1
Al despertar el niño
conectamos con mundos de la infancia
que creíamos perdidos.
2
Somos en la distancia
esa luz que supera las traiciones
más allá de los límites del vértigo.
3
Amanece en el sueño
de esta estación tan náufraga
donde la guerra es el gran fracaso.
4
Escucho en lejanía
el sonido que habita la belleza,
como un murmullo abierto
a la caligrafía de las calles.
5
Luces de aceras
en los pasos que buscan el silencio
de las gaviotas ávidas de amor.
6
En los parques la lluvia es una danza
en los árboles híbridos de música,
celebrando la fiesta con estatuas
en la melodía de las horas.
7
Sobre la hierba
el sigilo del tiempo.
Lo subrepticio.
Imágenes de espacios
con niebla en los juguetes.
Ana Muela Sopeña
10 comentarios:
Todos son muy bonitos. Esas aceras, cómo nos ofrecen latidos que escribir.
Un abrazo
Gracias. Me alegra que te gusten.
Un beso grande
Enbuenahora logras detectar y traducir en poesía el murmullo que se ve y no sólo se escucha por allí...
Abrazo de corazón.
Eso es, Carlos:
Gracias mil por pasar...
Un beso grande
Desgraciadamente los juguetes no salvarán al mundo de los adultos como salvó el mundo de la infancia.
Tienes razón. Pero los adultos sí tenemos la obligación de salvar a los niños de todas las atrocidades de este mundo.
Un abrazo
Con tan pocas palabras, se puede decir tanto...
Abrazo de sábado, Ana.
Gracias, Soco, por acercarte a este murmullo.
Un beso
Sempre és bo de tornar a la infantesa, "La infància és vital perquè l'home és el que queda del nen", deia Ana María Matute.
Sí. Siempre hay que retornar a la infancia porque allí está el futuro de la humanidad.
Un beso enorme, Helena.
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