miércoles, 26 de abril de 2017

PRIPYAT

*
Fotos abandonadas en los pisos,
y juguetes de niños, ropa, objetos.
Todo quedó danzando entre la niebla
como si nunca antes
hubiera pertenecido
a los moradores de Pripyat.

Hay moho con los hongos y las plantas
que han crecido sin límite
gracias a la humedad de los días de lluvia
o de la nieve derretida...

Un parque de atracciones
fantasma, restaurantes,
las salas de gimnasios, las escuelas.

La vida se paró en esta ciudad.
Todo ha permanecido, solitario,
deshabitado siempre...
recordando a los hombres
el posible destino
causado por desastres nucleares
o por guerras atómicas...

La ciudad laberíntica quedó
vacía como el alma del humano
que sigue sin ver nada...


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Triste como las calles sin nadie de esa ciudad fantasma.

Necesario el recuerdo del horror de esas tragedias evitables.

Gracias,Ana y mil besos

Tatiana Aguilera dijo...

Chernóbil, ciudad fantasma que no se debe olvidar; pero la memoria humana es corta y, tal vez, se repita.
Hermoso poema Ana.

Un gran abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Soco, así es...

No deberíamos olvidar. Sí, aprender las lecciones...

Besos
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Taty, por venir y brindarme tus palabras.

Un beso grande
Ana