*
Un río de belleza nos contempla
entre nubes de olvido compartidas
en un acantilado de nostalgia,
con los besos soñados.
En el mar de la sangre
hay un cielo sagrado
que cae por precipicios de la duda,
con labios de tristeza.
La fuente de la luz y de la sombra
regala los sollozos a la arena
en la piel del silencio.
Océanos sumidos en la niebla
rescatan de la vida sólo el sueño,
con los ojos de un náufrago sonámbulo.
Ana Muela Sopeña
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ver una entrada al azar
No hay comentarios:
Publicar un comentario