*
Inmenso en tu guarida de cristal
oigo tu canto triste.
Al llegar el dios fuerte de la carne
habita otro dios frío,
solitario en su cofre de la infancia
que aúlla como un lobo
llamando a una libélula del bosque.
Solo en tu melodía
avisas a quien pueda comprenderte.
Es tu disociación...tu coraza y tu ángel.
Me tocó ser espejo de tu herida
pero...
no pude conseguir que tu orfandad
se fuera para siempre...
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Somos, pura disociación...
Estamos siempre viviendo las contradicciones...
Gracias por venir
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