Soñamos sin censura con el otro
para volver entre visiones
a ser protagonistas,
en mitad de la crisis,
en el lugar amado del encuentro.
La habitación del beso es como un lienzo
donde habitan nuestros dobles con sus máscaras.
Un jarrón que descansa en su quietud
nos mira desde el fondo del silencio.
Los libros apilados y las flores,
la ventana feliz.
Los cuadros sonrientes, las cortinas.
El roce de la piel es lo que importa.
Los labios recordando los momentos
de olvido en el hechizo del placer.
Un fractal en la noche
para disolver toda la sombra.
Quiero ser tu lujuria
en medio de mi vértigo invisible...
y que tú seas solo mi lascivia
escondida en el vórtice del tiempo.
Ana Muela Sopeña
16 comentarios:
Ana!
No meio da vertigem invisível, acontece o mais ousado e excitante poema!
Un beso!
Guau, Ana, qué intensidad...
La máscara real, tal vez desenmascare, la máscara oculta de los sueños?...
Felicidades, con abrazos.
quien no tiene una mascara para ocultar alguna vez sus verdaderos deseos o sus miedos? Que profundo tu poema de hoy...bello!!!
Confidencias a medianoche (y sin tapujos)
Un poema tan íntimo como el placer, tan inspirador como el deseo...
Abrazo inmenso, Ana.
Wowwww que maravilla,
una caricia secreta
bajo las sabanas.
Besitos dulces
Siby
Quere ser la lujuria de alguien es una declaración, imagino, que expresada desde la habitación de los besos, en plural :-)
Un abrazo
Gracias, Albino, por tus palabras.
Abrazos
Puede ser, Soco... es un enigma...
Un beso
Agradezco, Eli, tu paso por estos versos, amiga poeta.
Besos... muchos...
Gracias por venir, Fackel:
Un beso enorme
Es un placer tu visita, Carlos.
Un abrazo enorme
Ay, sí... Siby:
Besos a montones.
Declaración amorosa... sí...
Gracias, Albada, por dejar tu huella entre estos versos.
Un tiempo que pierde importancia cuando el roce piel con piel se hace presente, un beso que resplandece el alma.
Gracias por tus palabras, Jorge:
Un beso grande...
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