Euterpe ama a los lobos sin heridas.
Mientras sueña que todo es un relato
escapa de la sangre y del maltrato
para recuperar las despedidas.
La musa envuelve todo con su velo
de mundos enlazados a la losa
que disuelven lo extraño con la rosa
adherida al instante de su cielo.
Euterpe es diligente con sus hijos,
sabe dónde se ocultan y hechizarlos
a través de palabras y rituales.
Juega con los silencios más prolijos,
para así seducirlos y amarrarlos
a las rutas de estrellas siderales.
Ana Muela Sopeña
7 comentarios:
Muy bueno, a por los seres mitológicos, que no decaigan.
Un abrazo
Si no fuera por Euterpe (sin hacer de menos a las otras de la cuadrilla de musas) qué sería de los maltrechos humanos...Das en el punto.
Gracias, Albada:
Un beso enorme
Si no fuera por Euterpe los humanos estaríanos peor todavía...
Necesitamos de la Poesía Lírica y de la música. Funcionan en nosotros como medicinas.
Un abrazo
Creo que a Euterpe la dibujaste, con tus palabras, perfectamente.
un beso Ana.
Las musas son generosas...
Es una alegría para mí que dediques un tiempo de lectura a estos sonetos a las musas.
Un eso grande
Beso grande...
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