Los lobos merodean por las puertas de las ciudades abisales. Allí se yerguen altivos mientras los licántropos amenazan con ser los propietarios de los edificios subterráneos. Una campana suena en la distancia. Es de una iglesia recóndita....pero nadie la escucha. Los sonidos se mezclan con los delirios de los coches y con los motores de los camiones visionarios. Los focos de un vehículo aparcado iluminan de pronto un muro oscuro. Allí se leen palabras sin sentido que cobran relevancia poco a poco. Un cazador dispara contra un lobo para defender a su ganado. Una mujer apunta con su arco a licántropos densos como en las pesadillas más terribles. En las casas los niños permanecen escondidos y se guarecen del peligro. Los lobos y licántropos amenazan con actos sanguinarios. Los humanos presentan una noche de insomnio. Deben hacer batidas por todos los rincones tenebrosos. La existencia de tantas alimañas obedece a la insólita prohibición de matarlas. Pero esa prohibición pronto caerá al tiempo que la música apocalíptica resuena en los suburbios que rodean los barrios periféricos de la urbe dormida por los efectos de las drogas en el agua potable. La gente muy despacio se despierta y defiende a los niños de los depredadores infernales que acechan en cada esquina del territorio urbano.
Ana Muela Sopeña
8 comentarios:
¿No estaremos rodeados de alimañas humanas, Ana? Me hiciste concluir.
Es muy posible. Podría ser...
La realidad (dicen) supera a la ficción.
Un abrazo
ANA!
O teu texto é surpreendente e desperta uma sensação sombria.
A verdade é que o mundo se está transformando diante dos nossos olhos
e não sabemos qual será a sua versão final... !!
Muitos beijos!
No sabemos qué pasará, pero que estamos rodeados de depredadores es un hecho innegable.
Muitos beijos, Albino
Tiempo de luchas de todo tipo
las peores son las espirituales...
Abrazo.
Desde luego. En el mundo espiritual se está librando una batalla.
Un beso grande
És molt inquietant, té molta força!
Eso es lo que he intentado. Que sea inquietante.
Un beso grande, Helena...
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