sábado, 20 de diciembre de 2008

HOMBRE DE HIELO

*
A mi amiga C.G.N

La soledad dolía entre las rosas y los sauces dormían en su sueño,
su corazón latía atormentado, por el hombre de hielo.

Un día despertó sin dependencia y se fue a las montañas de la luna
a sentir la ebriedad de su espejismo.

Se liberó del hombre de las nieves
y danzó libre y lúdica en el viento.

Encontró a un caballero que ardía con la llama primigenia
y se sintió arropada en su calor.

Entonces en un pulso, ya tan irracional como imposible,
el hombre de la escarcha se fundió en un volcán furioso.

Se volvió lava negra, inundó y devastó todas las tierras
cercanas al hogar de su vestal.

Pero ella,
prudente y melancólica
ya se había ido.

Y fusionó su núcleo con el magma del centro más atávico,
del hombre de la luz en las Perseidas.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Satan Dice dijo...

Acabo de llegar a casa. Ya sabes, noches de fiesta y cenas pero esta vez con personas queridas y entrañables y leo el poema que me dedicas y sonrío ante un poema lleno de luz y esperanza, un poema quizá premonitorio, un poema lleno de buenos augurios...y te lo agrdezco infinitamente. Me gusta muchísimo.

También te agradezco la mención de oro que hace unos días tuve el honor de recibir por mi blog.

Te mando un beso enorme y de nuevo te doy la gracias por el poema, por tu amistad y por tu cariño.

Lisola.

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra que el poema te haya gustado. Sí, creo que será premonitorio, ¿por qué no?

Te deseo lo mejor, amiga, hoy y siempre.

Un besito muy fuerte
Ana