*
Te observo en el abismo
con tu cuerpo de pájaro extraviado
que aletea en el pozo del silencio.
Te abrazo en sueños lúcidos
con mi calor nocturno.
Me miras desde el fondo de tu vértigo
y me llevas contigo
por la ciudad dormida.
Me rozas con tus dedos de centauro
y me susurras sílabas de arena.
Ana Muela Sopeña
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