Caminan por ciudades, invisibles, callados, vulnerables. No encuentran los recursos necesarios. Viven en ese límite del vértigo que lleva hacia el umbral de lo excluido. Habitan en lo sórdido, en la sombra. Viven sobreviviendo, nada más. Cada día es igual al anterior. Todo se precipita en la penumbra. Los seres invisibles sueñan con cosas simples: llegar a fin de mes, tener calefacción en el invierno. Pero no puede ser. Los seres invisibles permanecen ocultos, porque nadie los mira...
Ana Muela Sopeña
12 comentarios:
Hay seres invisibles que no quieren ser vistos; o acaso son seres inexistentes. No sé.
ANA!
Sim! Há seres invisiveis.
Aqueles que se recusam a mirar um mundo em rápida desagregação!
Para esses...ninguém olha!
Un beso enorme!
Los seres que invisibilizamos a diario en tu prosa nos interpelan... Nítida certera descripción, Ana.
Abrazo más que grande.
Terrible realidad que nos rodea.
Un beso!!
Hay seres invisibles que no quieren ser vistos. Para ellos la invisibilidad no es un problema sino una bendición. Pero hay seres invisibles que sí quieren ser vistos. Ahí está en problema.
Gracias por pasar.
Un beso
Una opinión a tener en cuenta muy interesante.
Muitos beijos
Nos interpelan, sí.
Un fuerte abrazo, Carlos
Desde luego, Carmela.
Y va en aumento.
Un beso grande
Y si...y con todo ello siempre decimos que somos buenos...pero nos cuesta kilos para realmente disponer el espíritu y el corazón en la necesidad del otro...
Tienes razón, Meulen:
Un beso enorme
Hi ha massa sers invisibles d'aquests. És terrible.
Terrible, sí...
Para poder dejar tu impronta en el mundo primero hay que comer y pagar las facturas. Después viene todo lo demás.
Un beso enorme
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