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No hay nada superior a este momento,
ningún premio es mejor que los crepúsculos
ni la fama aventaja a respirar
ni el éxito merece el gran letargo.
No hay nada superior a este momento,
tan sólo el pulso rítmico del mundo
se asemeja a las nubes de papel
que dirigen mi vida hacia una estrella.
Sincronizar relojes con los astros
es algo luminoso y acertado
para soñar con lunas sin historia.
La armonía terrestre me seduce
mientras vivo el delirio y la locura
en medio de las olas de un tsunami.
Ana Muela Sopeña
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