lunes, 31 de diciembre de 2012

COMO UN PÉNDULO

*
Hay secretos ocultos en vidas invisibles.
Nos enfrentamos al conflicto:
mostrar nuestro huérfano a la luz
o fingir que es perfecta nuestra sombra.

Si el niño con su herida se despoja
de la máscara extrema que le cubre
respiramos contentos en la escarcha,
mas sentimos temor...

Si escondemos con muecas de teatro
la sangre primordial
que fluye aún con signos encriptados
de una muerte letal y jeroglífica,
la anestesia nos hace reducir
la angustia más profunda,
pero casi no podemos respirar
y se inicia, con una gran tristeza,
la formación del hielo alexitímico
en los rostros anónimos de nadie...

Y la existencia ronda
en su rítmico pasar del negro al blanco
y luego, por la ley de los contrarios,
otra vez como un péndulo hacia el cero:
del latido
de la desposesión,
buscando desnudez e intimidad,
a perseguir con fuerza inexorable
potentes mecanismos de defensa
para asfixiar el grito primigenio.


Ana Muela Sopeña

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