado a la escarcha de la noche. Allí nuestros fantasmas jugarán a las cartas del amor en mundos paralelos ya extinguidos. Todo lo que acontezca en los bosques oscuros será nuestro secreto inconfesable. El sentimiento puro quedará congelado para siempre en los instantes plenos compartidos y en el núcleo de un reino atemporal.

Ana Muela Sopeña

ESTA HIPOTERMIA

*
Has matado el amor que nos unía
con tu puñal de plata.
Eres un asesino de ilusiones.
Me has arrojado a un pozo sin salida.

Noto el hielo en mi rostro. El metal va dejándome en silencio. No puedo comprender tus palabras sin tacto. Has acuchillado nuestro nido. La escarcha de la noche me causa esta hipotermia. El adiós es tu marca y mi destierro. Tan solo soy la sombra de tu pánico.

Me veo en tus espejos
con lágrimas de arena
en el diccionario de la sangre.


Ana Muela Sopeña

DEMONIOS DISFRAZADOS

*
Los niños abusados
lloran desde la noche primitiva
en sus cuevas de pánico,
soñando con gritar su cruel dolor.

Cada noche las lágrimas
se derraman desnudas,
pero ya no están solos.
El mundo se rebela,
quiere que esta barbarie
salga a la luz en todas las noticias.

No son casos aislados,
son prácticas normales
para esos demonios disfrazados
de humildes servidores de la fe,
de grandes empresarios,
de políticos íntegros y honrados,
de jueces extremadamente buenos.

Cuando toda esta chusma
sea señalada con el dedo
y los niños por fin
sean respetados
en su dulce inocencia,
el curso de la historia cambiará.

Los seres que perpetran tales crímenes,
porque hay muchas maneras de matar,
merecen ser atados
en prisiones perpetuas
para que dejen de una vez
su aberrante conducta antisocial.

Cuando esto suceda
los humanos podrán
respirar aliviados
por el encerramiento de los monstruos.

Las víctimas
han muerto reventadas
por el daño infinito,
mas ahora, despacio, resucitan.
Salen de sus ocultas madrigueras
y buscan,
con denuncias,
la justicia que todo lo restaure.


Ana Muela Sopeña

EL VIAJE SOLO ES UN SIMULACRO

*
A Constantino Kavafis a propósito de su poema "La ciudad"


Vagamos por el mundo
persiguiendo el hogar que se esfumó
en nuestras calles sórdidas y tristes.
Una luz asombrada nos acoge
en otras avenidas más amables,
pero todo es inútil.
La sombra de la infancia no nos deja,
permanece adherida a nuestra piel.
Nuestro pasado es sombra, lastre, bruma.
Parece que se extingue en el vacío,
pero todo es un cuento sin final.

La ciudad nos habita por las noches
con sus dientes de lobo
y sus garras de miedo en los suburbios.

Si dentro de nosotros no hay un cambio
el viaje solo es un simulacro.

Ya Kavafis lo supo
y nos legó sus versos más profundos
de su poema inmóvil "La ciudad".

El eterno retorno de su música
nos hace recordar que solo somos
humanos aprendices de la luz
escapando del peso del ayer.


Ana Muela Sopeña

lunes, 25 de noviembre de 2019


COMO EL ZIRCONIO

*
El verso es un demonio
que nos hace felices,
no deja cicatrices,
solo bebe estramonio.

Brilla como el zirconio
en todos sus matices.
Incluso en las raíces
mata como el plutonio.

A veces es alegre
se entretiene en los charcos,
sonríe como un niño.

Puede que desintegre
y se oculte en los barcos
con su abrigo de armiño.


Ana Muela Sopeña

PALABRAS EN TRANVÍAS

*
Para ser un poeta hay que volar
al cielo del amor y de la muerte,
resistir los peligros de la suerte
al tiempo que escribimos al azar.

Vamos entrelazando en alta mar
albatros con gaviotas para verte,
lluvias llenas de luz que caen muy fuerte
entre las nubles grises al pasar.

Ondeamos banderas de la infancia,
narraciones de ayer y del futuro
con palabras cargadas en tranvías.

Imaginamos siempre la fragancia,
nunca nos olvidamos de lo oscuro
a la vez que esperamos utopías.


Ana Muela Sopeña

RIMA INTERNA

*
A veces escribir no es nada fácil
las palabras se escurren de las manos,
mientras sueñan metáforas de humanos
en medio del sendero de lo grácil.

Las imágenes surgen sin sentido
al tiempo que las sílabas se miden
antes de que las letras no se hibriden
en misterios tangentes de lo unido.

Entonces aparece una vocal
que no puede ligar por rima interna,
todo se desbarata y se hace caos.

Los verbos tintinean con cristal,
hay sonidos lejanos de galerna
y el poema resuena en los tablaos.


Ana Muela Sopeña

CON LAS MUSAS

*
A todos los poetas

Tu poesía busca contemplar
orillas de las cosas y su esencia,
dentro de la belleza y la conciencia
o la verdad antigua del azar.

Solo con unos versos, al crear,
las palabras atraen evanescencia:
orando con las musas de la ausencia
susurros y metáforas del mar.

Puede el poeta ser como la rosa,
obrar en el silencio de un jardín
en el sueño divino de los hombres.

También puede caer bajo una losa
a través de la fama, un polvorín,
sucedáneo del arte y sus pronombres.


Ana Muela Sopeña

NAUFRAGIO EN LA NIEBLA

*
El sueño de la luz es un vestigio
de aceras condenadas a ser sombra.

La mente sabe de cenizas
que yacen sepultadas en las grietas
de los cuerpos desnudos del poema.

Las calles de memoria, con la lluvia,
construyen utopías con árboles nevados.

Un naufragio en la niebla
asume que las nubes son fantasmas.

La ciudad está inmersa
en la desolación y la locura.

Camino sin un rumbo
hacia los soportales de la herida.

Los adoquines velan, con el viento,
a esa soledad alucinante
que presagio el otoño en sus farolas.

Todo me habla de lunas y portales
que escapan de lo oscuro
con sus círculos grises de vacío.

Semáforos abiertos a otras dimensiones
me indican que el camino es otra historia
y me llevan por rastros de lobeznos
a la licantropía de la urbe.


Ana Muela Sopeña

sábado, 23 de noviembre de 2019


PARQUE INFANTIL

*
En las calles los gatos merodean
la sombra de los muros,
por grietas de locura en la distancia,
a través de columpios solitarios.

El parque con la luna en los tejados
presagia la llovizna
en la noche callada
con siluetas de árboles heridos.

Un tobogán azul se descompone
en la arena de todos los enigmas,
al tiempo que las nubes en sus líneas.

La bruma del crepúsculo
se parece a la nada
en el misterio cóncavo del mundo.


Ana Muela Sopeña

BRUMA

*
Invisible la herida de la muerte
en la bruma dispersa de las calles.


Ana Muela Sopeña

ECO

*
Sin nombre
es el resumen de todos los nombres,
para llegar al eco
de tu voz.


Ana Muela Sopeña

PARA ESCONDER EL PÁNICO

*
En recuerdo de Mamen, que se suicidó el 11 de agosto del año 2019


No puedo más.
El dolor es eterno
y...
no me deja
ni de día ni de noche.

Todo a mi alrededor es inestable.
Hasta el sofá, las vitrinas y las lámparas.

El monstruo del insomnio
me persigue sin descanso.

De verdad que lo intento
pero es que estas migrañas
me están volviendo loca...

No podré resistir
que mi madre
se vaya
antes que yo...

Voy a gritar a todos
que la muerte
puede ser tan perfecta
como la vida
o una gruta sublime para el miedo.

Deseo terminar...
terminar de una vez,
para esconder el pánico a las horas
que van martilleando
mi cuerpo torturado.

He decidido ser una con todo,
en una muerte digna,
dulce y rápida.

Lo siento por los míos.

Me trago las pastillas.
Esta vez todo está bien planeado
y nada puede fallar.

Se oyen unas pisadas:
la Policía... y el médico forense...

Pero yo ya estoy muerta
y yazgo sin disfraces,
alejada del mundo del dolor
en el paraíso del silencio...


Ana Muela Sopeña

SOLO QUEDA LA HUIDA

*
Nuestro paso desnudo por las calles sentencia los adioses en suburbios con una rosa oscura. He visto tus mensajes, fríos como icebergs. Ahora solo nos queda mirarnos en la distancia de la noche. El sueño sumergido en la belleza se ha convertido en un terrible muro. No alcanzo a comprenderte, aunque lo intente. Se me escapa lo íntimo, el núcleo esencial de tu conciencia. Tus miedos ancestrales están matando en mí las utopías. Mi gorrión yace solo en un alféizar. Pero tú no lo miras. Habitas en tu jaula construida con lianas de costumbres. Todo va derrumbándose en mi ensueño. Solo queda la huida para que lo que fue no se corrompa. Para que nuestra magia compartida se transforme en un salto hacia lo cuántico.


Ana Muela Sopeña

SOLEDAD

*
La soledad es la muerte de los débiles
pero el vuelo creador de los audaces.


Ana Muela Sopeña

UTOPÍAS

*
Antes de que la luz se hiciera eco
de nuestras utopías más ocultas
descubrimos un mundo de secretos
envuelto en las rendijas de la luna.

El instinto de sombra tuvo miedo
de aquellos precipicios de locura
sumergidos en agua y en tus besos
amados en las noches por la bruma.

Antes de que el pasado con su enredo
nos trajera la lluvia más oscura,
encontramos caminos y senderos
para soñar desnudos entre dunas.


Ana Muela Sopeña

martes, 19 de noviembre de 2019


PARA QUE AL CONOCERTE SEAS PÁJARO

*
Resplandece la noche sobre el mar
y la luna derrama
sus lágrimas de fuego.

Todos los precipicios en tu nombre
se abren a la sombra del dolor,
para que nunca finjas que estás bien
dentro de la utopía desolada.

He ahí que estás ciego y desnudo
y nada en tu recuerdo puede hablar
de momentos felices.

Mientras no reconozcas que estás roto
y maniatado
tu mundo será nido de serpientes
y las ratas querrán exterminarte.

Descalzo, sin un rumbo, muy perdido
te arrastras por caminos de tristeza.

Atrapa del amor la libertad
para que al conocerte seas pájaro
que determine el sueño de la luz...


Ana Muela Sopeña

EN NUDOS DE SILENCIO

*
A Javier Aspiazu, gran amigo...

La nostalgia camina por las calles
de oscuridad y luz entre los árboles.
Todo conspira en nudos de silencio,
más allá de la sombra misteriosa.

El instinto no sabe desterrarse,
se abre paso a través de la tormenta
mientras el duelo grita desde el sueño.

Cada minuto cuenta.
Los ojos encendidos del pasado
te miran desde mundos invisibles...

Los relojes no paran
su movimiento insólito y constante,
porque todo es efímero...


Ana Muela Sopeña

DIÁLOGOS DESDE ESTOCOLMO

*
- ¿Quién eres?

- Soy la sombra de los nidos silenciosos, esos que se esconden de las miradas ajenas.

- ¿Dónde perdiste tus sueños, tu utopía dorada?

- Fui absorbida por un hombre algo vampírico. Todo fue muy despacio. Pensé que nuestros vínculo era amor. Me aplicó la técnica de la ventana de Overton.

- ¿Y a qué esperas para cortar la cuerda que define tu infortunio?

- No lo sé. Dormito como el mundo en su silencio. Espero una señal, una luz... un rastro.


Ana Muela Sopeña

COMO SOMBRA DE LLUVIA

*
A Julián Borao, gran poeta y amigo

Existes
en
palabras
cotidianas
a
través
de
poemas
y
de
sueños.

Te adentras, sin excusas,
en los bares y pubs de la ciudad.

Eres,
entre
los
versos,
vibración
en
las
noches
de
nostalgia.

Caminas por las plazas de Bilbao,
como sombra de lluvia en el silencio.


Ana Muela Sopeña

domingo, 17 de noviembre de 2019


SINCRONÍA

*
Caminamos sin rumbo por las calles
hasta que los reflejos de la lluvia
nos llevan por senderos de cenizas
en mitad de la niebla.

Un relámpago se abre entre las nubes,
todo me habla de ti bajo la luz.
El tiempo nos abraza en sincronía.


Ana Muela Sopeña

HISTORIA DE UN SUICIDIO

*
Ella vivía sola en su burbuja
con la herida del alma y el caos negro.
Fibromialgia, migrañas, denso pánico.
Insomnio galopante, angustia de agua.

La madre con Alzheimer, el dolor.

Ya no quería nada, solo el fin.

Conoció la ternura y el amor,
la fusión de los cuerpos, el instinto.

Pero la parca sucia e imperante
reclamó su promesa sin moral.

Intentó suicidarse en primavera.
La hallaron inconsciente.
El lavado de estómago, los fármacos,
psiquiatría, psicólogo, esperanza...

Después en el verano fue el desastre.
Lo intentó nuevamente sin gran éxito.

Pasaron trece meses.
Llegó su tentativa preparada.

Todo muy calculado, milimétrico.

Marchó con su maleta a un hotel.
Allí tragó cincuenta blancas cápsulas
de la letal sustancia.

La Policía tuvo que buscar
y al final la encontró un día más tarde.

Imposible hacer nada todo fue
imprevisto, terrible, hielo inútil.

Ella abrazó la muerte con pasión,
como había vivido, sin excusas.
Se disolvió en el lago de la risa,
dentro de la belleza del recuerdo.

Su novio fue cayendo en precipicios
donde todas las puertas eran cárceles.

De pronto se abrió rápido
al simbolismo antiguo de la vida
y a aquel significado del misterio
oculto en los rincones de la infancia.


Ana Muela Sopeña

sábado, 16 de noviembre de 2019


AZÚCAR

*
El Tao que nos hace visibles
no es el verdadero Tao.
Solo la invisibilidad
nos lleva por los terrenos de la incertidumbre
que es la verdadera vida.

Cráneo
Mano
Marca
Dum
Miedo
Futuro
Capítulo 13
Bang

No construimos nada en las redes sociales.
Todo es un juego de egos
para tapar el vacío de tantas existencias.

Infancia
Juego
Pasado
Rompecabezas
Papá
Mamá

Mostrarlo todo es como no mostrar nada,
un mecanismo de defensa para huir del vacío existencia.

Desnudez
Exhibicionismo
Postureo
Necesidad

Solo quien nos hace felices
tiene el poder de destruirnos
por eso ahora las relaciones no duran.
Se construyen y se destruyen rápido,
para quedar intactos
como si todo fuera una película.

Cartelera
Manipulación
Photoshop
Maquillaje

El Tao que nos hace invisibles
no es el verdadero Tao.
Solo la visibilidad
nos permite creer que estamos vivos,
aunque en realidad estemos muertos
porque la bestia del Apocalipsis nos devoró
y ni siquiera nos dimos cuenta.

Pc
Huellas
Buscador
Rastreo
Gps
Smartphone
Adicción
Robots
Zombis

Nuestro paisaje blanco es solo azúcar,
nuestro mundo se está desmoronando.


Ana Muela Sopeña

viernes, 15 de noviembre de 2019


REVERBERACIÓN

*
Las palabras se fueron agotando
el soplo de la luz se fue extinguiendo
la verdad de la vida se hizo sombra
la reverberación de los sonidos fue una nube
el tiempo del deseo se hizo trizas
el instinto del agua se perdió
las sílabas del mundo se agotaron
los países se fueron disolviendo
el adiós fue campana de difuntos
la nada se hizo eco del dolor...


Ana Muela Sopeña

TIEMPO INMEMORIAL

*
El otoño sombrío nos recuerda
la belleza de un tiempo inmemorial
a través de su filtro de cristal,
dentro de los misterios de una cuerda.

La bruma de la tarde no concuerda
con la profundidad de lo abisal
que asoma en agujeros de metal
frente a la inmensidad... y aunque me pierda

por universos lúdicos de luz,
camino por las plazas de cenizas
para soñar con mundos más amables.

Diviso muy despacio a contraluz,
antes de que la noche me haga trizas,
algoritmos de azar entre los cables.


Ana Muela Sopeña

HUELLA ERRANTE

*
El infinito cuerpo de la luz
tiembla desde la sombra de la muerte.

Yo,
cadáver en el árbol del deseo,
me diluyo en el agua del olvido.

A veces me pregunto
si todo es un teatro.

En las calles nocturnas hay un beso
que busca mi piel híbrida de otoño.

Hay
una
huella
errante
entre
la
niebla
que
roza
con
mi
tiempo
de
llovizna.

Todo se precipita
por la bruma
en el silencio tenue
de la tarde.

La orfandad de las horas
agudiza mi caos dentro del mundo.


Ana Muela Sopeña

CON LA LLUVIA

*
A Óscar Distéfano tras la muerte de Venezia Lesseps


La ciudad ha quedado
desnuda como los cuencos de la muerte.

Las calles ya no lucen con los pájaros,
el infinito ayer se ha hecho pedazos.

Las avenidas lloran con la lluvia
en mitad del vacío existencial.

Una farola mira a los transeúntes
mientras la niebla cae
en este mes tardío de verano.

La urbe ya no sabe de sonrisas,
solo un exilio amargo que hace sombras
reinicia su cronómetro de arena.

En tu memoria habitan las palabras
de la poeta lúcida en un mundo
traspasado por tantas emociones.

Este adiós no es intrínseco,
tan solo un hasta luego silencioso
susceptible en la luz evanescente
de un devenir eterno sin nostalgia.

Todo es inmensidad en este azar
de cenizas y versos enlazados.


Ana Muela Sopeña

LUNAS ENCRIPTADAS

*
A Carmen Pla (Marzo 1961 - 3/09/2018)

Luces con las estrellas de la noche
en suburbios de un mundo enloquecido.
Alumbras el secreto en la galaxia
para soñar con lunas encriptadas.

Permaneces despierta en nebulosas
antes de que la crisis nos alcance.

Somos, entre las rosas, los viajeros
de un tiempo seducido por las nubes.

Tus palabras navegan con la lluvia
de aquellos olvidados por el mar.
En archivos abiertos tu memoria
perdura con la voz de los océanos.

Tus palabras de niebla y soledad
serán la solución de los enigmas.

Tu mirada perdida entre la bruma
jugará eternamente con las sombras,
relámpagos de un bosque atemporal.


Ana Muela Sopeña

DESPEDIDA

*
A María García Romero, tras la muerte de su hermano Juan


Amiga, que imprevista es la existencia...

Ayer tenías a tu hermano junto a ti
y hoy lloras su partida para siempre.

-----

A veces la belleza de la vida
se parece a esos trenes que perdemos.
En mitad de los años nos bebemos
la tristeza terrible, la partida.

Las noches de verano dan salida
a esta noticia extraña y nos volvemos
hijos de lo invisible que sabemos
es círculo de agua en despedida.

Los lazos familiares nos ayudan
a superar el caos, el rayo amargo,
ese instante de niebla entre cenizas.

Las lágrimas de estrellas nos anudan
a un pensamiento antiguo, nuestro embargo:
un segundo de luz, hoy hecho trizas.


Ana Muela Sopeña

LOS KILIKIS

*
Barbas es un hombre melancólico
que asusta a los pequeños sin querer.
Se aproxima despacio, por la espalda,
y golpea a los niños
con su porra blandita
de gomaespuma hecha sin maldad.

Patata es el kiliki más gracioso.
Su cabezota es como su nombre.
Avanza alegremente
al ritmo de la música de fiestas.

Verrugón nos produce carcajadas,
es un kiliki malo, viejo y feo.
A veces nos sorprende con sus ojos
enfadados por todo lo que ve.

Coletas se parece a los muñecos
de los ninots que arden en las fallas.

Caravinagre apuesta por el orden,
aunque no lo consigue casi nunca.

Napoleón es siempre el que nos hace
recordar que este mundo es un teatro
y todo lo que ocurre en las ciudades
contrasta con el sueño de la gente.


Ana Muela Sopeña

lunes, 11 de noviembre de 2019


INÚTIL

*
Me pinté las uñas
para que percibieras el brillo de mi cotidianeidad.
Me puse carmín en los labios
para que me sintieras sensual, como una diosa.
Me delineé los ojos con kohl
para que notaras la profundidad de mis pensamientos.

Me dibujé un suspiro
para rescatarte del infierno.
Me tracé una sonrisa
para diseñar en ti otra sonrisa.
Me construí una utopía
para sacarte de la tumba de las convenciones.

Pero todo fue inútil.

Debajo de toda la pintura habitaba un yo segmentado y confuso.
Descolorido,
como las fotos de mi infancia.


Ana Muela Sopeña

LOCURA COTIDIANA

*
A veces entre la niebla vislumbramos nuestra vida como algo onírico, como un sueño encriptado en el metal de los reflejos. Vamos dándonos cuenta de que nuestra historia es mitad tangible, mitad etérea. Nuestros pensamientos se tornan irreales y todo lo que contemplan nuestros ojos una pequeña muestra de la locura cotidiana.


Ana Muela Sopeña

CICLOS

*
En la infancia buscamos la memoria del juego
entre los sortilegios de una emoción desnuda.
Somos sobre los charcos solo gente menuda
y avanzamos despacio por caminos de fuego.

Al llegar a los veinte los días son un ruego,
una ilusión sin límite, un conjuro sin ruda.
La belleza se palpa como un ave zancuda,
cada hora es lo máximo, aunque uno sea ciego.

La madurez nos lleva por senderos de gloria
hacia una luz azul, en mitad de la niebla,
mientras pasa la vida oculta en la sonrisa.

La vejez nos arropa con su esencia de historia,
permite en el silencio huir de la tiniebla,
sentir en soledad el temblor de la brisa.


Ana Muela Sopeña

sábado, 9 de noviembre de 2019


PÉRDIDA EN LA BRUMA

*
Amamos contra el viento de la tarde,
en espirales blancas, con la luz,
para soñar mil mundos al trasluz
más allá del incendio que no arde.

Después llega la pérdida en la bruma,
esa que nos condena a ser de sombra
porque nadie visible ya nos nombra,
tan solo somos círculos de espuma.

La soledad nos hace ser oscuros
dentro del territorio de la piel,
en medio de la lluvia y la tormenta.

Al fin nos encontramos con futuros
que ya no se parecen a la miel,
la muerte nos acoge y alimenta.


Ana Muela Sopeña

VIAJE SIN RETORNO

*
Elena presintió, al fin, que aquel viaje sería sin retorno. Su relación con Mario ya no era un sueño sumergido en la belleza. Ahora cada cita era un calvario, una tortura envuelta en un teatro. Ellos ya no gozaban de las conversaciones sobre el mundo. Eran simples extraños, a pesar de estar juntos desde la adolescencia.
 
Ella fue preparando las maletas, para marcharse sola a otra ciudad distinta.
 
Aquel día de lluvia cerró la casa para no volver. Acudió a la estación. Se subió al tren nocturno con un plan: olvidar su fracaso en los raíles.


Ana Muela Sopeña

DE MAYOR QUIERO SER KILIKI

*
Pamplona es una herida que se abre melancólica a la desolación del abismo primero. San Fermín es la brecha por donde el pueblo llora por todos los instantes de locura. Crece el hambre en el mundo y la barbarie, pero los mozos corren los encierros demostrando el valor sin cortapisas.
 
Veinticinco figuras de cartón piedra desfilan por las calles, llenando la ciudad de alegría. Mi sobrino contempla, con sus ojos de infancia desterrada, a los kilikis que pegan a los niños con sus porras blanditas. "De mayor quiero ser kiliki", dice mi sobrino. En silencio sonrío y me sonríe. De mayor beberás kalimotxo, litronas del hastío y la desesperanza de la vida. O quizás correrás delante de los toros, pero no los de Pamplona sino aquellos corruptos ancestrales que buscan someternos con las injusticias de los números.
 
Mientras tanto la fiesta llenará nuestras venas de guirnaldas, de blanco, rojo e iris soñadores, abriendo cada año las puertas del umbral del necesario caos amado; para recuperar el orden áureo de este mundo. Entonces algo bello ocurrirá en la cuesta de Santo Domingo. San Fermín se abrirá a los fieles devotos con su mirada clara, inmutable, y la urbe festiva será siempre esplendor entre la lluvia.
 

Ana Muela Sopeña

jueves, 7 de noviembre de 2019


SOBRE LA VIDA BREVE

*
A Ramón Ataz

Brilla una estrella azul
en la noche callada.
Se escuchan a lo lejos
tus desnudas palabras.

Bajo la luna cruel
resuenan entre brasas
tus versos en el agua
más allá de la calma.

Los años han pasado
y la lluvia desplaza
los archivos del aire
por jardines sin ramas.

El tiempo en la distancia
conserva en una nube
la memoria poética
de tus letras, en cumbres.

Todo se visualiza
en aceras inmunes
a rostros sin historia
guardados en la urbe.

Fuiste, en la belleza,
diccionario de luces,
para soñar despiertos
con el núcleo del numen.

Tu obra nos alienta
a pensar en los bordes
sobre la vida breve,
volando cual gorriones.


Ana Muela Sopeña

SOMBRA DE LA NADA

*
El murmullo del alba
habita en el silencio de la luz
y el álbum del futuro
se parece a las nubes infinitas.

En el sigilo triunfa la esperanza
sobre la evanescencia de la tarde.

Contemplo en el mutismo del crepúsculo
los pretiles de piedra respirando.

Se ve la blanca luna en su guarida
y escucho los sollozos de los árboles.

El agua de la ría
espera de la noche con su niebla
la imperceptible sombra de la nada.


Ana Muela Sopeña

PESADILLA

*
El humo negro subía por las nubes
los países ya no eran universos
con aire puro.
Metales en suspensión
dañaban la garganta.
Toda la gente tosía sin parar.

Un fotógrafo amigo
vino a buscarme.
Me invitó a subir a su avión privado.

Escapamos por encima de las nubes.

Desde las ventanillas pudimos divisar
a todos los líderes del planeta en una cabina herméticamente cerrada.
Era un búnker volador.
No eran humanos. Eran de una especie intermedia entre aliens y animales.

Habían vendido nuestro planeta
a unos extraterrestres por un módico precio.

Sus rostros era como caretas del tren de los horrores.

Había que vocalizar unas claves.
Eran los códigos de la vida.
Solo así podríamos salvarnos.


Ana Muela Sopeña

QUIMERAS

*
Un hombre camina absorto
sobre aceras desnudas de belleza
en la noche que sabe
de soledad cargada de silencios.

En la luz de una herida
se mueve la ciudad ensimismada.

Una mujer le observa
desde una plaza fría
con la bruma perfecta, entre la lluvia.

Deambulan sin rozarse
bajo la luna cruel,
en los meses del año sumergidos
en pensamientos llenos de quimeras.

Farolas entre sombras
alumbran por las calles
los instantes amados
de un sortilegio envuelto en mil conjuros.

Un hechizo de árboles sin pánico
derrama sobre plumas de gorriones
relámpagos de niebla sin pulir.

El hombre sueña siempre con un barco
que le lleve hacia puertos
de colores transidos por espacios
de utopías dispersas.

La mujer imagina ser de sol
y sorprenderle a él con unas llaves
que abran la gris jaula para siempre.


Ana Muela Sopeña

ALFABETO DE LA ARENA

*
Arena en la sonrisa de tu alma
y en el sueño desnudo del instinto.

Barro sobre una playa de utopías
que albergan entre sombras un destello.

Caracolas de luz
en la orilla que busca los crepúsculos.

Dameros en las rosas que se duermen
al lado de los árboles espías.

Espacios seducidos por los lobos
en las grutas cerradas de la noche.

Fascinación en rocas sobre el mar
al deambular sin rumbo con el alba.

Gratitud en la niebla
al tiempo que el amor huye del caos.

Halo sobre la bruma traicionera
mientras los búhos miran los secretos.

Iridiscencia llena de contrastes
en la calima suave tras la lluvia.

Juegos entrelazados con las ramas
que persiguen las nubes sin temor.

Kamikaces de brisa en el silencio,
en las cuevas aladas del enigma.

Luceros en las líneas siderales
para sentir el vuelo de los astros.

Murmullos adheridos a luciérnagas
en un río de pétalos de lirios.

Noctámbulos alérgicos al ruido
en aceras que saben de nostalgia.

Ñoquis que nos recuerdan a la infancia,
cerca de la cocina, con buen vino.

Oráculos de mundos invisibles
en la esfera de un pájaro de fuego.

Palomas en tejados
anunciando el terror de los perdidos.

Quilates en las piedras
que asombran a muchachas inocentes.

Rizoma de belleza en la distancia,
en guaridas de enigmas sin raíces.

Serpientes que se ocultan bajo tierra,
en la zona que tiembla con la luz.

Tamarindos rebeldes
bajo la luna cruel, entre las hojas.

Urnas llenas de fotos y cenizas
de los muertos que moran en lo eterno.

Vitrinas aprendiendo a ser de agua
para lucir un mundo ya extinguido.

Walkirias que parecen de papel
danzando sobre el límite del vértigo.

Xilófonos que suenan en el bosque
para sentir frecuencias olvidadas.

Yoyós en los estantes de un bazar
para volver contentos a aquel tren
de la infancia extraviada en la neblina.

Zorros bajo la alfombra voladora
de aquel cuento escuchado a nuestro abuelo.


Ana Muela Sopeña

DESENCANTO

*
Aterricé en tu sueño, sin certezas, como cálida diosa del instinto, sabiendo que el amor era una imagen atrapada en tu mundo familiar. Supuse que tus álbumes de estío podrían esperar a la belleza en mitad de las cúpulas de piedra de la catedral de Notre Dame. Las gárgolas dormidas se afanaron en demostrar que todo fue un teatro, luces entrelazadas con despistes de carreras de viento en la tormenta. Un laberinto lleno de contrastes se llevó los misterios de la lluvia al tiempo que la herida melancólica comenzó su trayecto existencial. El tren de las guaridas se hizo híbrido al insistir en reinos de lo oscuro, amarrando los cuentos a la sangre. Un desencanto triste se hizo umbral de todo lo que hería lo sensible al llegar al secreto de la vida. Lo tierno se inclinó hacia los detalles, dentro de las esferas de la luna. Un círculo de códigos ocultos me susurró al oído las palabras, esas que se quedaron en tu cofre que nunca pronunciaste en la ebriedad.


Ana Muela Sopeña