lunes, 31 de octubre de 2011



TE BESO EN EL RELÁMPAGO

*
Te abrazo en la distancia
para soñar que somos uno solo.

Te beso en el relámpago escondido
más allá de la luz y de la sombra.

Te espero mientras miro el horizonte
y la lluvia acaricia mi piel híbrida.

Te observo sin temor tras los cristales
en un mundo de códigos ocultos.

A través de los púlsares
nos fusionamos
en las noches calladas del otoño.


Ana Muela Sopeña


*****

Link al Vídeo de este poema. Voz y realización: Pepe Sarmiento
http://www.youtube.com/watch?v=wdNBaFzU0ac




Mi agradecimiento a Pepe Sarmiento por la realización de este vídeo poético.



RAYUELA EN MIS HISTORIAS

*
Rayuela en mis historias de otro tiempo
como esos laberintos de magia y de cerezas
atrapados en años de la infancia.

No debíamos tocar ninguna línea
con el símbolo-piedra
que abarcaba el universo.
Parecía sencillo.

Ahora,
la vida es diferente.
Con frecuencia perdemos
y otra vez, desde cero, hay que empezar...


Ana Muela Sopeña


COMO UNA FLOR DE LOTO

*
A Mercedes Ridocci

El cuerpo se abre al mundo de la luz
como una flor de loto
y sueña que respira
en un árbol de bruma y esperanza.

Se mueve con el sol, cuando el alba germina,
y va desperezándose
a través del espacio diminuto.

Se aquieta al mediodía,
con la caricia ebria.

Y al llegar el crepúsculo despierta nuevamente
para supervivir en la alegría.

Más tarde, con la noche,
se contiene en su red tentacular
con cristales de plata y de azurita.

El cuerpo es un sonámbulo
que vislumbra visiones
en la sombra dormida
de un animal sin miedo.


Ana Muela Sopeña



VÍDEOS POÉTICOS

*
Queridos amig@s:

He seleccionado 46 vídeos poéticos.

Podéis acceder a ellos a través del gadget de links titulado VÍDEOS POÉTICOS QUE ME GUSTAN que he colocado en el margen derecho, abajo del todo.

Espero que os gusten.

Un abrazo
Ana Muela Sopeña



EN LA SOLEDAD Y EN LA DESIDIA

*
Los ángeles de fuego
yacen abandonados sobre piedras,
en la soledad y en la desidia.

Ahora,
escribo con palabras
los
versos
de
la
herida
y adivino en los círculos del tiempo
las galaxias ocultas.

Duermo sobre los límites del mundo
y espero de tu luz una caricia.


Ana Muela Sopeña



VESTIDA DE UTOPÍAS

*
Sonámbulos soñamos
el uno con el otro en un tiempo perdido,
sobre círculos de lágrimas sin límites.

Las mariposas vuelan en la noche.

La infancia busca aromas de azahar
y los miedos se van depositando
en la escarcha de arbustos y de flores.

La memoria de un mundo ya extinguido
habita en las palabras de la arena.

La luna entre los árboles ocultos
deja ver las cabañas olvidadas por lobos.

Los versos que se atreven a ser niebla
nos van delimitando nuestra historia.

En la orilla, una estrella
me graba para siempre
a tu lado, vestida de utopías.


Ana Muela Sopeña

domingo, 30 de octubre de 2011



EL SILENCIO

*
El silencio nos habla desde el margen
de todas las palabras conocidas,
en esa inmensidad
del vértigo infinito de la luz.

Allí todos podemos regresar
al paraíso interno del espíritu.

En lo profundo el sueño se hace nítido
y en la historia de todos los poemas
volvemos a ser río de memoria,
en la cadencia suave del azul.

Una matriz de nidos y galaxias
se abre misteriosa ante nosotros
y respiramos siempre
el eco subterráneo de la sombra.


Ana Muela Sopeña



SOMOS EN EL SILENCIO

*
Somos en el silencio unos aliados
que pactan con la música del bosque,
para poder vivir casi sin agua.

Somos en la distancia compañeros
que buscan las raíces de los árboles
porque hay poco alimento en nuestra tierra.

Somos en lejanía las palabras
que se unen con los restos de la infancia
a través del asombro de lo cóncavo.

Somos identidades en el sueño
que huyen a los márgenes
de la verdad desnuda y primigenia.

Somos dos individuos de la especie
que respiran sin pánico al unísono,
por el placer tan sólo de estar juntos.

Poco a poco el instinto nos redime
de tantos sinsabores de la herida
que reside sin piel, en nuestro cuerpo.

Somos tan sólo espíritus sin rostro
que escapan de relojes de locura,
para sobrevivir ante el vacío.


Ana Muela Sopeña


ORFANDAD DE TIERRA

*
En la orfandad de tierra
me columpio en la arena de los astros
mientras el viento azul
derrite en mis pupilas el conjuro.


Ana Muela Sopeña


GÉNERO DEL MUNDO

*
En el fulgor del tiempo el género del mundo
se ha visto perturbado por metáforas
de maldad y perfidia.

Las alas de los hombres,
como un escalofrío del invierno,
están abandonando
el encantamiento de lo cósmico.

Pero hay todo un ejército
de poetas de sueño
que tejen y destejen las visiones
con delirios de seda.

Con la pasión del loto
las palabras se forman en la mente
y el sembrador de luz las imagina
envueltas en estrofas de asteroides.

Las ráfagas de sombra se alojan bajo el vértigo,
en las letras minúsculas
de los abecedarios de los túneles.


Ana Muela Sopeña

sábado, 29 de octubre de 2011



MI SOLEDAD ES VÉRTIGO DE AUSENCIA

*
Mi soledad es vértigo de ausencia
sobre las conjunciones del crepúsculo.
Precipicios de muerte en un tsunami.

Tu nombre en el silencio,
un cruce de caminos.


Ana Muela Sopeña


DESCONOCIDO

*
En el vagón el aire
se respiraba denso.

Un hombre me miró,
era un desconocido.

Señales de advertencia
en destellos de sombra.

Y por fin los augurios
de un final esperado.

Un viaje de crepúsculo en la noche...


Ana Muela Sopeña



LA LUNA SE ESCONDIÓ

*
La luna se escondió bajo las sombras
al tiempo que una amiga de palabras
estrechaba en el humo su ventaja
y perdía sus miedos en la rosa.

El cuerpo seducido por las olas
captó de la belleza sólo el alba
adherida a las fuentes y mandalas
que intentaban huir desde las horas.

Al final las muchachas escaparon
sólo con unas túnicas de cielo,
para soñar desnudas con la luz.

Y en medio del amor y de las manos
los espejos de bronce fueron sueños,
con penas y alegrías del azul.


Ana Muela Sopeña



LA ANCIANA DE LOS PERROS

*



.....La anciana se sentó en un banco cualquiera de la plaza. Sacó una bolsa rota de comida para perros. Llamó con sus silbidos y tres animalitos se sentaron enfrente. Ella sacaba granos de pienso y se los daba a la boca. Los dueños empezaron a llamarlos, pero no hacían caso. Ella siguió con su ritual. Pasados unos minutos la bolsa se vació. Los canes cordialmente se fueron con sus dueños y la vieja, satisfecha se levantó y se fue. Todo me pareció un poco extraño, pero me di cuenta de que posiblemente cada noche se repetía el banquete. Me llamó la atención que la señora, antes de dar de comer a los perros caminaba con dificultad. Al terminar el convite sus movimientos se tornaron más ligeros y se marchó visiblemente rejuvenecida.









Ana Muela Sopeña

viernes, 28 de octubre de 2011



LA LUZ ES TERRITORIO

*
La luz es territorio del misterio
que se une a la tierra
para resucitar con la palabra.


Ana Muela Sopeña


EL SUEÑO DE TU BOSQUE

*
A Mary Zurbano, actriz y poeta que vive la vida desde la luz y el sueño creador

Las rocas de lo abrupto
deslizan su misterio
por la naturaleza de la sangre.

Una ventisca te persigue,
pero huyes remando
en tu balsa segura, en la tormenta,
y
el
sueño
de
tu
bosque
te entrega la palabra
en el asombro de la infancia.

Caminos bifurcados con pócimas antiguas,
sortilegios de tiempos sin historia
y lágrimas de arena...

Una niña en su nube
acoge con su danza los espejos
en el regazo de la noche.

La hiedra cubre todo el edificio
hasta que los relámpagos furtivos
diluyen los conjuros
y te entregan de nuevo tu nombre de obsidiana.


Ana Muela Sopeña


LLEGUÉ A CASA CALADA

*
Llegué
a
casa
calada
hasta
los
huesos,
con el paraguas roto
y
la
ropa
empapada.
La lluvia torrencial me despertó
a
tu
recuerdo
nítido
del
alba.
Me acordé de tus ojos,
de tu mirada suave al despedirme
y
contemplé
una
lágrima
en el extraño espacio de la herida.


Ana Muela Sopeña

jueves, 27 de octubre de 2011




EN ESTA SOLEDAD

*

.....En esta soledad casi no hay aire, voy ciega bajo lluvia y renazco en el vértigo de un pasado sombrío. El límite del agua me contiene entre rosas de hielo, mientras bebo el instinto del húmedo reflejo de los astros. En esta soledad surrealista atempero el futuro con mis dedos hasta quedar desnuda sobre tierra, como raíz de invierno y presagio de nadas.



Ana Muela Sopeña



LLANTO DE PIEDRA

*
.....La noche se presenta melancólica con su llanto de piedra. Contemplo entre visillos las calles detenidas por un tiempo más vivo de otro tiempo.


Ana Muela Sopeña



MINUTOS EXACTOS

*
Los minutos exactos
albergan la belleza melancólica,
dormidos sin historia
en un túnel de hielo,
dentro de las guaridas o del llanto.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 26 de octubre de 2011



SOMOS ENTRE LAS GRIETAS

*

.....Somos entre las grietas del susurro la errante soledad del desconcierto. La mirada perdida por las calles, buscando la belleza en otros ojos. Somos respiración entrecortada cada vez que perdemos un amigo. Nos arrastramos siempre sin pilares, sin cimientos que anclen nuestra vida. Todo se tambalea cuando llega el abandono extraño de los otros. En realidad no valen hipotecas, ni casas, ni las cuentas, ni el balance. Todo lo que queremos es sutil. Esa complicidad sin mascaradas, relaciones alegres, sin disfraces. La amistad que desafía las tormentas. Un amor sin un límite visible. Contar con los aliados. Somos entre las grietas de palabras la búsqueda incesante de los otros, para sabernos alguien y escapar del marasmo...


Ana Muela Sopeña


AUTOBÚS NOCTURNO

*
La ciudad nos envuelve con su música
en sus portales ebrios de deseo.
Caminamos sin rumbo
por calles y por plazas, hacia ninguna parte.
Tomamos té y café,
nos reímos de todo,
detenemos el tiempo entre la bruma.

Una llovizna cálida nos ama
y nos inunda en sombras sin relojes.

El autobús nocturno nos espera
y nuestra despedida se prolonga.
Estamos a dos metros solamente,
mas tú marcas mi número de móvil
y hablamos por teléfono un minuto.

El autobús arranca.
Miro por la ventana y allí sigues,
con tus ojos marinos...


Ana Muela Sopeña



PERSÉFONE EN LA ORILLA

*
Perséfone en la orilla
espera las palabras de su dios,
para proclamarse
la elegida del mundo.

Pero él no dice nada,
se reserva el momento
y llama a algunas nínfulas
con su móvil de arenas movedizas.

Más tarde,
ella desciende a los infiernos
y allí busca el origen,
pero no encuentra nada.

Se inicia en simbolismos de papel
y persigue ser única
a través del instinto de la herida.

Su dios no se demora
y comienza la huída,
antes de que Perséfone devore
el fuego de su alma.


Ana Muela Sopeña



QUISIERA SER

*
Quisiera ser tu sombra,
para estar a tu lado y sentir tus latidos sin rozarte.

Quisiera ser tu luz,
para soñar desnuda entre tus brazos y alumbrar tus mañanas.


Ana Muela Sopeña

martes, 25 de octubre de 2011



OCÉANO INSOMNE

*
A Alfonsina Storni,
en memoria de sus últimos momentos
ya que murió el 25 de octubre de 1938

El último momento quisiste dibujarlo con guirnaldas,
en la espuma del mar, con las olas de un mundo de infinito.

Los límites de todos tus recuerdos entrelazaron tu osadía
entre las algas cálidas de un océano insomne.
Aquel día olvidaste en tus historias un pasado de infamia.

La vida recobró toda su luz al tiempo que la muerte renombraba
tu estirpe en jeroglíficos.
El instinto de arena se atrevió a conservarte con la sal
más allá de la sombra del destino, en medio de un oscuro resplandor.
Tus poemas supieron que todos tus instantes
pasarían de nuevo a ser un mito y tus páginas rotas,
entre los sueños combativos, se atrevieron a ser
quimeras escondidas en la niebla.

Cuando tus ojos se cerraron, se deslizó tu espíritu
por rampas de peligro.
Visiones de crepúsculos azules, en mitad de la noche,
llovieron sobre ti círculos blancos.


Ana Muela Sopeña



LAS FURIAS

*
La mujer en su sueño
se desnudó de máscaras,
se mostró sin dulzura, sólo furia.

Primero transformó todo su cuerpo
en la venganza arcaica, prehistórica.

Entonces en el clan todos gritaron
y fueron provocados
con ira destructora.

Después mutó hacia el odio,
su rostro abandonó los protocolos,
dejó la hipocresía
sobre un mantel de niebla.

Los clanes resonaron con palabras
de violencia sin límites.

Al final consiguió, como una arpía,
volver loco a un grupo de guerreros
que dormía en las cuevas de visiones.

Así fue que las furias:
la venganza, el odio y la locura
esparcieron su veneno por el mundo.


Ana Muela Sopeña



MI DESVARÍO

*
Mi desvarío es como tu nombre,
la ráfaga de luz en el cristal.

Me bebo el licor de tu naufragio
con la sal del océano,
en el deambular de la conciencia.

Soy tu memoria atávica.

Habito en los guijarros de los sueños
y en la arena que bebe de tu mundo.

Me refugio en tus brazos
mientras la hierba crece en la utopía.

Escucho muy despacio la radio que me lleva
al subsuelo sin más escapatoria
que un pergamino antiguo de silencio.

Tus promesas son piedras
de mutismo
en la neblina estéril del invierno,
donde la nieve anida sin preguntas.


Ana Muela Sopeña



A VECES NOS QUEDAMOS EN ESPEJOS

*
I
A veces nos quedamos en espejos
sin traspasar el margen,
sin afrontar el desafío.

II
Un animal de bruma me contempla
en las copas de niebla de los árboles.
Desde allí me susurra las palabras
que guardan el secreto de los siglos.

III
He llegado a una casa
vacía entre los bosques del olvido.
Los lobos merodean
y yo cierro las puertas, por si acaso.

IV
En el silencio oscuro de la noche
escribo para ser una con todo.

V
En mi cuaderno rojo de metáforas
describo las galaxias y los púlsares
mientras el mundo avanza hacia el desastre.

VI
No somos un producto del azar,
somos hijos del sol y de la luna.

VII
Escuchar de tus labios los enigmas
de la licantropía
me calma cuando salgo a pasear.

VIII
Escucho la canción
de la Octava Galáctica
a través de las piedras y la lluvia.

IX
Sólo quiero de ti tu desconcierto,
las costumbres atávicas y sórdidas
no me interesan.

X
Los verbos conjugados
nos llevan por lugares casi vírgenes
donde la exploración está pendiente.

XI
Respiro y me deslizo por las grietas,
al tiempo que la luz se hace más nítida.


Ana Muela Sopeña

lunes, 24 de octubre de 2011




EN UNA COPA OSCURA

*
El anillo esperaba
en una copa oscura
que alguien lo tomara
y se lo pusiera sin la bruma.

Pero la fiesta terminó
y allí quedó el anillo,
soñando y sin raíces...


Ana Muela Sopeña



EN UN COFRE

*
Nadie me conoce allí...

Llegaré
dejaré mis palabras en un cofre
y quizás ni lo abran.

Otros seguramente ofrecerán
sus palabras en cartas
con nombres y apellidos.

Nadie me conoce allí...

Después todos los versos
pasarán por el fuego
y de las cenizas
nacerán universos como pájaros...

Nadie me conoce allí...


Ana Muela Sopeña



RECORDAR

*
Me gusta recordar
tu rostro sonriente por las calles
cuando yo te saludo.


Ana Muela Sopeña



ESCUCHO

*
Escucho cada noche
tu deseo silente en la ventana.

Somos ya como estatuas
que albergamos enigmas en espejos
con el bronce dormido en la penumbra.

Tú eres esa luz que busca mi mirada.

Yo soy ese pilar de tu existencia
que anida con palabras tu soledad sin nombre.

Somos los hijos de la sombra.

El desprestigio acecha en las esquinas.

Tus labios son los labios que me besan.

Las máscaras del mundo nos persiguen.

Yo tengo sed de ti cada momento.

Un árbol seducido por la brisa
nos presenta la lluvia y nos libera.

Estás anestesiado con ese cloroformo
que toman los anónimos en las habitaciones de suburbios.

Somos respiración del universo
y somos uno solo.

Pero también nosotros,
esos desconocidos que viajan sin billete
en
el
tren
de
la
ausencia,
olvidamos a veces...


Ana Muela Sopeña



DESNUDA EN EL NAUFRAGIO

*
Su vida está vacía, como una telaraña
olvidada en el rincón sin rostro.

Sus alas están rotas
y se siente desnuda en el naufragio.

Pero no esa desnudez de lo febril,
de la pasión dispuesta y absoluta,
es una desnudez frente a la puerta
que aguarda la llegada de su esposo.

Los hilos de su mundo
están ya desgastados.

Vestida con el eco de su voz
espera en el silencio
que él se acerque y le diga algo bonito.

Pero ya no sucede.

Las noches son murmullos
de huesos y cadenas.

Su rueda está parada.
Ya no hay un repertorio que los una.

Se ha sellado el mutismo
en ese dormitorio donde el vértigo
se ha ido con los ojos a otra parte.


Ana Muela Sopeña

domingo, 23 de octubre de 2011

.



Alejandra Pizarnik y Olga Orozco en Buenos Aires

DELIRIO DE LA SOMBRA

*
A Olga Orozco y Alejandra Pizarnik, unidas por la palabra

El delirio de la sombra
me llevó por el cuerpo desolado
hacia una oscura playa, con la piel elegida por desiertos.

Pero yo sólo quise estar
en la noche de huesos y cenizas,
atrapar el vacío en la palabra.

Las sábanas de niebla
animaron en mí la luna roja.
En el asombro oculto
de una señal de fuego
asumí que el abismo era un castigo,
pero lo convertí en palabra escrita.

Una niña asustada me impulsó
a descubrir el túnel de la muerte
en medio de la vida y sus mareas.

La huérfana perdida en territorios
de abanicos mojados
me permitió sentir toda tu luz.

Alumbré en mis diarios la conciencia
que me incapacitaba para ser
una mujer común, no complicada.
Supe en la adolescencia
que mi mundo sería diferente.

La ráfaga de luz de tus poemas
me deslumbró en los días tormentosos,
por eso te compuse aquellos versos
para inmortalizar tu puerta al numen.

Los juguetes de infancia
me hicieron comprender
que las niñas eternas pagan siempre
con la pena infinita su osadía.

El alfabeto antiguo del poema
te eligió como fuente inagotable
de inspiración en círculos caducos.

Quizá sea verdad,
porque siempre viví del otro lado,
en el margen de un limbo destruido,
en el límite abierto de la nada...


Ana Muela Sopeña

Letra normal: Diálogo que adjudico a Olga Orozco
Letra cursiva: Diálogo que adjudico a Alejandra Pizarnik


*****

Un poema de Alejandra Pizarnik dedicado a Olga Orozco

TIEMPO

A Olga Orozco

Yo no sé de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.
Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.


Alejandra Pizarnik

*****

Un poema de Olga Orozco dedicado a Alejandra Pizarnik

PAVANA DEL HOY PARA UNA INFANTA DIFUNTA QUE AMO Y LLORO

A Alejandra Pizarnik

Pequeña centinela,
caes una vez más por la ranura de la noche
sin más armas que los ojos abiertos y el terror
contra los invasores insolubles en el papel en blanco.
Ellos eran legión.
Legión encarnizada era su nombre
y se multiplicaban a medida que tú te destejías hasta el último hilván,
arrinconándote contra las telarañas voraces de la nada.
El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo.
El que los abre traza las fronteras y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar.
Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad;
noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo oscuro,
y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la muerte:
esa perversa tentación,
ese ángel adorable con hocico de cerdo.
¿Quién habló de conjuros para contrarrestar la herida del propio nacimiento?
¿Quién habló de sobornos para los emisarios del propio porvenir?
Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín
donde se abre la flor azul del sueño de Novalis.
Flor cruel, flor vampira,
más alevosa que la trampa oculta en la felpa del muro
y que jamás se alcanza sin dejar la cabeza o el resto de la sangre en el umbral.
Pero tú te inclinabas igual para cortarla donde no hacías pie,
abismos hacia adentro.
Intentabas trocarla por la criatura hambrienta que te deshabitaba.
Erigías pequeños castillos devoradores en su honor;
te vestías de plumas desprendidas de la hoguera de todo posible paraíso;
amaestrabas animalitos peligrosos para roer los puentes de la salvación;
te perdías igual que la mendiga en el delirio de los lobos;
te probabas lenguajes como ácidos, como tentáculos,
como lazos en manos del estrangulador.
¡Ah los estragos de la poesía cortándote las venas con el filo del alba,
y esos labios exangües sorbiendo los venenos de la inanidad de la palabra!
Y de pronto no hay más.
Se rompieron los frascos.
Se astillaron las luces y los lápices.
Se degarró el papel con la desgarradura que te desliza en otro
laberinto.
Todas las puertas son para salir.
Ya todo es el revés de los espejos.
Pequeña pasajera,
sola con tu alcancía de visiones
y el mismo insoportable desamparo debajo de los pies:
sin duda estás clamando por pasar con tus voces de ahogada,
sin duda te detiene tu propia inmensa sombra que aún te sobrevuela en busca de otra,
o tiemblas frente a un insecto que cubre con sus membranas todo el caos,
o te amedrenta el mar que cabe desde tu lado en esta lágrima.
Pero otra vez te digo,
ahora que el silencio te envuelve por dos veces en sus alas como un manto:
en el fondo de todo jardín hay un jardín.
Ahí está tu jardín,
Talita cumi.


Olga Orozco


ALETEO DE PÁJAROS

*
En el alma se siente cómo corre
la lluvia enamorada del cristal.

A veces la belleza es como el agua,
luminosa y terrible como sal.
Musita en el silencio de su álbum
aleteo de pájaros sin tierra.

En el mundo el espíritu es muy libre,
siempre sabe tomar sus decisiones.

La esfera de la esencia es sideral,
intuye que la vida desde ti
besa con suavidad un baobab.
Restaura sin pesar verbos de mar
en las dulces palabras de la noche.


Ana Muela Sopeña


LAS PALABRAS ME LLEVAN POR ABISMOS

*
Las palabras me llevan por abismos
donde habitan las sílabas dormidas
que danzan con los pájaros del tiempo.


Ana Muela Sopeña


*****

AS PALAVRAS LEVAM-ME POR ABISMOS

As palavras levam-me por abismos
onde habitam as sílabas dormidas
que dançam com os pássaros do tempo.


Ana Muela Sopeña


EN MEDUSAS

*
He visto los relámpagos
habitar en mujeres
y convertirlas en medusas.

He visto a muchas de ellas
volverse tan salvajes
como tormentas bravas.

He visto entre las aguas
a madres transformarse en militares,
porque el poder las vuelve susceptibles
de destruirlo todo.


Ana Muela Sopeña

sábado, 22 de octubre de 2011



LA CIUDAD NOS ACOGE

*
La ciudad nos acoge con sus dudas
dentro de su calima y de su niebla.
Las calles son testigos
de nuestro amor sonámbulo
que se abre hacia la luz de la belleza,
más allá de las nubes
y de las convenciones de la gente.
En la respiración de los transeúntes
viven nuestros latidos que toman su energía
del corazón del mundo, sin disfraces.


Ana Muela Sopeña


DESMEMBRAMIENTO

*
Espejos de obsidiana
en la penumbra dulce de los días.

Sutileza en tu roce
en el reflejo abierto de la tarde.

Un niño observa el brillo de la luz
a través de las aguas del Abra con sus grúas.
Un barco en la distancia se aproxima
y me recuerda mundos extraviados.

Tu deseo perdido en lejanía
es un desmembramiento
de tus costumbres arraigadas.

El mineral que anima nuestros sueños
nos permite sentirnos en lo etérico.


Ana Muela Sopeña


ENCANTAMIENTO DE LOS DÍAS

*
I

Vivo el encantamiento de los días
sobre alfombra de besos y poemas.


II

Un camino de pétalos nos une
en la penumbra tenue de la tarde.


III

Tus húmedos cabellos me seducen
sobre el otoño en bruma.


IV

Tu nombre
está hecho de horas compartidas.


V

Recibo una postal
de una ciudad exótica.


VI

Los labios de la noche te delatan.


VII

La lluvia nos permite estar muy juntos.


Ana Muela Sopeña

viernes, 21 de octubre de 2011



EN EL PRECIPICIO

*
En el precipicio de la luz
he visto las semillas de tu cuerpo
que buscan el instinto entre mi piel
antes de que el naufragio absorba todo.

En el triste túnel de la sombra
tu sueño está atrapado por el pánico,
por ello ya no quieres deslizarte
hacia el sonambulismo de los cambios.

Pero la vida pasa, el tiempo llora,
y en el inmovilismo se diluye
la pasión creadora de los astros.


Ana Muela Sopeña


BAJO LA BELLEZA

*
Bajo la belleza hay vida
en un mar de sentimientos
atrapados sobre vientos
que nos seducen de ida.
Por eso siempre en salida
todos llevamos las flores
encendidos con calores
y con el sueño en pasión
regalamos corazón
con la alegría en colores.


Ana Muela Sopeña


*****

BAIXO A BELEZA

Baixo a beleza há vida
em um mar de sentimentos
atrapados sobre ventos
que nos seduzem de ida.
Por isso sempre em saída
todos levamos as flores
acendidos com calores
e com o sonho em paixão
presenteamos coração
com a alegria em cores.


Ana Muela Sopeña


TUS ABRAZOS ENTRE SUEÑOS

*
Tus abrazos entre sueños me aproximan a tu rosa,
donde reside mi sombra atrapada en tu deseo.
Y tus besos de pasión me permiten ser tu mundo,
bajo una luz de belleza con presagios y relámpagos.


Ana Muela Sopeña


*****

OS TEUS ABRAÇOS ENTRE SONHOS

Os teus abraços entre sonhos aproximam-me à tua rosa,
onde reside a minha sombra atrapada no teu desejo.
E os teus beijos de paixão permitem-me ser o teu mundo
baixo uma luz de beleza com presságios e relâmpagos.


Ana Muela Sopeña



ENTRE LAS SOMBRAS

*
Entre las sombras
la mirada de luz.
Sorpresa y noche.


Ana Muela Sopeña


*****

ENTRE AS SOMBRAS

Entre as sombras
a mirada de luz.
Surpresa e noite.


Ana Muela Sopeña



SOBRE LA LUNA BLANCA

*
Yo quisiera tentarte con mis besos
entre las hojas secas del otoño.

Tú quisieras sentir que soy eterna
sobre la luna blanca del presagio.


Ana Muela Sopeña


*****

SOBRE A LUA BRANCA

Eu quisesse tentar com os meus beijos
entre as folhas secas do outono.

Tu quisesses sentir que sou eterna
sobre a lua branca do presságio.


Ana Muela Sopeña



ERES

*
Eres mi droga, mi abismo, mi deseo,
mi placer de la vida, mi crepúsculo,
el sonido del viento,
las cerezas,
mi chocolate dulce, mi banquete,
mi sueño más profundo, mis insomnios,
mi gruta incandescente, mis palabras,
mis páginas del alba entre los árboles,
la belleza de un día inspirador,
el instinto del agua,
el verbo lúdico.
Mi vestido de luz y mis diamantes,
mi túnica de sombra, mi obsidiana,
los ojos de la aurora, los relámpagos,
mi suspiro en susurros de la noche...


Ana Muela Sopeña

jueves, 20 de octubre de 2011

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http://floresypalabras.blogspot.com/2011/04/baby-blue-eyes.html

Fotografía: Elvira Coderch,

del blog Flores y Palabras (entrada del martes 12 de abril de 2011)

DESPUÉS DEL LATIGAZO DE LA LLUVIA

*
Después del latigazo de la lluvia
sólo queda la huída o el deseo.

Y tras la ráfaga amorosa
la alianza en el silencio.


Ana Muela Sopeña


VOCABULARIO DEL DESEO

*
En el vocabulario del deseo
hay minúsculas formas
que se dilatan en la noche.

Soy tu náufraga ebria
que busca entre los árboles
la luz del animal más inquietante.

Eres mi vagabundo en el relámpago
que asciendes por mis piernas
para atrapar el sueño de la vida.

Somos los caminantes de la ruta
y avanzamos en círculos
hacia la intimidad más prehistórica.


Ana Muela Sopeña



AMAR COMO UNA REINA

*
Amar como una reina
en la espuma divina del crepúsculo
y en el vientre de luz
un verso en lo abisal que se hace tibio.

Amar como los náufragos de sombra,
mensajeros del cielo y de los túneles
que portan en sus huecos
la angustia de la muerte.

Amar como una niña
que habita soledades
en los cuartos de luna.

Amar como una ameba
diminuta,
navegando por cauces infinitos.

Amar como poeta,
atrapando palabras en el aire
que me recuerdan siempre tu nombre en la distancia.


Ana Muela Sopeña