Los estallidos siguen sin descanso
haciendo de las calles y edificios
un suburbio caótico
de escombros.
Hoy las sirenas han sonado ya
ocho veces seguidas.
Cuando el toque de queda se relaja
salgo a comprar comida...
y debo darme prisa.
Un descuido me puede suponer
la muerte y por la espalda.
El tiempo ya no importa.
Contamos los minutos y las horas.
Ocultos esperamos que termine
este infierno en la Tierra,
esta pesadilla sin final.
El aire del refugio es ya muy denso.
Dormimos sin dormir.
Estamos agotados.
Unos rezan despacio sus plegarias,
otros miran las fotos de sus hombres
que en el frente militan
sin garantía alguna de regreso.
Hay mujeres también en las milicias.
Se alistan voluntarias.
Todo se va cayendo cada noche
en un pozo sin fondo,
en la oscuridad más infinita.
En el refugio
elaboramos velas.
Pueden hacernos falta.
He aprendido a esperar sin esperanza
hasta llegar a ti
que en este instante
desconozco si vives o estás muerto.
Ana Muela Sopeña
10 comentarios:
A veces me pregunto de que estamos hechos los seres humanos.
No caben palabras.
¡POR LA PAZ, SIEMPRE POR LA PAZ!
Los seres humanos somos extraños o quizás nos manipulan para llegar a la barbarie.
Un abrazo
Es horrible. la vida en los refugiosm con el pavor, esa rabia por no entender, esos sonidos de arriba, bombardeos y sirenas. Tremnedo
Un abrazo
Y...por que?...
Ni idea. Sé que desde 2013 había en Ucrania muchos lío: golpe de estado, masacre en las regiones separatistas, violaciones de los derechos humanos. Esto es una terrible continuación. Pero la guerra nunca es la solución.
La solución es el diálogo, aunque en este tipo de conflicto a suele ser poco útil.
Ojalá cambie el devenir de los acontecimientos.
Un beso
Sí, Albada:
Horrible de verdad...
Ya vemos el hombre repitiendo la historia, buscando su propio exterminio...provocando el sinsentido en todo lo demás...
Ojalá por alguna parte surja algo de cordura y el ego no gane ...
sigamos orando por la PAZ:
Abrazo.
Ho expliques com si et passés a tu!
La paz es lo que nos conviene, no la guerra.
Un abrazo grande
Sí, Helena, me pareció que era lo mejor. Ponerme en la piel de una mujer que se esconde en un refugio cada vez que suena la sirena.
Un beso enorme
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