El jarrón se rompió por el relámpago
y el rayo destructor de la guarida.
Entonces vino alguien
de la región del hielo
y lo reparó con polvo de oro.
No sé cómo lo hizo,
la pieza ya no era la inicial,
parecía otra cosa.
Sus cicatrices eran
un espacio de vida compartida
a través de la bruma.
Una dulce belleza emanaba
de aquel objeto extraño...
Ana Muela Sopeña
14 comentarios:
Descripción identificativa.
Lo que rompe cambia.
Lo que cambia recompone.
Lo que recompone da otra perspectiva.
La perspectiva nos abre.
Lo que abre modifica.
Lo que modifica nos hace.
Lo que nos hace permite que al paso de los días
seamos rayo y oro
que adornan nuestras cicatrices.
Preciosa descripción.
Nuestras cicatrices son parte de nosotros mismos.
Un abrazo grande
Restaurar es un arte, recomponer, devolver la historia y utilidad a un objeto valioso, quizás le amplía su valor.
Besos.
ANA,
Tudo se pode recompor. Mas cicatrizes sempre vão permanecer.
As cicatrizes que ficam dentro de nós e que não se podem ver...continuam doendo!
Un beso enorme!
Un poco todos necesitamos necesitamos ser tratados con esa milenaria técnica, verdad?
Abrazo gigante, Poeta!!
Las cicatrices son la verdad, lo que somos, y la verdad no se puede esconder.
Muy lindo poema Ana, eres admirable.
Así es, Amapola:
Un beso enorme
Llevandolo al plano terrenal a veces lo que se restaura renace totalmente y esas heridas engrandecen el aprendizaje y la evolucion de la persona.
Otras veces esa restauracion no es suficiente, ya algo definitivamente se ha quebrado y no hay polvo de oro que lo componga.
como siempre Ana enriqueces los blogs con tus poemas. Besossss
Tienes razón, Albino:
Siguen doliendo las cicatrices que nos deja la vida... pero hay que seguir...
Un beso enorme
Desde luego, Carlos, la técnica es una metáfora de la vida, de la resistencia de las personas, de la magia del transitar por este mundo...
Un beso grande
Muchas gracias, Jorge, por tus palabras:
Un beso
Tienes razón, Eli:
En un jarrón, un vaso o un búcaro la pieza se puede recomponer si la rotura se produce dejando grandes trozos. No se puede recomponer si la pieza se hace añicos
Con las personas y las relaciones pasa lo mismo.
Un abrazo enirme
A veces o muchas veces necesitamos al verdadero recomponedor de huesos , pero más que nada del alma...
abrazos.
Tienes razón, Meulen:
Huesos, alma, corazón... tras romperse a veces no se sabe cómo arreglarlos. Reconocernos en ese proceso es sanador.
Un beso enorme
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