*
El deseo nocturno nos inunda
con la sombra de un tiempo en despedida,
a lo lejos el aire nos sorprende
con la bruma de luz, casi en la esquina.
Cuando rozas de mí suave penumbra
aterrizo en espacios de marismas,
donde el agua perfuma la hora mágica
entre árboles níveos y cenizas.
Ana Muela Sopeña
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