*
Camino por las calles de tu piel
y siento que el espacio nos unió,
también en la hora abierta a lo especial
la magia de un instante sin el frío.
Juraría que todo fue verdad,
aunque también un sueño pudo ser
anidado en el fondo del océano.
No sé identificar en qué momento
erré la ruta dulce hacia tu alma.
Quizás fue una palabra
o una lluvia constante y silenciosa
o no decirte a tiempo:
te deseo.
O quizás fue tan sólo nuestro azar
tan loco y embriagado por la luna
o la distancia envuelta en otro azar…
Sólo sé que te extraño mientras fuera
la noche me devuelve en los espejos
el deambular errante en soledad.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
No puedo resistirme a decirlo: !qué bonito poema!, qué extrañeza más bella.
Gracias, Emilio. Es un placer tenerte como lector.
Un saludo
Ana
Son movimientos de piezas que hacemos en este tablero de ajedrez de una única partida. Sólo que aquí cada movimiento provoca innumerables y vitales consecuencias.
Bello poema, Ana.
Un abrazo grande.
víctor
Sí, Víctor. Un tablero de ajedrez muy particular ya que se involucran los sentimientos...Pero todo es cambio, todo es mutación. No vale la pena aferrarse a lo imposible.
Un beso
Ana
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