miércoles, 29 de enero de 2014


MATADERO

*
Llega en camiones y no ve la luz.

El animal se oculta
en lágrimas de sueño.
Nos pide detener esta masacre.

Desciende por la rampa
la vaca
con el miedo en sus párpados de ángel.

Sus ojos son los ojos
del espíritu antiguo de la Tierra.
Nos imploran vivir en libertad.

Apenas olfatea el ambiente
intuye
que muy pronto
morirá.

Ama ser de este mundo
pero la gula cárnica decide
que sea torturada
y muera lentamente.

La cuelgan de las patas
sin cuidado.
Le hacen un corte seco en una arteria
y aún viva se va muriendo sola,
se desangra colgada
en la cinta transportadora
con la cabeza abajo
aún sin comprender por qué a ella,
mientras su llanto silencioso
fluye hacia ninguna  parte.

El humano no piensa
mientras tiene en el plato
un filete de res
todo lo que ha sufrido este ser puro.
Se cree que le han pegado un tiro rápido
y ha muerto sin dolor.
Pero eso no es así.
Ha estado agonizando horas y horas
para su dieta paleo.

Aún viva la van despellejando,
luego la descuartizan sin piedad.

Dos tipos de empleados
trabajan sin descanso
en los mataderos.
Los sádicos que gozan
y los otros
que sufren la agonía de la vaca.
Estos últimos suelen ser detectados
y pronto alguien los echa de su empleo.

El miedo y el horror
que la vaca va experimentando
le hace segregar muchas hormonas:
cortisol y sustancias de defensa,
adrenalina y, claro, el gran terror.
Y cuando alguien se come un filete
ingiere este pánico que aún
permanece en sus músculos.

Da igual que luego vaya al psicólogo
o que tome las "Flores australianas".
El miedo de la vaca se lo traga
e inunda su organismo
y su alma vampírica de zombi.

El matadero es una barbarie,
es representación de nuestro mundo
que cree que el animal es una cosa.

Dentro de nuestro espíritu
aún hay esperanza
de compasión por las especies.

Si las paredes fueran de cristal
en los mataderos carcelarios
los humanos de Gaia
querrían abstenerse de la carne
pero todo se esconde en el mutismo.

Se hace necesario, urgente y necesario,
parar esta matanza,
holocausto brutal
que nos hace caníbales
de nuestros hermanos animales.


Ana Muela Sopeña

jueves, 23 de enero de 2014


INSOMNIO

*
La noche se hace densa
al tiempo que lo oscuro me posee
en un túnel de plomo.

Las horas van sonando
en iglesias lejanas
y hay pájaros nocturnos
que muestras sus secretos más atávicos.

Respiro sobre el sol de medianoche
y avanzo hacia la nada...


Ana Muela Sopeña

EL SUEÑO DE TU PIEL

*
El sueño de tu piel es mi vientre de diosa.

En el crepúsculo dorado escucho las canciones
de las estrellas muertas
que se alzan por encima de lo sórdido.

La vida del mundo se parece a las aguas
que se detienen en la sangre del hombre sin luz.

La escarcha de los árboles espera
la sombra suplantada por espectros
que pactan con relojes los sonidos
del viento sur
que sopla por las noches con lluvias tormentosas.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 22 de enero de 2014


DESPOJADO

*
Despojado de todo
has ido sin saberlo
a la desnudez de la caverna.

Muerta la mentira
han caído
las máscaras de amianto.

Circulas fríamente
habiéndote quitado los disfraces
de amante constructor.

Ahora, ya sólo eres un lobo,
un licántropo herido
que deambula sin norte
por
la
ciudad
dormida
en
laberintos.

Todo en ti es un espejo
de la destrucción y la entropía.

Pero yo,
consciente de tu fase
de crisálida,
espero
tu mutación al alba...


Ana Muela Sopeña

VÍCTIMA DE UN DIOS OSCURO

*
Víctima de un dios oscuro
podría destruirme
con las botas que llevan
los ejecutores de la muerte.

Camino en cementerios de pobreza
con el alma encendida
mientras mis mecanismos
de defensa
se van desintegrando en el exilio.

Soy víctima de alguien
que me mira sin verme
en los corredores más ocultos
de la locura enmascarada.

Podría revertir este desastre
para curar secuelas
de marginación y de orfandad
y en vez de ser la víctima
ser esa protectora
implacable, sin llanto ni penuria,
abierta a medicinas del espíritu,
invisible en la sangre de la condenación.

En una vida extraña
yo me quedo
para sanar el alma del espacio,
el alma colectiva de los seres
que sin norte encarnaron
para representar la tiranía.

Y en otra vida clara y silenciosa
me voy,
huyendo de lo denso
que lacera mi espíritu
con las flechas abyectas
que carcomen mi luz.

Me desdoblo en dos seres.

La hembra independiente
que escapa de la trampa
para ser simplemente una vestal

y la hembra con lágrimas de barro
que se queda en el ruedo
del símbolo del círculo,
con la serpiente medicina
cuyo veneno mata y cura
al mismo tiempo.

Las dos mujeres corren en abismos
donde los cronómetros están
avisando con timbres estridentes
y no se hallan las llaves
para sobrevivir
a la hecatombe
de lobos malheridos
por siglos y milenios de esclavitud absurda
a dioses belicosos y siniestros.

Las dos mujeres aman
con la pasión desnuda de los astros.
Se retuercen en pozos
donde el amor es sólo una metáfora.

Lucen con arrogancia
el rostro más brillante
de la creación de lo divino

o el rostro lacerado
mientras
un
llanto
amargo
acrecienta la herida
en las tinieblas.

La decisión se torna muy difícil.

La huida es sólo cura
de lo íntimo
mas quiebra de la especie.

Permanecer en cambio
es el reto sagrado
de la mutación mitocondrial.

Donde la víctima
se torna ahora una artífice
de cambios importantes:
como la masa crítica
o el centésimo mono.

Entonces ya no hay víctima
porque todo se altera
para siempre.

El juego de ajedrez
de púlsares sin pánico
avanza inexorable
por estelas divinas.

Células atrapadas por la luz
que dejan el período
cavernario,
los genes ancestrales
del Cromosoma Y
en los mundos antiguos
de Lemuria o la Atlántida.


Ana Muela Sopeña

martes, 21 de enero de 2014


EL TREN

*
La soledad lacera mi piel híbrida
y siento al animal en el vacío
mientras las calles alzan su temblor
en la inmediatez de la nostalgia.

El frío con la lluvia
me envuelve en ese manto de silencio
que administras con sangre de reptil.

Viajo hacia alguna parte
en el tren de tu infancia.
Allí estás dentro
de una visión de agua,
en mitad de la niebla de otra época.

Consciente del sonido de las horas
retrocedo al pasado.

Atesoro tu imagen,
cuando aún eras niño.

Abrazo en el espejo
a aquel ángel con alas, antes de la caída,
y siento interiormente tu pulso palpitando
como un gorrión de lluvia...


Ana Muela Sopeña

sábado, 18 de enero de 2014


LÁGRIMAS DE SOMBRA

*
I

Lágrimas de sombra
sobre mi piel de frío
en medio de la nieve.
Tu aguacero me inunda
de historias sórdidas.


II

Mundos de niebla
sumergidos en barcos de papel.
Los recuerdos me aproximan
a un naufragio sin luna.


III

La luz del círculo
se mueve entre los árboles.
Un lobo silencioso aúlla por las noches.


IV

Ciudad de hielo
en tus manos de otoño.
Niebla sonámbula.


V

Tu cuerpo se rebela
en la luz de mi vientre.
Somos un círculo.


VI

Sombras de nadie
en la ciudad desnuda.
Sueños dormidos.


VII

Soy en la noche
el agua del misterio.
Inspiración.


VIII

Un pájaro de lluvia
me recuerda en la noche
los presagios que emanan de ti.


Ana Muela Sopeña

jueves, 16 de enero de 2014


CIUDAD DE SOMBRA

*
Esta ciudad de sombra
nos cobija en sus calles de silencio.

Los coches aparcados en hileras
sueñan en soledad.

Relojes sumergidos en el tiempo
hablan de la otra historia.

Sucedáneos del eco
se escuchan por las plazas del presagio.

Intuimos el miedo en las aceras
y caminamos rápido al zenit de la luz.

Los portales abiertos en la noche
albergan los abrazos más ocultos.

Observamos los árboles
en las avenidas luminosas
y los escaparates de las tiendas
nos ofrecen artículos inútiles.

Esta ciudad de espejos laberínticos
nos conduce a otros mundos intangibles.

Bibliotecas de cuento
se alzan sobre vórtices de bruma.

La llovizna ha hechizado los parques del subsueño.

Noctámbulos los pasos nos dirigen
al centro de la urbe, donde todo es real
incluso aquellas máscaras antiguas
de transeúntes sin heridas.

La hermandad de la niebla
nos envuelve con su frío
en la desolación del habitante
que puebla
esta ciudad sin nombre...


Ana Muela Sopeña

LETANÍA

*
Nombres del alba
en medio de los púlsares y estrellas.
Hay un naufragio.

Verbos del frío
sobre los territorios del crepúsculo.
El tiempo pasa.

Los adjetivos
reciben de la luz los jeroglíficos.
Sutil presagio.

En los pronombres
el placer de la sangre se refleja.
Inspiración.

Un iceberg,
artículos de niebla en la distancia.
Las horas pasan.

Las conjunciones,
las líneas subjuntivas de la bruma.
Destino incierto.

Preposiciones
mientras el fuego surge del abismo.
Olvido en lluvia.

Interjecciones
sumidas en los muelles solitarios.
Nieve en pretiles.

Sombras de adverbios
en mitad del amor y de la muerte.
Lengua de plata.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 15 de enero de 2014


DONDE TU POESÍA SIGA VIVA

*
Costumbres

no es para quedarnos en casa que hacemos una casa
no es para quedarnos en el amor que amamos
y no morimos para morir
tenemos sed y
paciencias de animal

Juan Gelman




A Juan Gelman




Sea la estrella el nido de tu mundo
y tu sed de palabras carburante
para el viaje sidéreo por el cielo
donde tu poesía siga viva.


Los púlsares se llenen de silencio
mientras escribes todo lo que ves 
en tu libro de sombra...


Los cuásares  de fuego que se abran
para sentir tu mente
más allá de las horas detenidas...




Ana Muela Sopeña

ENTRE LLUVIA

*
Entre lluvia te veo en lejanía
y mis labios te siguen por las calles.

Hay huellas de fragancias por aceras
en las marquesinas de autobús.

Tus manos y mis manos se entrelazan
con farolas que huyen
de la tristeza apátrida.

Edificios de infancia nos descubren
los dedos que se imantan a la luna.

Mi piel es tu refugio
y tus ojos de océano
deslizan por mi cuerpo
calendarios atados a un presagio.


Ana Muela Sopeña

martes, 14 de enero de 2014


FRAGMENTOS

*
I
Desciendo por las rampas
de la memoria abierta a los espejos.


II
Te miro en los cristales del pasado
al tiempo que la luz te hace de escarcha.


III
Soy la mujer de sombra
en tu recuerdo
y bebo de la copa del naufragio.


IV
Deliro por las noches
mientras las nubes me hablan de tu piel.




Ana Muela Sopeña

lunes, 13 de enero de 2014


UN HOMBRE SOLO

*
Veo
tu autoestima cayendo por la niebla,
tu mundo de metal
que se diluye entre la lluvia,
tu tristeza de bruma
aterrizando en suelos congelados,

tu reloj subterráneo
en un caleidoscopio de mujeres,

tus lágrimas de acero
derretir la armadura de tu pánico.

Miro
el tiempo entre los sauces
y un verbo subjuntivo
que hace meses desterró toda esperanza.

Alzo
mis dedos de relámpagos,
látigos de belleza,
y te rozo,
casi imperceptible,
para que no te mueras
por la condenación en el marasmo.


Ana Muela Sopeña

domingo, 12 de enero de 2014


HABITANTE

*
Habitante noctámbulo
en la ciudad abierta a los enigmas.

Deambulas solitario
entre las papeleras de las calles
y gatos callejeros que maúllan
desde sus habitáculos de niebla.

Tú pactas con la vida
sentimientos de bruma en el desierto.

Las sombras de la noche te poseen
mientras visitas bares y casinos
y bebes sin control
hasta el amanecer.

Visitas los prostíbulos
buscando el beso oculto o la mirada suave
de procacidad en lo invisible.

Te enamoras del viento y de la lluvia,
te adhieres a palabras de silencio
en los territorios del naufragio.

Habitante de tantas experiencias
que pactas con los astros tu destino
y escuchas,
en la oscuridad de los suburbios,
los trinos de los pájaros sonámbulos.

Arrastras tus zapatos
en aceras desnudas cuando nieva.

Te fusionas con luces y farolas,
letreros luminosos y estaciones.

Un mundo sumergido en lo abisal
te espera cada noche cuando sales
y abandonas el tiempo del exilio,
para descansar en el subsueño
de tu pasado sórdido.


Ana Muela Sopeña

GATO DE NIEBLA

*
Un gato de niebla
deambula por las calles
y me hace recordar
la soledad tan fría entre los árboles.

Me paro sobre el sol de terciopelo
y rompo sin dudarlo
la noche seducida por la luz.

La sombra de las plazas
me lleva
por los precipicios del silencio.

Abrazo las siluetas
que se refractan en suaves
superficies de cristal.

Me desintegro en nubes plateadas
mientras las horas caen
sobre la ciudad de jeroglíficos.

Invisibles mis manos
buscan
la caligrafía de la nieve.

Los trazos de los parques
desfragmentan el miedo
con rosas adheridas
a una intención amada desde siempre.

Hay taxis detenidos
que hacen de los suburbios
lugares preparados para el viaje.

El gato,
en su soledad,
ama el instinto del momento.

Le miro y no me mira...
Somos dos seres persiguiendo las estrellas.


Ana Muela Sopeña

viernes, 10 de enero de 2014


MI PLAQUETTE EN FORMATO ELECTRÓNICO

*
He publicado una Plaquette en la colección "Carmina in minima re" de la mano del editor Albert Lázaro Tinaut.




Se trata de una edición bilingüe castellano-catalán. Son siete poemas en castellano  traducidos al catalán por Pere Bessó.






La Plaquette tiene formato papel y electrónico. Su título: "Túnel de espejos" / "Túnel d'espills".








Link de la Plaquette en formato electrónico:
http://txtcarmina.blogspot.com.es/2013/12/36-ana-muela-sopena.html








El proyecto:






Carmina in minima re
 
Proyecto de resistencia cultural
a través de la poesía




El proceso de paralización al que está sometida la cultura en numerosos países como consecuencia de los recortes presupuestarios decididos por los gobiernos produce muchas víctimas: hay cada vez más librerías que deben cerrar; muchos editores tienen dificultades para publicar novedades y sólo pueden editar a autores clásicos o libros que se suelen recomendar en las escuelas (lo cual reduce las posibilidades de publicación de los autores y repercute negativamente en el trabajo de traductores y correctores); aumenta el número de salas teatrales y cinematográficas que echan el cerrojo, y lo tienen difícil las compañías de teatro y de danza, que se quedan sin medios para nuevos montajes; ¿cuántos músicos no consiguen ya lugares para ensayar y actuar, por no hablar de contratos? También las artes plásticas y visuales sufren las consecuencias de los recortes. La cultura se está viendo abocada a una muerte lenta por inanición, a la que contribuye el cada vez más bajo poder adquisitivo de los ciudadanos.

Ante esta grave situación, quienes amamos la cultura y hemos trabajado durante años en su divulgación no podemos quedarnos con los brazos cruzados. De poco sirven las quejas y las manifestaciones para denunciar esta realidad, porque el poder político y económico se ha acostumbrado a hacer oídos sordos a todo lo que no sea rentable o no convenga a intereses ideológicos o de amiguismo.

Consciente de ello, e incapaz de mantenerme ajeno a esa situación, decidí emprender un proyecto de resistencia cultural realista al que pudiera hacer frente con mis recursos y aunando voluntades: el lanzamiento de una colección de plaquettes de poesía bilingües que contribuyeran a la circulación de la poesía y, al mismo tiempo, a la creación de una pequeña Babel positiva mediante el intercambio lingüístico a través de traducciones a y desde otras lenguas, siempre con la presencia de por lo menos una de las de uso en el Estado español: la poesía no debe tener fronteras, ni políticas ni lingüísticas.




Albert Lázaro Tinaut






jueves, 9 de enero de 2014


VAGAMOS POR LAS CALLES

*
.....Vagamos por las calles adheridos a la soledad de las farolas. Infinita la lluvia en los portales, infinita la niebla que nos cubre como un manto maldito en el invierno. Te miro en la distancia y te veo soñando, como si todo fuera un sueño enamorado de los árboles. Deambulamos sin norte por aceras, a pesar de que todo parece tan real. Invisibles tornamos las palabras en besos clandestinos que se esconden en cuartos y pensiones de las miradas de la gente. Inevitable el lodo de la herida que atrapa sin rozar nuestro antro de luz.
.....La ciudad nos carcome las entrañas y nos llena de dudas. La incertidumbre crece en las plazas con pájaros de sombra que emigran por el cielo de los tristes.
.....Caminamos con viento por las avenidas de lo oculto y decimos los nombres de los que se fueron al abismo.
.....Los barrios intangibles conforman nuestra sangre mientras la vida pasa sin notarlo como una papelera de metal.
.....Asombrados leemos nuestra historia como una lista antigua de deseos.
.....Las alamedas se alzan prepotentes como lugares níveos, mientras somos conscientes de todos los enigmas de los edificios de la urbe. Nuestras huellas nos marcan con las señales de humo y los jeroglíficos amados.
.....Los autobuses rojos nos llevan a los nidos del amor, donde todos los gestos se graban para siempre en las escaleras lujuriosas. Paradas de tranvías y trenes de la infancia, escaparates lúdicos de visiones nostálgicas.
.....Una juguetería en una esquina nos recuerda al niño que algún día fuimos, en los relojes sin agujas. Muñecas, construcciones, bicis, rompecabezas y triciclos.
.....La infancia sumergida en un escaparate de silencio.
.....Avanzamos con guantes y bufandas por lugares sin dueño. Nos enseñoreamos de los cruces, las ventanas, la luna, las piedras, el asfalto y los ambulatorios que se duermen.
.....Baños públicos grises donde entramos sin ruido para darnos un beso subrepticio.
.....Los bares con sus gentes y su hastío. Sordidez de la vida trepidante.
.....Somos los reyes de esta ciudad sin nombre, mientras todo declina en el silencio.








Ana Muela Sopeña

lunes, 6 de enero de 2014


CONDICIÓN DE SOMBRA

*
He adquirido la condición de sombra
para el espíritu indomable
que habita en tu interior
y juntos nos comportamos
como fantasmas del espejo.
Reflejamos el mundo
de la oscuridad y el sinsentido.

He adquirido la condición terrible
de exiliada en el mundo del averno.
Allí tu luz tan pérfida
me rescata del reino de la nada.
Soy como los espíritus sin tierra,
ávida de ese pulso misterioso
que se oculta sonámbulo en la sangre.
He adquirido el pasaporte
de la oscuridad y lo furtivo.
En mitad de las calles
mi cuerpo furibundo
se une a las matrices del silencio.
Soy como las farolas en otoño.
El refugio seguro
que ilumina tu frío.

He adquirido la condición de hielo
que se derrite sólo
cuando un volcán lascivo le provoca
y
me
duele
este
amor
que busca entre jadeos
la complicidad tan imposible.

He adquirido
la carta inamovible
de las mujeres solas
que construyen y arrastran
la ciudad con sus manos

y me deslizo abierta
por el sueño desnudo de tu herida.


Ana Muela Sopeña

PÁJARO

*
Un pájaro de niebla
me abraza con sus alas de otro mundo
y hace que el dolor
en mi sangre se torne una estrella.


Ana Muela Sopeña

domingo, 5 de enero de 2014


CIUDAD JUÁREZ

*
Colecciono los huesos
de las mujeres ultrajadas.
Cicatrices y heridas...
Hay que detener esta masacre.
Observo los puñales
de los asesinos sin escrúpulos.
Suena un tambor lejano
que llama a una liturgia de silencio.
Atesoro los párpados
de las hermanas muertas.
Se fueron por las nubes
a territorios olvidados.
Conservo la piel
de las hembras amantes de la aurora.
Registro los nombres
de las sepultadas bajo tierra
y ruego
que pare
esta matanza
y el pulso del amor se haga de luz.


Ana Muela Sopeña

viernes, 3 de enero de 2014


SE HACE EXTRAÑO

*
Se hace extraño dialogar con una piedra
que se convierte en hielo
y amenaza con palabras de metal.
Se hace extraña la dureza cuando antes había calidez
y los verbos se mecían en el agua.


Ana Muela Sopeña

jueves, 2 de enero de 2014


CIUDADES DE SOMBRA

*
Te veo quietamente caminando
por calles con la lluvia en el vacío
y adivino palabras en un río
mientras se tornan luces de otro bando.

En ti recuerdo todo y voy soñando
con ciudades de sombra en el estío
y lugares amados por tu brío
que buscan ser estrellas meditando.

Te contemplo desnuda entre las rosas
y persigo tus ojos por el cielo
al tiempo que el reloj me transfigura.

No olvido la belleza de las cosas
que se esconde discreta bajo el velo
del círculo sagrado y la locura.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 1 de enero de 2014


TRAZOS EN LA NIEVE

*
I

Contemplo entre los árboles
tu silueta moviéndose en la nada.
Las horas me permiten ser tu cómplice.

II

El viento de la noche
escucha los sonidos del silencio
a través de los susurros de las ramas.

III

La nieve cae despacio en las aceras
mientras el mundo aprende
a mirar la distancia entre las rosas.

IV

Un camión se desliza
por la carretera de los sueños
y tú
me amparas en la niebla
sonámbulo en las calles del hechizo.

V

Una nube me abriga
con su rostro impasible
mientras te espero en el vacío del crepúsculo.

VI

Los relojes dormitan en iglesias lejanas.
Se oye un carillón
vistiendo con su música el espacio.


Ana Muela Sopeña