A Federico García Lorca
Los gitanos por las calles
contemplan siempre la luna.
Por el pabellón del trueno
se caen las nubes oscuras.
Una niña cantaora
en las noches más ocultas
canta melodías suaves,
son las canciones de cuna.
Cada vez que una guitarra
rasga el amor en la bruma
todo parece de cuento
y profundiza en la hondura.
La historia de romaníes
nos habla de alguna hambruna,
de las caravanas nómadas,
de pasiones, de espesuras.
Ser la escondida emoción
de las personas que escuchan
es un secreto misterio
que encripta toda la lluvia.
A veces cuando anochece
hay un viento que susurra
leyendas de un pueblo arcaico
en la arena de las dunas.
En los libros se recogen
los relatos que perduran
en la memoria de sueños
producidos por la ruda.
Los gitanos en las plazas
muestran las manos que empuñan
los cuchillos de la muerte
para vengarse en las grutas.
Todo parece visión
sumergida en la penumbra.
La imagen de la belleza
es la sombra de la ruta.
Ana Muela Sopeña
8 comentarios:
És una mena de poema visionari com els que feia Lorca, costa una mica però sona molt bé, sempre tens el to adequat.
Un poema visual en el que cada imagen le lanza el anzuelo a la próxima (Chandler dixit) contando una historia. Te felicito, Ana.
Muy buen homenaje, la verdad.
Un abrazo
¿De verdad que no es de Federico?
Desde su sueño eterno -¡malditos mil veces sus asesinos!- te estará agradecido.
Gracias, Helena:
Me conformo con que suene bien.
Un beso enorme
Qué bueno, Carlos, que lo percibas así. Eso he pretendido.
Un beso enorme
Gracias por venir, Albada:
Un beso
Admiro mucho a Federico García Lorca. Todo lo que escribió lo bordó y además fue consecuente con sus ideas.
Gracias, Fackel, por venir...
Un abrazo grande
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