jueves, 27 de febrero de 2014

LOBO HAMBRIENTO

*
Te veo en la distancia de la noche
avanzando deprisa
para cabalgar sobre las calles.

Recibo tu ritual:
una luna de piedra
se torna mariposa de la luz.

Amo sobre la sangre
de esta ciudad de magos y de locos.

Extiendes sobre mí
tu mirada sensual de lobo hambriento.

Analizo las plazas
y los contenedores
de aceras sumergidas en el sueño.

Vislumbro la belleza
de una estación de metro surreal.

En mis huesos percibo
el frío de lo oscuro que me acecha
y mi piel desde el agua se desliza
por tus manos de lluvia.

Respiro los latidos de tu cuerpo
y construyo una gruta
con nuestras voces ávidas
del calor primigenio, sin heridas.

Abandono sin miedo mi soledad desnuda
en el vagón de arena de tu infancia.

Recibo de tus labios
los códigos antiguos del deshielo
y aguardo a que el reloj de las edades,
en su complicidad,
nos retire el castigo
de esta glaciación interminable.


Ana Muela Sopeña

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