*
Cae la noche en mi piel
donde un naufragio cóncavo
me acerca a las heridas más atávicas.
La ciudad
se esconde quietamente
de miradas indiscretas.
Suburbios en la sombra persiguen mis latidos
en la nada que baila en desnudez.
Las calles se retiran
a un sueño del abismo
donde el agua se vuelca en el deseo.
Deambulo por aceras y siento interiormente
la invisibilidad de la belleza.
Desciendo por los túneles
de la visión remota
y capto de la luz su impermanencia.
Ana Muela Sopeña
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