viernes, 1 de julio de 2011

EN EL AÑO 2358

*

.....Vivía en un país en ruinas, en el año 2358. Los libros ya no existían, sólo se podían encontrar en algún museo. Casi todas las personas habían sido implantadas para poder comunicarse vía Internet sin necesidad de una computadora. Algunos nos habíamos resistido al implante, argumentando que nos daba alergia el silicio y nos producía infecciones. Yo fui afortunada, logré no implantarme. La contaminación en el planeta era tan fuerte que no se podía salir a la calle sin mascarillas especiales. El agua dulce ya no existía. Las reservas se habían agotado. Había que beber agua desalada y de vez en cuando ir a un centro clínico para hacerse una limpieza renal. La mayor parte de los alimentos eran sintéticos. Frutas y verduras estaban contaminadas por los constantes accidentes nucleares y por los nitratos y nitritos. La vida en el planeta era terrible, pero aún se podía soñar pensando en el pasado o el futuro. La máquina del tiempo permitía los viajes a través de los años. Pidieron voluntarios para viajar al pasado y cambiar el curso de las cosas. Yo me apunté y decidí viajar hacia atrás. Me permitieron elegir un año para nacer, los padres y el ambiente. Seleccioné un instante en el que todavía el aire era respirable, sin necesidad de llevar máscaras. Ahora me encuentro aquí, haciendo mi exploración galáctica. Se pueden hacer muchos cambios y todos cambian el futuro, porque el futuro no es algo inevitable, es una línea en el tiempo, pero hay otras líneas y aún son posibles...
*
*
Ana Muela Sopeña

No hay comentarios: