Los besos los guardamos en un cofre,
en un cráter
de la superficie de la Luna.
Un hechizo de abrazos nos recuerda
que Neptuno es nuestro aliado.
Los latidos arcaicos
desde la Galaxia de Andrómeda
nos mecen en columpios.
Las miradas nos hacen más amable
el viaje sideral.
Una fusión sin límites
nos permite ser amantes
en la Constelación
de Coma Berenices.
El instinto ancestral
es lo que nos mantiene sumergidos
en el ritmo divino de los astros
por el misterio místico del tiempo.
Ana Muela Sopeña
14 comentarios:
Y el instinto por ir siempre más allá.
¡Hermoso!
Un hermoso poema más allá del tiempo y el espacio.
Feliz día, Ana.
Un abrazo
Gracias, Fackel,por venir:
En eso estamos... en ir un poco más allá...
Un abrazo y feliz día
Hola, Mercedes, me alegra que te hayan gustado estos versos.
Un beso enorme
Muchas gracias, María, por tu visita y tus palabras.
Un fuerte abrazo,amiga
No descubro ni digo nada nuevo: estos poemas desasnan a la par que sensibilizan, Ana.
Abrazo sideral.
Gracias por tu abrazo sideral, Carlos:
El cosmos es nuestro hogar, aunque a veces se nos olvide.
Un beso enirme
Porque el Universo es nuestro hogar, que nos llegue siempre la energía para ser así, universales y solidarios.
Un abrazo
Que tus deseos se cumplan, Albada:
Un beso grande
"Los besos los guardamos en un cofre", perquè són un tresor!
Claro. Los tesoros hay que guardarlos bien...
Un beso grande, Helena
Preciosos y galácticos versos Ana. Me gusta como utilizas metáforas astronómicas para tu poesía. Otro beso linda. Aquí disfrutando tu arte.
Agradezco mucho tu lectura y tus efusivas palabras, Lyliam:
Besos a montones...
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