La luz ensimismada, como el tiempo,
aparece en la noche sin excusas
para soñar con nubes bien oscuras
y dar una visión del firmamento.
Las Líridas se ven fuera del miedo
en horizontes llenos de penumbra
abducidos por fuerzas de la luna
en lugares de sombra, sin reflejos.
Los meteoros saben de la herida
que los humanos portan en su sangre,
por eso caen despacio como lluvia.
Al recorrer las horas, las sibilas
destruyen con sus manos cualquier tanque
y regalan al mundo una petunia.
Ana Muela Sopeña
Las Líridas: Lluvia de meteoros o de estrellas fugaces que se produce la noche del 22 de abril y la madrugada del 23 de abril cada año.
10 comentarios:
Poesía que desasna además de fascinar, Ana. Estás encendida, amiga. Enhorabuena!!
Bueno... es un soneto fantasioso. La realidad es mala y yo quisiera que fuera diferente. En fin...
Gracias por venir
Un abrazo
Aunque lo hubiera intentado no las habría visto. Pero tu soneto me las traído de alguna manera y me has hecho darme cuenta de los poco que sé. Por lo demás, me sorprendo de tus sonetos siempre.
Hay muchas lluvias de meteoros durante todo el año: "Las Perseidas", "Las Leónidas", "Las Cuadrántidas", "Las Líridas" son algunas de ellas. Hay todavía más...
Gracias por acercarte a este soneto
Un abrazo
Hay que mirar arriba más seguido, sabemos se viene el grande...pero de eso poco o nada se habla y quizás sea para mejor...
No coneixia aquest fenòmen! Exactament el mateix dia sempre?
Sobre "destruyen con sus manos cualquier tanque/ y regalan al mundo una petunia": tant de bo!
Claro. Mirar al cielo es mejor que mirar la televisión.
Gracias
Un beso
Sí. Siempre el mismo día.
Como las Perseidas el 13 de agosto.
Un beso grande, Helena
Cada noche, tengo la costumbre de mirar el cielo un rato. Y casi siempre, hay, veo, algo que me sorprende. Un abrazo, Ana.
Suele pasar, Soco, sobre todo en los lugares en los que no hay contaminación lumínica.
Un beso enorme
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