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A Pere Bessó, aliado en la palabra
El tiempo se desdobla con la luz
y se queda temblando entre las piedras,
para soñar sin miedo intensidades
de infinito linaje.
Una sombra a distancia nos dibuja
con trazos adheridos a utopías
que manan de la voz dentro de un círculo
y del exilio propio de la herida.
Los días van pasando
con vértigo de lunas
mientras el silencio nos esculpe.
El corazón del bosque
nos recuerda
que todo es un misterio
sin raíces.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Bello poema, pleno de hondura y sensibilidad. ¡Enhorabuena!
Agradezco mucho, Antonio, tus palabras.
Un fuerte abrazo desde la poesía
Ana
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